Integral a la Sierra de Algairén (Pico Valdemadera, Alto de la Nevera, Cerro del Espino y Peña Sangarba)

Por la autovía mudéjar A-23 nos acercamos hasta la población de Cariñena, desde allí cogemos la carretera A-220 hacia la Almunia de Doña Godina, hasta el desvío de Cosuenda, el cual cruzamos y continuamos durante un par de kilómetros primero por pista asfaltada y más tarde por un amplio camino de tierra, hasta el área recreativa del Raso de la Cruz donde dejamos el coche.

En este lugar, nacen varios recorridos, nosotros cogemos el PR-Z43, cruzamos el Raso de la Cruz, y continuamos unos metros caminando por la pista, hasta una bifurcación, donde cogemos el camino de la derecha, por el que seguimos en ligero ascenso, paralelo al barranco de Valdecerezo.

Cuando alcanzamos el primer kilómetro, abandonamos el camino, enlazamos con un estrecho sendero perfectamente señalizado, siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR, entre medio de un bonito bosque mixto, donde predominan el roble, la carrasca, y los fresnos.

Después de media hora, llegamos al Sitio del Emparrado, en el que hay una mesa de hormigón, y los restos de una antigua fuente, a partir de este punto, el sendero se endurece, y comenzamos a afrontar las rampas más duras del recorrido.

Tras realizar varias lazadas, el sendero poco a poco se va suavizando, sobre la cota 900 m, llegamos a una bifurcación del PR-Z43, como la anterior vez subimos por la nevera, está vez giramos hacia la izquierda, para subir al collado de Valdecerezo, por un terreno en ligero ascenso, que incluso llanea en algunos puntos.

Poco a poco la vegetación va disminuyendo, hasta casi desaparecer, cuando alcanzamos el collado de Valdecerezo, enlazamos con el GR.90.3, por el que proseguimos siguiendo las torres de alta tensión durante unos metros, mientras alternamos tramos de bosque con otros prácticamente despejados.

Tras una corta pero fuerte rampa, alcanzamos la pista de acceso al Pico Valdemadera, donde giramos hacia la izquierda, y caminamos siguiendo la pista, balizada con las marcas rojas y blancas del GR, por el que llegamos al vértice geodésico del Pico Valdemadera, después de hora y media de recorrido, desde el que disfrutamos de la amplia panorámica que desde está cima tenemos de la Sierra del Vicor, el Valle del río Grillo, del Moncayo, y en días despejados hasta de los pirineos.

Después de la pausa, regresamos por la pista hasta el cruce de senderos, está vez continuamos rectos, hasta enlazar de nuevo con el PR-Z43, ya con vistas a nuestro próximo objetivo, el Alto de las Neveras, fácilmente identificable por el edificio de ICONA que hay en su cima.

Casi sin darnos cuenta, alcanzamos el desvío hacia el collado de la Falaguera, en este lugar abandonamos el PR, y seguimos por la pista durante unos metros más, hasta que llegamos al camino hormigonado, por el que en corta, pero dura subida, accedemos a la cima del Alto de las Neveras, conocido también como el mirador de la Falaguera, desde el que obtenemos unas vistas similares al Pico Valdemadera.

Como hace buen día, aprovechamos este lugar, para tomar un refrigerio, después buscamos el sendero por el que debemos descender hacia el Cerro del Espino, y que hayamos justo detrás de la caseta del ICONA, marcado con un hito, y por el que iniciamos el descenso.

Los primeros metros son una trocha, pero a medida que avanzamos se convierte en una senda, por la que descendemos sin mayores problemas, hacia el collado del Hoyo de la Silla, y medio kilómetro más tarde al collado del Tío Francisco, donde tenemos múltiples opciones.

Nosotros seguimos hacia el Cerro del Espino, por el PR-Z15.1, por un cómodo sendero, en ligero ascenso, por el que llegamos hasta un altar de roca, donde se coloca un belén.

Siguiendo las marcas blancas y amarillas del PR, llegamos al collado del Cuervo, donde el sendero desaparece, y enlazamos con una amplia pista de tierra, por la que descendemos durante doscientos metros, hasta alcanzar el desvío hacia el Cerro del Espino, donde giramos hacia la izquierda, y abandonamos la pista.

En suave ascenso, nos vamos adentrando es un pinar, que nos ofrece una buena sombra, poco a poco la vegetación va desapareciendo, y cerca de la cima, afrontamos las últimas rampas a cielo abierto, pero ya con vistas a la cruz que corona la cima del Cerro del Espino, lo que nos ayuda a aumentar el ritmo.

Tras algo más de tres horas, alcanzamos la cima del Cerro del Espino, donde nos hacemos unas fotografías, y aprovechamos el buen día para hacer una parada larga para comer.

Desde la misma cima, podemos ver la cresta que tenemos que recorrer, así que tras la pausa, reiniciamos la marcha, y descendemos por sendero, siguiendo el PR.-Z15.1, hasta el collado del Espino, donde lo abandonamos, y cogemos una trocha, marcada con un hito en su inicio, por la que caminamos durante unos metros, hasta que alcanzamos la base de una pedrera, por la que ascendemos a la Peña San Garba, y al inicio de la cresta.

Desde el inicio, la cresta parece muy vertical, pero una vez empezamos es bastante ancha, y el camino a seguir es evidente, ya que hay bastante hitos, que nos ayudan a avanzar con facilidad.

De vez en cuando, nos toca apoyar las manos para seguir progresando, pero siempre sin ninguna dificultad, cuando llegamos a la mitad de la cresta, está comienza a perder verticalidad, y se vuelve más ancha, lo que nos facilita el avance por ella.

En todo momento las vistas son espectaculares, poco a poco nos vamos acercando al Cortado, que se encuentra vallado, así que cuando alcanzamos el collado de la hermana, giramos a la derecha, y enlazamos con un sendero, marcado en su inicio con un hito, por el que comenzamos a descender, por medio de un espeso pinar, por el que llegamos a un cruce de pistas, perfectamente señalizado.

De las múltiples opciones, escogemos el PR.Z-15.1, por el que iniciamos el descenso hacia el Raso de la Cruz, por medio de un pinar, en el que el otoño apenas ha hecho acto de presencia.

Sobre el kilómetro catorce, alcanzamos un cruce de pistas, donde seguimos por la pista principal, hacia el Raso de la Cruz, unos metros después pasamos junto a la Casa del Fraile, que es un albergue juvenil.

A medida que perdemos desnivel, la pista se va abriendo, y comenzamos a tener vistas del campo de cariñena. Cerca del final enlazamos con el PR.Z15, que baja desde el collado del Tío Francisco, y continuamos por él, por amplia pista de tierra, en ligero descenso, hasta el Raso de la Cruz, donde damos por finalizada está bonita circular.