Irús (Valle de Mena): alto del Cabrío, cascadas de Aguasal, Arceo, camino de las Enderrozas y cascadas del Hijuela

Itinerario circular por otro de los maravillosos lugares de Las Merindades. Partimos de Irús (Valle de Mena), ascendemos al alto del Cabrío, descendemos al río Ordunte, para contemplar sus cascadas de Agusal, seguimos hasta Arceo, y continuamos por el camino de Nava y el de las Enderrozas para completar nuestro trayecto. Hemos tomado como referencia la ruta de Adrián “Tesoros de las Merindades: Cascadas de Aguasal e Irús por el Camino Real de las Enderrozas. Dos cimas de regalo”. Y la hemos seguido casi al completo.
Poco antes de llegar al pueblo de partida hemos atravesado unos cuantos kilómetros de intensa niebla, y después de venir de una zona con un día despejado, hemos empezado a preocuparnos por este hecho. Pero por fortuna, muy poco antes de llegar, la niebla ha quedado atrás. Y parece que vamos a tener un espléndido día de sol.
Saludamos a un vecino del pueblo que nos informa de que si íbamos a las cascadas el camino era otro y que no tienen agua. Le comentamos que íbamos a hacer un recorrido que llevábamos en el móvil. Y ver las cascadas era para nosotros un añadido, pero si no tenían agua era una pena, pero nada podíamos hacer.

Descripción de nuestra caminata:
Comenzamos a andar desde el barrio Sobrado de Irús por un camino que asciende hacia el frondoso bosque. Inicialmente va por encima de unas enormes placas de piedra caliza que parece que las hubieran colocado allí de forma intencionada. Enseguida comenzamos a coger altura y disfrutar de preciosas vistas del Valle de Mena. El camino asciende por medio de un robledal, en el que también hay muchas hayas, encinas, algunos acebos, etc.
Comenzamos a ver que la niebla que hemos dejado atrás sigue en el oeste y que está despejado hacia el este. Alcanzado el collado, cogemos el camino a la derecha que asciende al alto del Cabrío, desde donde disfrutamos de espectaculares vistas. Volvemos por el sendero que desciende más recto hacia el collado y que está menos definido. Y retomamos el camino a la derecha que baja hacia el valle del río Ordunte.
Llegamos cerca del cauce en un rápido descenso. Y oímos con fuerza el ruido del agua. ¡¡Que alegría!!. Nos habían dicho que no veríamos cascadas, pero creemos que sí, que las vamos a ver. Hasta que no lleguemos a ellas no podremos comprobar su fuerza.
Por esta zona han hecho varios caminos de monte, y hay muchos pinos de reforestación. Es posible que estén preparando la zona para algunos trabajos forestales. De cualquier forma hay que ir atentos al recorrido, que no siempre sigue el camino evidente.
Antes de acercarnos al cauce y comprobar el caudal, reponemos fuerzas en en una zona despejada disfrutando agradablemente del sol. Y continuamos hacia el río por un camino lleno de vegetación y nada evidente, que sale a la derecha del que traíamos. Ahora es más bien un sendero. Y enseguida llegamos al cauce. Lleva abundante agua, ¡¡puede haber bonitas cascadas!!.
Pronto nos encontramos con un puente sobre el río Ordunte , que es parte del un camino ancho y cómodo. Y también los senderos que se acercan a las cascadas. Disfrutamos de este magnético espectáculo acuático y hacemos las fotos de rigor. Encantados por esta sorpresa (no nos habían informado bien) retomamos el ancho camino por el bosque que nos llevará hasta Arceo. Es principalmente un hayedo joven, también hay algunas zonas de pinos.
Ya cerca de Arceo tenemos unas fantásticas vistas de los Montes de la Peña y del Valle de Mena. Llegados a esta diminuta aldea, vemos su iglesia de San Vicente y algunas preciosas casas rurales. Y continuamos por el camino de Nava que desemboca en el Camino Real de las Enderrozas. Camino medieval muy bien conservado en algunos tramos, construido en el siglo XVI y muy utilizado hasta el XVIII, y no una calzada romana como ha quedado demostrado en exhaustivos estudios recientes. Todo el tramo, desde Arceo hasta Irús, coincide con el del Camino Olvidado de Santiago, recientemente señalizado.
Nos desviamos del Camino Real para ver las cascadas de Irús, o del Hijuela. El caudal es tan pobre que apenas se aprecia cascada. Ahora entendemos al vecino de Irús que nos decía que no había agua. Se refería solo a estas cascadas. Desconocía que nosotros íbamos a hacer un recorrido mucho más amplio.
Ya en Irús visitamos su iglesia de San Millán, dando por finalizado este magnífico recorrido donde lo iniciamos.
En conclusión, ruta muy recomendable por el precioso Valle de Mena que como todas Las Merindades tiene muchos atractivos y una gran riqueza biológica, geológica y arquitectónica que debemos apreciar, proteger y conservar.

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