Integral de los Agrios hasta el Nacimiento del Guadalquivir
near Tiscar, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
La Cuerda de los Agrios es una ruta inolvidable, pero muy exigente en todos los sentidos (IBP 174). Esta versión requiere de muchas horas, por lo que la primavera es quizá la mejor época para realizarla. Además, la meteorología tiene que estudiarse concienzudamente porque no es un track para encararlo con lluvia, ni tampoco con nieve. Una temperatura alta puede ser fatal puesto que toda la cuerda se hace sin sombra apreciable; tampoco hay agua hasta el Área Recreativa Cañada de las Fuentes y rellenar es casi obligado: valga como ejemplo que yo gasté 2.5 litros hasta dicha fuente cuando la temperatura era perfecta para la práctica del cabra. Se requiere buena forma física para completar la integral, téngase muy en cuenta. Como último aviso, no solo hay que estar acostumbrado a la roca, sino que tiene que gustarte, ya que en caso contrario será un suplicio, a pesar de los impactantes paisajes y de la exuberancia de la flora y fauna de la sierra.
Empiezo poco después del Puerto de Tiscar, aparcando en un pequeño apartadero del Camino de Tiscar a Puerto Llano, que usaré para buena parte de la vuelta. Tiro hacia arriba por un olivar, directamente a por el Rayal. Quizá mejor subir un poco por el camino para desviarse a la izquierda por otro (marcado con waypoint), para así evitar una malla que superé por abajo. Desde aquí empieza el piso de montaña, porque la dura pendiente comenzó desde el primer paso. No existe sendero en ningún momento de la cuerda. La subida al Rayal es exigente, principalmente por la pendiente aunque tampoco ayudan las pedreras y el piso descompuesto. No es la parte más técnica de la ruta, pero sí quizá la más dura. Subo buscando la dorsal de la loma, pero me voy desviando hacia el norte sabiendo que será paso ganado. No obstante, el piso mejora al llegar a la cresta, porque hay más roca viva y por tanto es más fácil el avance. No se ve el vértice del Rayal hasta que lo tienes encima. Desde su cumbre comienza el espectáculo visual de la Cuerda de los Agrios con los Tajos del Picón del Guante y el Aguilón Loco como protagonistas. Se puede seguir visualmente todo el camino de ascenso que nos queda, que desde allí te deja a la claras que no acaba el esfuerzo anaeróbico en el Rayal. A la espalda, preciosas vistas a la Sierra Nevada.
La bajada hasta el collado de referencia no es la más complicada del día, pero no es fácil. Una vez en dicho collado, comienza la subida al Picón del Guante. Tanto su ascenso como su descenso hasta el siguiente collado, constituye la parte más técnica de todo el track, aunque la montaña siempre da opciones. Subiendo hay una arista bastante llamativa, donde tuve que hacer una destrepada que quizá no fue la mejor de las decisiones. Poco a poco gano desnivel, más fácilmente cerca de la cumbre. El Rayal parece pequeño desde allí, con lo que me costó subirlo. La bajada es de aúpa, con pendientes complicadas, donde hay que poner los cinco sentidos también para la orientación, sobre todo desde la Ventana del Garbanzal hasta el collado de la Nava Alta del Espino, donde comienza la subida al Aguilón Loco o Cerro Villalta. El espectáculo visual continua, ahora con los Tajos del Villalta y, mirando atrás, los del Guante. La subida hasta la cumbre es la más sencilla de las tres.
Poco después de hacer cima, el paisaje se abre y podemos ver el largo descenso que nos queda por la arista norte. Se hace interminable a pesar de que el piso es cada vez más cómodo gracias a la materia orgánica del suelo. A la derecha se abre el Valle de los Tejos Milenarios que visitaremos en la vuelta. Poco a poco voy perdiendo desnivel y viendo el camino cada vez más cerca. Curiosamente aparecen de vez en cuando hitos de piedras de un par de metros de altura, siempre en pareja, que ayudan. En un falso collado, abandono la arista para bajar a un arroyo cantarín, que acompaño felizmente hasta el Área Recreativa Cañada de las Fuentes, donde termina la parte más montañera de la ruta. Aquí está fijado el Nacimiento del Guadalquivir, pero me resulta curioso que quien más agua aporta al lugar es el arroyo que seguía, supongo que gracias al deshielo. En cualquier caso, el paraje del nacimiento estaba hoy rebosante de agua.
Reposto agua en la fuente del Área Recreativa y sigo la pista, de nuevo en ascenso, buscando el Sendero de los Tejos Milenarios. Después de aproximadamente un km, llego al cruce con el Camino del Poyo de las Palomas, justo al lado de un imponente pino laricio. Seguí un poco más hasta el final del sendero señalizado, pero no lo haría la próxima vez pues estaba totalmente embarrado. Vi el suelo por ver dos tejos, cuando hay bastante ejemplares en el camino anteriormente mencionado, que retomo volviendo sobre mis pasos. Aquí continúa la subida al Puerto Llano, siempre por camino, pero que se me hizo dura por la acumulación de km y desnivel que ya llevaba. Justo en el puerto está el desvío con hitos hacia el Pino de la Entrega, pero yo bajo unos metros por el pinar para enlazar con el Camino de Tiscar a Puerto Llano, incómodo al principio porque el agua del deshielo compartió camino conmigo los primeros kms. Después, una vez que el líquido elemento cogió su cauce, una autopista en descenso, donde más fauna me ha saltado nunca y mira que ya tengo alguna hora de montaña. Los últimos kms son especialmente bellos, pues el camino se encajona en una zona llamada La Pedriza, donde abundan las cuevas, abrigos y buitreras. La bajada es larga y cómoda en los últimos km, pero en sentido opuesto también tendría su dureza, por lo que no recomiendo hacer esta ruta a la inversa, pues nos pillaría la fatiga en la inolvidable y técnica Cuerda de los Agrios, que dejará para siempre en mi retina instantáneas alpinas, no muy habituales en nuestras sierras meridionales como lo es la Sierra de Cazorla.
Empiezo poco después del Puerto de Tiscar, aparcando en un pequeño apartadero del Camino de Tiscar a Puerto Llano, que usaré para buena parte de la vuelta. Tiro hacia arriba por un olivar, directamente a por el Rayal. Quizá mejor subir un poco por el camino para desviarse a la izquierda por otro (marcado con waypoint), para así evitar una malla que superé por abajo. Desde aquí empieza el piso de montaña, porque la dura pendiente comenzó desde el primer paso. No existe sendero en ningún momento de la cuerda. La subida al Rayal es exigente, principalmente por la pendiente aunque tampoco ayudan las pedreras y el piso descompuesto. No es la parte más técnica de la ruta, pero sí quizá la más dura. Subo buscando la dorsal de la loma, pero me voy desviando hacia el norte sabiendo que será paso ganado. No obstante, el piso mejora al llegar a la cresta, porque hay más roca viva y por tanto es más fácil el avance. No se ve el vértice del Rayal hasta que lo tienes encima. Desde su cumbre comienza el espectáculo visual de la Cuerda de los Agrios con los Tajos del Picón del Guante y el Aguilón Loco como protagonistas. Se puede seguir visualmente todo el camino de ascenso que nos queda, que desde allí te deja a la claras que no acaba el esfuerzo anaeróbico en el Rayal. A la espalda, preciosas vistas a la Sierra Nevada.
La bajada hasta el collado de referencia no es la más complicada del día, pero no es fácil. Una vez en dicho collado, comienza la subida al Picón del Guante. Tanto su ascenso como su descenso hasta el siguiente collado, constituye la parte más técnica de todo el track, aunque la montaña siempre da opciones. Subiendo hay una arista bastante llamativa, donde tuve que hacer una destrepada que quizá no fue la mejor de las decisiones. Poco a poco gano desnivel, más fácilmente cerca de la cumbre. El Rayal parece pequeño desde allí, con lo que me costó subirlo. La bajada es de aúpa, con pendientes complicadas, donde hay que poner los cinco sentidos también para la orientación, sobre todo desde la Ventana del Garbanzal hasta el collado de la Nava Alta del Espino, donde comienza la subida al Aguilón Loco o Cerro Villalta. El espectáculo visual continua, ahora con los Tajos del Villalta y, mirando atrás, los del Guante. La subida hasta la cumbre es la más sencilla de las tres.
Poco después de hacer cima, el paisaje se abre y podemos ver el largo descenso que nos queda por la arista norte. Se hace interminable a pesar de que el piso es cada vez más cómodo gracias a la materia orgánica del suelo. A la derecha se abre el Valle de los Tejos Milenarios que visitaremos en la vuelta. Poco a poco voy perdiendo desnivel y viendo el camino cada vez más cerca. Curiosamente aparecen de vez en cuando hitos de piedras de un par de metros de altura, siempre en pareja, que ayudan. En un falso collado, abandono la arista para bajar a un arroyo cantarín, que acompaño felizmente hasta el Área Recreativa Cañada de las Fuentes, donde termina la parte más montañera de la ruta. Aquí está fijado el Nacimiento del Guadalquivir, pero me resulta curioso que quien más agua aporta al lugar es el arroyo que seguía, supongo que gracias al deshielo. En cualquier caso, el paraje del nacimiento estaba hoy rebosante de agua.
Reposto agua en la fuente del Área Recreativa y sigo la pista, de nuevo en ascenso, buscando el Sendero de los Tejos Milenarios. Después de aproximadamente un km, llego al cruce con el Camino del Poyo de las Palomas, justo al lado de un imponente pino laricio. Seguí un poco más hasta el final del sendero señalizado, pero no lo haría la próxima vez pues estaba totalmente embarrado. Vi el suelo por ver dos tejos, cuando hay bastante ejemplares en el camino anteriormente mencionado, que retomo volviendo sobre mis pasos. Aquí continúa la subida al Puerto Llano, siempre por camino, pero que se me hizo dura por la acumulación de km y desnivel que ya llevaba. Justo en el puerto está el desvío con hitos hacia el Pino de la Entrega, pero yo bajo unos metros por el pinar para enlazar con el Camino de Tiscar a Puerto Llano, incómodo al principio porque el agua del deshielo compartió camino conmigo los primeros kms. Después, una vez que el líquido elemento cogió su cauce, una autopista en descenso, donde más fauna me ha saltado nunca y mira que ya tengo alguna hora de montaña. Los últimos kms son especialmente bellos, pues el camino se encajona en una zona llamada La Pedriza, donde abundan las cuevas, abrigos y buitreras. La bajada es larga y cómoda en los últimos km, pero en sentido opuesto también tendría su dureza, por lo que no recomiendo hacer esta ruta a la inversa, pues nos pillaría la fatiga en la inolvidable y técnica Cuerda de los Agrios, que dejará para siempre en mi retina instantáneas alpinas, no muy habituales en nuestras sierras meridionales como lo es la Sierra de Cazorla.
Waypoints
Comments (6)
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Me alegro mucho de esa ruta, para mi es una de las más bonitas e impresionantes, ruta de las que no importa repetir ENHORABUENA.
Gracias, Rafa. Hoy estaba todo perfecto, con agua a raudales.
Me alegro mucho SALUD Y PIERNAS PARA MUCHAS MAS.
A mi sólo me queda dar fe de la ruta!!!
Enhorabuena compañero por el atrevimiento, esto es otra cosa, de las que siempre estás pensando en volver.
Un fuerte abrazo.
Soberbia ruta Rafalín VF. Después de ésta ya no has de temer a nada. ¡Felicidades!
Te gustaría mucho, Manuel!