INTEGRAL MONTES DE MIJEDO y FORTIN DEL BRUSCO ( Parque Natural de Las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel)
near Elguera, Cantabria (España)
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Trail photos
Itinerary description
Recorrido por los cuatro picos de los Montes de Mijedo:
- Brusco (237 m)
- Pico Miravalles (211 m)
- Cueto Cabrero (203 m) y
- Peña Lanza (99 m)
No tiene complicaciones, salvo la multitud de señalizaciones que hay, que invitan a equivocarte.
El track está correcto.
Son interesantes las vistas y sobre todo, un pedazo de historia en el Fortín del Brusco (situado en el pico Cueto Cabrero).
FORTIN DEL BRUSCO
Retrocedamos a 1808, Guerra de Independencia española. Un limitado contingente francés, veinte unidades de caballería y un batallón de infantería, toman posición en Santoña. El vital enclave pronto regresa a manos españolas, pero a finales de 1809 el ejército napoleónico se hace decididamente con la plaza. Se producen intentos de recuperar el peñasco por parte de las tropas hispano-inglesas, como el desembarco en Noja de mil hombres que cruzan el Brusco en dirección a la villa. Esta acometida se produce también por vía marítima, Hemos de imaginar unas cuarenta embarcaciones de la escuadra inglesa luchando con la tempestad y ocho fragatas que terminan a refugio en la Peña del Fraile. Santoña había quedado en manos del ejército galo y se iniciaban los primeros trabajos de fortificación, tímidos al comienzo. Se ocupan las baterías existentes en San Martín y San Carlos y se disponen piezas de artillería en dirección al paso terrestre de Berria.
Vayamos a 1811. Bonaparte pone sus ojos en Santoña y percibe su importancia estratégica. Importantes remesas presupuestarias comienzan a llegar, aprovisionamientos, planes de fortificación, ingenieros militares enviando informes al emperador y unos ochocientos vecinos trabajando en las obras y hasta dos mil soldados dedicados a convertir Santoña en un lugar inexpugnable. Es entonces cuando empieza a cobrar el papel decisivo como plaza fuerte que tendría hasta el último día de la contienda.
A mediados de 1811 se cuenta ya con una fortificación elemental de campaña. El istmo de Berria y la entrada a la bahía son defendidos con baterías, atrincheramientos, empalizadas, obras dispuestas a asegurar la preciada posesión utilizando madera y arena. Se inicia la construcción de la obra "sólida", el Fuerte Imperial, la Batería Rouget o de la Cueva, el complejo de Galbanes. Los límites exteriores del pueblo son cerrados a cal y canto taponando las calles con barricadas. El Monte Buciero y el Gromo sufren sobremanera la necesidad de madera y son prácticamente pelados. Los planes de defensa incluyen barrenar acantilados allí donde se presupone una mínima posibilidad de desembarco nocturno. Santoña quedaba convertida en un bastión inasequible para cualquier ejército de la época. Una roca metida en el mar, relativamente fácil de defender, imposible de tomar.
1812 supone un giro radical en el desarrollo de la guerra a escala nacional. El ejército imperial pierde paulatinamente terreno y Santoña y Burgos van perfilándose como las únicas plazas francesas en todo el norte peninsular. Un impresiontante bloqueo va ciñéndose en torno de la pequeña población cántabra. La escuadra inglesa trata de cerrar el paso marítimo (sin mucho éxito, los franceses continuaron aprovisionando el enclave por esta vía). Entre 1812 y mediados de 1813 españoles e ingleses van tomando posiciones, Argoños, Castillo, Noja, Cicero, Colindres, Laredo.
Santoña queda aislada, dispuesta al combate final. Dos mil franceses esperando tras trincheras, empalizadas, fortalezas y parapetos y unas 90 piezas de artillería desplegadas en todas las direcciones posibles. Unos cuatro mil hombres estrechando el cerco.
Este breve repaso de la contienda nos lleva hasta la construcción del Fortín o Reducto del Brusco. Los ingenieros franceses perciben la urgencia del momento. Ha de sellarse el acceso terrestre. A marchas forzadas se trabaja en los puntos más elevados del Gromo (justo donde hoy contemplamos dos gigantescas antenas de telefonía yacen los restos del fuerte del Gromo cubiertos de vegetación e ignorados absolutamente por el ayto. de Argoños, más interesado en el cemento que en la historia). Cuatro meses de trabajo entre finales de 1813 y principios de 1814 dan como resultado esta obra razonablemente conservada hasta nuestros días.
A principios de 1814 la ofensiva española retoma Laredo. Sólo resta acometer el ataque del peñasco santoñés.
El pequeño fortín desempeña un papel crucial en esos días decisivos. La disposición de la peña sobre la que se asienta, escarpadas laderas por todos los flancos, hace que la batalla sea cruenta y prolongada. Imaginemos a cincuenta franceses preparados para morir defendiendo la posición y a un contingente muy superior de españoles dispersados por todo el abrupto y boscoso contorno. El espacio para los defensores es increíblemente reducido.
Estamos a finales de marzo de 1814. Otra vez es necesario un pequeño esfuerzo de imaginación. Aún puede olerse y sentirse el fragor de aquellos días. Las mismas piedras, la misma peña abrupta que asoma la cabeza entre la densa naturaleza. Cincuenta franceses del 130º Regimiento de Infantería desesperados en el escueto interior del fuerte. Cuatro batallones de infantería en pos de la cima. Cuatro días. Cuatro noches. Ataques y retiradas, mientras los defensores van quedándose sin munición, sin alimento. La cumbre se cubre de cadáveres.
Es el 25 de marzo. El teniente Pison observa cómo el enemigo se dispone a un ataque final y ordena desalojar la posición. Hay que escapar, como sea posible, hasta el fortín del Gromo.
El lugar conserva su encanto y poder evocador, aunque en la práctica se desconozca ampliamente incluso su existencia, no digamos ya su historia. Conociendo unas notas elementales de lo sucedido, el visitante puede recrear este episodio mientras asciende a lo alto de la peña. Encaramarse a estas piedras permite casi escuchar disparos de mosquete y alaridos de hombres.
AVISO:Las ruta aquí descrita así como el track y waypoints los he descargado de mi GPS después de hacerla personalmente. Aún así, debéis de considerarlos meramente orientativos. Los tracks no marcan siempre el itinerario exacto, por tanto pueden contener errores, esto es debido a que durante la grabación por GPS la recepción de los satélites puede ser débil especialmente en zonas de barrancos, desfiladeros profundos, zonas de bosque espeso, etc. Siempre recomiendo GPS, no aplicaciones para navegar con el teléfono. Queda a la responsabilidad de quien las realice,las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad,que dependerán de las CONDICIONES climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física del que las realice.
Siempre recomiendo ir acompañado al monte, dejando aviso a un conocido o familiar de nuestro itinerario y tiempos previstos, llevar el teléfono con carga suficiente, agua, comida y abrigo adecuado a la época y recorrido a realizar. No olvidéis las pilas de repuesto para vuestro GPS.
En invierno, no ir con los horarios muy ajustados para evitar que la oscuridad nos dificulte la movilidad.
- Brusco (237 m)
- Pico Miravalles (211 m)
- Cueto Cabrero (203 m) y
- Peña Lanza (99 m)
No tiene complicaciones, salvo la multitud de señalizaciones que hay, que invitan a equivocarte.
El track está correcto.
Son interesantes las vistas y sobre todo, un pedazo de historia en el Fortín del Brusco (situado en el pico Cueto Cabrero).
FORTIN DEL BRUSCO
Retrocedamos a 1808, Guerra de Independencia española. Un limitado contingente francés, veinte unidades de caballería y un batallón de infantería, toman posición en Santoña. El vital enclave pronto regresa a manos españolas, pero a finales de 1809 el ejército napoleónico se hace decididamente con la plaza. Se producen intentos de recuperar el peñasco por parte de las tropas hispano-inglesas, como el desembarco en Noja de mil hombres que cruzan el Brusco en dirección a la villa. Esta acometida se produce también por vía marítima, Hemos de imaginar unas cuarenta embarcaciones de la escuadra inglesa luchando con la tempestad y ocho fragatas que terminan a refugio en la Peña del Fraile. Santoña había quedado en manos del ejército galo y se iniciaban los primeros trabajos de fortificación, tímidos al comienzo. Se ocupan las baterías existentes en San Martín y San Carlos y se disponen piezas de artillería en dirección al paso terrestre de Berria.
Vayamos a 1811. Bonaparte pone sus ojos en Santoña y percibe su importancia estratégica. Importantes remesas presupuestarias comienzan a llegar, aprovisionamientos, planes de fortificación, ingenieros militares enviando informes al emperador y unos ochocientos vecinos trabajando en las obras y hasta dos mil soldados dedicados a convertir Santoña en un lugar inexpugnable. Es entonces cuando empieza a cobrar el papel decisivo como plaza fuerte que tendría hasta el último día de la contienda.
A mediados de 1811 se cuenta ya con una fortificación elemental de campaña. El istmo de Berria y la entrada a la bahía son defendidos con baterías, atrincheramientos, empalizadas, obras dispuestas a asegurar la preciada posesión utilizando madera y arena. Se inicia la construcción de la obra "sólida", el Fuerte Imperial, la Batería Rouget o de la Cueva, el complejo de Galbanes. Los límites exteriores del pueblo son cerrados a cal y canto taponando las calles con barricadas. El Monte Buciero y el Gromo sufren sobremanera la necesidad de madera y son prácticamente pelados. Los planes de defensa incluyen barrenar acantilados allí donde se presupone una mínima posibilidad de desembarco nocturno. Santoña quedaba convertida en un bastión inasequible para cualquier ejército de la época. Una roca metida en el mar, relativamente fácil de defender, imposible de tomar.
1812 supone un giro radical en el desarrollo de la guerra a escala nacional. El ejército imperial pierde paulatinamente terreno y Santoña y Burgos van perfilándose como las únicas plazas francesas en todo el norte peninsular. Un impresiontante bloqueo va ciñéndose en torno de la pequeña población cántabra. La escuadra inglesa trata de cerrar el paso marítimo (sin mucho éxito, los franceses continuaron aprovisionando el enclave por esta vía). Entre 1812 y mediados de 1813 españoles e ingleses van tomando posiciones, Argoños, Castillo, Noja, Cicero, Colindres, Laredo.
Santoña queda aislada, dispuesta al combate final. Dos mil franceses esperando tras trincheras, empalizadas, fortalezas y parapetos y unas 90 piezas de artillería desplegadas en todas las direcciones posibles. Unos cuatro mil hombres estrechando el cerco.
Este breve repaso de la contienda nos lleva hasta la construcción del Fortín o Reducto del Brusco. Los ingenieros franceses perciben la urgencia del momento. Ha de sellarse el acceso terrestre. A marchas forzadas se trabaja en los puntos más elevados del Gromo (justo donde hoy contemplamos dos gigantescas antenas de telefonía yacen los restos del fuerte del Gromo cubiertos de vegetación e ignorados absolutamente por el ayto. de Argoños, más interesado en el cemento que en la historia). Cuatro meses de trabajo entre finales de 1813 y principios de 1814 dan como resultado esta obra razonablemente conservada hasta nuestros días.
A principios de 1814 la ofensiva española retoma Laredo. Sólo resta acometer el ataque del peñasco santoñés.
El pequeño fortín desempeña un papel crucial en esos días decisivos. La disposición de la peña sobre la que se asienta, escarpadas laderas por todos los flancos, hace que la batalla sea cruenta y prolongada. Imaginemos a cincuenta franceses preparados para morir defendiendo la posición y a un contingente muy superior de españoles dispersados por todo el abrupto y boscoso contorno. El espacio para los defensores es increíblemente reducido.
Estamos a finales de marzo de 1814. Otra vez es necesario un pequeño esfuerzo de imaginación. Aún puede olerse y sentirse el fragor de aquellos días. Las mismas piedras, la misma peña abrupta que asoma la cabeza entre la densa naturaleza. Cincuenta franceses del 130º Regimiento de Infantería desesperados en el escueto interior del fuerte. Cuatro batallones de infantería en pos de la cima. Cuatro días. Cuatro noches. Ataques y retiradas, mientras los defensores van quedándose sin munición, sin alimento. La cumbre se cubre de cadáveres.
Es el 25 de marzo. El teniente Pison observa cómo el enemigo se dispone a un ataque final y ordena desalojar la posición. Hay que escapar, como sea posible, hasta el fortín del Gromo.
El lugar conserva su encanto y poder evocador, aunque en la práctica se desconozca ampliamente incluso su existencia, no digamos ya su historia. Conociendo unas notas elementales de lo sucedido, el visitante puede recrear este episodio mientras asciende a lo alto de la peña. Encaramarse a estas piedras permite casi escuchar disparos de mosquete y alaridos de hombres.
AVISO:Las ruta aquí descrita así como el track y waypoints los he descargado de mi GPS después de hacerla personalmente. Aún así, debéis de considerarlos meramente orientativos. Los tracks no marcan siempre el itinerario exacto, por tanto pueden contener errores, esto es debido a que durante la grabación por GPS la recepción de los satélites puede ser débil especialmente en zonas de barrancos, desfiladeros profundos, zonas de bosque espeso, etc. Siempre recomiendo GPS, no aplicaciones para navegar con el teléfono. Queda a la responsabilidad de quien las realice,las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad,que dependerán de las CONDICIONES climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física del que las realice.
Siempre recomiendo ir acompañado al monte, dejando aviso a un conocido o familiar de nuestro itinerario y tiempos previstos, llevar el teléfono con carga suficiente, agua, comida y abrigo adecuado a la época y recorrido a realizar. No olvidéis las pilas de repuesto para vuestro GPS.
En invierno, no ir con los horarios muy ajustados para evitar que la oscuridad nos dificulte la movilidad.
Waypoints
Comments (12)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Muy recomendable si te gusta el senderismo. Tiene cuestas cortas pero exigentes. Vistas muy bonitas cuando la vegetacion lo permite
Me alegro que sea de utilidad. Saludos
Muchas gracias por el track y por la descripción. Llevaba tiempo tratando de averiguar algo sobre este fortín.
Saludos. Hay mucha historia en esa montaña.
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Marco la ruta como difícil por un par de tramos muy técnicos para niñ@s (decensos de Cueto y Brusco) y por estar el tramo, desde el entorno a cima del Brusco hasta el sendero que lo bordea para llegar a Berria, prácticamente inaccesible por la vegetación que bloquea el camino (mimosas, espinos y zarzas). Por lo demás fantástica ruta y entorno de bosque virgen.
Hay bastante confusión de senderos en la zona que comentas. Gracias por los comentarios. Saludos
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Precioso bosque autóctono
Ruta entretenida. He ido sin GPS y siguiendo las señales, he llegado a destino. Hay que fijarse bien en los árboles que es dónde se han dispuesto cartelitos indicando las diferentes direcciones. Para mí, confusión después de bajar de Mijares y ver señalización para Argoños y Helgueras pero no para Brusco. Un poco más adelante, encontré el cartel en el árbol. El resto, siguiendo las abundantes señales rojas, sin problema.
Bosques, subidas, bajadas y vistas preciosas. Gracias por la descripción histórica.
La confusión fue después de Miravalles, no de Mijares.
De nada. Saludos
Muy bueno!
👍👍saludos