⬆ Invernal al Mugarra (964m) desde Mañaria

A la tercera fue la vencida. Al fin he podido disfrutar una ascensión invernal en condiciones, pudiendo observar las diferentes panorámicas del entorno desde la distancia, sin que la niebla hiciese aparición y pudiera impedírmelo... al menos durante el suficiente rato.

La previsión del tiempo indicaba pequeñas nevadas durante la mañana, mas persistentes a partir del mediodía. Cabía la posibilidad de que llegase al punto de partida y ver que en lo alto de las 3 grandes montañas que rodean el pueblo de Mañaria (Untxillatx, Errialtabaso y Mugarra) estuvieran tapados por la niebla, pero afortunadamente no fue así, así que fui con la idea de acceder al último de ellos, al Mugarra, y llegar como mínimo hasta el precioso collado de Mugarrikolanda.


Comienzo en la pequeña localidad vizcaína de Mañaria, al que accedo gracias a la línea de autobús que va desde Durango hasta Vitoria. Por ahora circulaba sin problemas, pero luego había que ver si tendría la suerte de que me pudiera llevar de vuelta, a mi y a los 20 preadolescentes que, eufóricos, se dirigieron hacia Urkiola.

La primera parte del ascenso es pan comido. Avanzo por una pista asfaltada con rampas algo exigentes, que me permiten calentar los motores rápidamente.

Mas adelante, al pasar al lado de un caserío y una vez hago un doble giro derecha-izquierda, abandono el asfalto para ir ya de principio a fin por sendero natural, con algo de piedra en la parte mas alta. Por ahora sigo sin ver la nieve en el suelo aunque si que la veo en la distancia, en la parte rocosa de todas las cumbres que mi vista alcanza a ver; Udalatx, Untxillatx, Alluitz, Anboto, Errialtabaso, Urkiolamendi y Saibigain (estos 2 últimos son de hierba). Magnífica panorámica!!

Después, me adentro por una pequeña arboleda, y a partir de aquí es cuando la nieve hace acto de presencia. Como era de esperar, después de 2 noches consecutivas con temperaturas muy bajas (de al menos -5º o incluso mas frías), el manto blanco se encontraba bastante duro, y aunque no llegaba a ser hielo si que estaba algo resbaladizo.

Por fortuna, a medida que iba ascendiendo mas y mas, y la nieve tenía cada vez mas espesor, la dureza de la misma mejoraba y me permitía poder pisar y clavar las botas de mejor manera.

Ya tenía de cerca el imponente paredón rocoso del Mugarra, lugar en el que 2 locos y valientes escaladores atacaban la arista Este del monte. Arriba, en el cielo, un grupo de buitres sobrevolaba en círculos la zona, esperando quizás que dichos escaladores o cualquiera de las numerosas personas que andábamos por el lugar, nos diera una pájara y llevarse así un suculento botín.

En pocos minutos, llego hasta el primer punto clave de la ruta, el precioso collado de Mugarrikolanda (760m). Desde aquí se puede optar por hacer 3 recorridos diferentes: ir por el lado izquierdo para hacer cumbre a los montes Artatzagan/Artzetagan y Leungane, seguir recto para adentrarse en las entrañas del laberinto kárstico de la sierra de Legarmendi/Aramotz, o girar a la derecha y ascender los últimos 200m de desnivel hacia la cumbre del Mugarra.

Mi objetivo es hacer cima al Mugarra, mas si cabe viendo que el clima aun me está respetando. Pero antes, decido seguir recto, un poco mas allá de donde se encuentra una fuente y un cruce de caminos con otro de los accesos al Mugarra desde los barrios de Durango, para fotografiar una estampa del monte que curiosamente tengo hecha con anterioridad en otras 2 estaciones del año de manera muy similar, casi idéntica (en primavera y otoño, lo podéis mirar en las fotos iniciales del track). Ya solo me faltaría hacerla durante el Verano, cosa que haré un año de éstos cuando me de por hacer una de las etapas de mi vuelta a Euskadi que pasaría también por aquí.

Una vez hecha la foto, vuelvo al collado para, ahora si, atacar la cumbre del Mugarra.
Aquí la nieve tenía un espesor importante, pero no tan alta como esperaba encontrarme en un principio (apenas 40-50cm, poco comparado con los 120cm que me topé cerca del monte Irimo (901m), en Gipuzkoa).

La calidad de la misma era muy buena en la ladera de este collado, se podía andar sin miedo a posibles resbalones. Pero una vez llegado a lo alto de la ladera, tras pasar por un portillo, la cosa cambiaría bastante. El estado de la nieve era irregular según en que zonas pasaba, siendo en general dura allá donde estaba mas pisado, donde había huella. Por una vez esto no iba serme de ayuda, menos teniendo en cuenta que el camino es de principio a fin muy estrecho, empinado, y con la presencia de otra ladera por el costado izquierdo con mucha inclinación.

Especialmente complejo iba a ser acceder a otra pequeña arboleda, lugar donde se encuentra el paso mas problemático técnicamente hablando, tanto en nieve como en mojado o incluso en seco (aquí se haya una resbaladiza pedrera, hoy cubierta por la nieve, pero que en cualquier caso patina un montón).

De cara a la subida no veía problema, ya que asegurando el paso, y yendo a paso de tortuga (tan despacio que me adelantaba todo el mundo), podría avanzar sin mayores complicaciones. La dificultad real estaría en el descenso. Aun así, siendo consciente de lo que me vendría después, tiré para adelante.

Mas chungo se me iba a poner el panorama, ya que a pocos metros de llegar a la cumbre, la niebla se me echó encima, aunque de manera parcial. Ya había llegado hasta aquí la nieve de la borrasca "Filomena", que tantos problemas está dando en buena parte del país, aunque aquí en Euskadi poco nos hará.

Finalmente, consigo llegar al buzón cimero del monte Mugarra (964m). Lastima que la niebla no me dejó disfrutar de las vistas, aunque lo cierto es que son similares a las que se veía desde el collado de abajo, añadiendo una panorámica de los montes Artatzagan y Leungane, las entrañas de la sierra de Aramotz y la localidad de Amorebieta, entre otros, aunque visto desde una perspectiva diferente.

Ahora me tocaba poner los 5 sentidos en alerta y descender con la máxima precaución.
Al igual que en la subida, el punto donde tuve más problemas fue en la "pedrera", aunque realmente las pasé putas durante toda la bajada hasta llegar al collado, tanto que usé una técnica que mas que seguro absolutamente nadie ha usado en el día de hoy; echar el culo en suelo y, sujetándome con las manos, deslizarme poco a poco hasta llegar a un punto donde pudiera tener el control de la situación y continuar de pie.

No es algo de lo que me haga sentirme orgulloso, porque eso demuestra inseguridad, algo lógico por mi falta de experiencia en rutas invernales, pero vamos, que si eso sirve para salvar mi culo, valga la redundancia, me doy por satisfecho.

Dicho y hecho, superé el tramo más complicado y ya de ahí en adelante no tuve que volver a utilizar mi trasero para avanzar. Ya solo me quedaba descender un último pero cómodo repecho hasta llegar volver al collado de Mugarrikolanda. En ese momento la nevada ya empezaba a ser de cierta intensidad.

Finalmente, vuelvo sobre mis pasos, descendiendo por el mismo camino que utilicé para subir, hasta llegar al pueblo de Mañaria, donde concluyo así esta exigente aunque preciosa ruta.


Decir como anécdota que al llegar a la parada de bus, con la idea de coger el mismo transporte que en la ida, me encontré que la carretera que asciende por el puerto de Urkiola estaba cerrada, con lo cual en ese instante no podía llegar el autobús procedente de Vitoria. Esto me fastidió a mi y también los planes de mucha gente que iban en coche hacia el puerto, y no les quedó otra que darse media vuelta. Cómo y cuando volverían a casa los eufóricos chavales que fueron a Urkiola...

PD: Este track lo podéis seguir tranquilamente haga el clima que haga, con nieve, lluvia, en seco... como os de la gana hacer, no tiene pérdida. Únicamente hay que ir con cuidado desde el collado de Mugarrikolanda hasta la cima, especialmente a la hora de bajar.