Picos, Nido Utre, L’Oral, Buey Muero, Visitando Braña La Cueva y Cuevallagar

Empezamos esta salida en la Braña de Senra, situada en el concejo de Yernes y Tameza, que se encuentra a unos 2 km después de pasar Yernes en dirección sur.
A esta braña, que se encuentra bastante bien conservada, se puede llegar en coche, pero no se puede continuar pues la pista que nos llevaría al Collado Fancualla, solo es para uso ganadero.
Dejamos nuestro vehículo y nos dirigimos dirección sur, encaminándonos hacía el Pico Nido de Utre, el cual coronamos en breves instantes, pues se llega a su cima prácticamente sin ninguna exigencia física. Una vez allí nos dirigimos hacía la Braña de la Cueva, para lo que tuvimos que perder altura siguiendo unas marcas amarillas, las cuales coincidían con nuestro trak. Cuando llegamos a la cueva, cual fue nuestra sorpresa que allí durmiendo se encontraba una joven extranjera, posiblemente alemana, que en aquel lugar había pasado la noche, toda una superviviente. La cueva es una impresionante oquedad en la roca, con forma semiesférica que tiene construida dentro una cabaña de piedra, la cual se utilizaría en el pasado para guardar algún tipo de ganado, o como refugio de pastores.
Continuamos nuestra andadura ganando la altura que habíamos perdido, para dirigirnos a las cabañas de La Muria, que se encuentran algunas de ellas en penosa conservación.
Vamos ascendiendo por pista de tierra, desde donde avistamos abajo La Braña de Bravo, esta si se ve en perfecto estado de conservación. Dejamos la pista para incorporarnos a una senda que se pierde en algunas ocasiones, pronto llegamos al Collado de la Candavina. En este collado se encuentra el Corro de la Señora, que está en bastante buen estado de conservación. Seguimos avanzando ganando un poco de altura, para empezar luego a descender hacía una pequeña charca, que se encuentra totalmente helada. Desde aquí avistamos la Fuente Llaneces, lugar perfecto para abastecerse de agua fresca. Continuamos nuestra andadura perdiendo altura hacía la Cueva de Cuevallagar, la cual se encuentra envuelta en una helada impresionante.
Gracias a la helada pudimos adentrarnos bastante en ella, pues los escrementos del ganado que en otras ocasiones nos impidieron entrar, en esta ocasión se encontraban congelados y se podía pasar por encima de ellos sin hundirse y ponerse perdidos.
Además al no haber ganado dentro se podía estar más tranquilo, pues en verano se llena de caballos y vacas, pudiendo recibir una coz o una cornada en cualquier momento.
Dentro de la impresionante cueva se aprecian gran cantidad de estalagmitas y estalactitas de hielo, todo un espectáculo para la vista.
Salimos de la cueva y por terreno de campera fácil de andar, vamos ganando altura hasta El Túmulo del Monte Piurices, desde donde se contemplan unas impresionantes vistas.
Descendemos hacía la campa de Cuevallagar por terreno limpio, fácil de andar, y nos dirigimos en línea recta hacía la cima del Pico L’Oral. Esta ascensión se torna un poco más complicada, pues a partir de un tercio de la ascensión hacía la cima, el terreno se encuentra tapado de cotollas, y se hace un poco más dura la ascensión.
Esta cima se encuentra coronada por un mojón de hormigón y una placa del Grupo de Montaña Ensidesa.
El descenso lo hacemos por terreno limpio, fácil de andar, hasta el Collado Fancualla, desde dónde tomamos una pista de tierra que nos llevará hasta Brañas Negras, un conjunto de cabañas bien conservadas construidas con piedra negra, posiblemente de origen ferroso. Un lugar perfecto para hacer una parada para comer antes de encaminarnos a la última cima de la jornada, el Pico Buey Muerto.
Continuamos por pista de tierra algo embarrada y tras pasar al lado de la Fundación Vital, abandonamos la pista y continuamos por campera fácil de andar. Tras pasar por dos o tres pequeñas lomas coronamos el Pico Buey Muerto, que cuenta con buzón de cumbres en el suelo, al lado de un pequeño jito de piedras.
Regresamos por el mismo itinerario hasta La Collada, dónde nos desviamos en dirección Al Miredoriu. Tras pasar por La Corona, seguimos avanzando hasta que tomamos una pista a la derecha en dirección a una braña que se ve al fondo, con la intención de evitar la subida al Collado Fancualla, y atajar en dirección a donde teníamos el coche.
Avanzamos por la pista bastante helada, pues está en sombrío, y después de pasar por un abrevadero totalmente helado llegamos a las cabañas. Desde aquí nos dirigimos a nuestra izquierda por La Branella, por terreno de cotollas difícil de andar, hasta que llegamos a una cabaña perteneciente a La Braña de Senra. Tras atravesar un gran prado cerrado con piedras, llegamos a una caleya que sale cerca de donde teníamos el coche, lugar donde damos por finalizada esta salida.
En esta ocasión los datos que da la aplicación bajo mi punto de vista se ajustan bastante a la realidad.