Intento subida a El Gigante desde el Cortijo de la Esperilla

Ayer, sábado 8 de marzo de 2014 salimos mi padre y yo con la intención de ascender hasta El Gigante. No voy a exponer nuestro plan en concreto (el recorrido que habíamos preparado previamente y que llevábamos como guía en nuestro GPS para subir a El Gigante) porque este desembocó en un fracaso total. Habíamos estado unos días antes estudiando las escasas subidas al Gigante por parte de otros senderistas (desde donde habían salido, por donde habían ascendido y bajado, y sobre todo sus comentarios sobre el tipo de terreno). Durante este estudio decidimos cambiar el "Punto de Salida", para hacerlo desde el Cortijo de la Esperilla en vez del Cortijo de Gil. Este cambio no supuso ningún problema "al principio", tan solo nor tropezamos con un cercado que rodea una especie de pantanillo que tuvimos que rodear. Desde allí nos dirigiríamos hacia un punto del recorrido de ascenso hecho por otros. Una vez que enlazáramos con este punto (cerca de lo que denominan 'La Cueva'), segaríamos ascendiendo desde allí, por lo que suponíamos que debía de ser un sendero, hasta la cima del Gigante. Ni sendero ni nada que se le parezca. A partir de los 1020 metros de altura el terreno se encrespó y la vegetación se espesó hasta tal punto que no paramos de hacer guiñadas a un lado y a otro. En algunas ocasiones hasta tuvimos que retroceder varios metros para intentar seguir por otro acceso porque el paso era infranqueable. Trepábamos por rocas firmes y entonces nos tropezábamos con vegetación tupida, pinos con ramaje bajo y espeso y gran cantidad de pinos secos caídos y atravesados, difíciles de rodear sin retroceder. Algunos otros metros fueron por empinadas pendientes de cantos de piedras sueltas. El caso es que no conseguíamos ascender más de 100 metros de altura por hora, y no por incapacidad física nuestra sino por lo intrincado del terreno, porque continuamente había que pararse a estudiar por donde seguir. Pensamos en abandonar en vista de las dificultades del terreno, pero finalmente nos propusimos alcanzar al menos el punto de encuentro con el recorrido de los otros senderistas. Hasta allí llegamos, un lugar muy próximo a de una gran peña aislada, pero a la vista del terreno que teníamos por delante y de la hora que era, decidimos reponer líquidos y sólidos y volver sobre nuestros pasos en dirección al coche que habíamos dejado en el Cortijo de la Esperilla. El día fue bueno, despejado y con temperatura agradable. Vimos unas cabras montesas ¿…? en un pequeño claro, hicimos algunas fotografías y nos pasamos unas horas entre la naturaleza. El día fue una gozada aunque el objetivo pretendido se hubiera convertido en un fracaso. Otra vez será.