Isla Cabeza de la Viña, Castillo y Ermita de Bujaraiza desde el Collado del Almendral (Sierra de Segura)

Aprovechando que las aguas del Embalse del Tranco están bajas y la Isla de la Cabeza de la Viña ya no es tal isla sino península, hemos profanado sus entrañas tranquilas penetrando por el istmo emergente, donde una pista que sale desde el Collado del Almendral entra y rodea parte de la famosa isla del Tranco. Aprovechamos también para visitar las ruinas del Castillo de Bujaraiza y la Ermita de San Miguel de Bujaraiza, en una sorprendente e interesante ruta repleta de mágicas panorámicas del bellísimo Embalse del Tranco custodiado por las Sierras de Segura y las Lagunillas.

He calificado de moderada la presente ruta debido a que cresteamos la cuerda mayor de la Cabeza de Viña y a que buena parte de la misma transcurre por la ceja del embalse con tramos algo incómodos, pero sin duda asequibles para personas acostumbradas a caminar por montaña. Si queremos hacer un recorrido sencillo, incluso para niños, con una distancia que a penas superaría los 12 kilómetros, solo tendríamos que seguir la pista que traza una circular en la Isla para terminar saliendo por el mismo lugar de entrada hacia el Collado del Almendral.

Iniciamos la ruta en el Collado del Almendral, a escasos metros de la entrada principal al Parque Cinegético. Allí hay espacio para estacionar varios vehículos. Tomamos la pista que desciende hacia el NE. A los pocos metros llegamos a una bifurcación y seguimos el ramal izquierdo, pues el derecho entra en el Parque Cinegético y está cerrado. Pasamos el istmo que se inunda cuando el embalse está un poco más lleno y también pasamos muy cerca de la isla del Castillo de Bujaraiza (que ahora tampoco es tal) y que visitaremos a la vuelta. Llegamos a una bifurcación y seguimos el camino principal, a la izquierda. El derecho lleva a unos viejos corrales o jaulas. Poco después llegamos a otra bifurcación, donde comienza el tramo circular de la pista que bordea la Cabeza de la Viña. Nosotros tomamos el ramal derecho.

A los pocos metros de la bifurcación dejamos la pista para ascender campo a través hacia el NE. Pronto damos con un viejo sendero que seguimos unos metros para dejarlo poco después para seguir ascendiendo en busca de las cimas de la Isla. Llegamos al Puntal de Gorrilla y solo unos metros después damos con unas rodadas de vehículo. Seguimos las rodadas que para nuestra sorpresa siguen la cresta y resultan ser un camino, endeble, pero camino. El camino termina y nosotros seguimos cresteando, de manera bastante cómoda, pues no hay obstáculos que dificulten nuestra marcha, está limpia de vegetación a modo de estrecho cortafuegos y con un ascenso no demasiado acusado.

Llegamos a un collado y enfrente de nosotros tenemos el punto más elevado de la Isla, el cual da nombre a la misma. Aquí el ascenso sí que es mucho más acusado. Pronto damos con un sendero claramente de herradura por los restos de sus refuerzos mamposteros y que bordea el cerro por la derecha y que desechamos porque pensábamos que se desviaba de nuestro objetivo. Pero estábamos equivocados pues después de coronar el Cabeza de la Viña y descender un poco por su cresta volvimos a dar con él.

Seguimos dicho sendero que de forma magistral sigue la cuerda trazando zigzags en la zonas más pendientes y evitando algún espolón rocoso. Llegamos a otra cima solo unos metros más baja que la anterior y hasta donde llega un cortafuegos por su ladera oriental. Por dicho cortafuegos descendemos hasta la pista circular de la isla, que seguimos a la izquierda, hacia el Norte.

En menos de un kilómetro la pista atraviesa otro cortafuegos y descendemos por él hasta llegar a la ceja del embalse y por ende a sus aguas. Ahora iniciamos un tramo de más de 4 kilómetros recorriendo el contorno del embalse disfrutando enormemente de panorámicas espectaculares teniendo como protagonista las bellas aguas del mismo. Caminamos por zonas bastante cómodas de playas de grava fina y limo y otras más incómodas por lo inclinado de la ceja y por la presencia de rocas más grandes y nacientes tarays.

Llegamos de nuevo a la pista en el istmo y nos desviamos a visitar el Castillo de Bujaraiza. De nuevo en el istmo, a los pocos metros de nuevo lo dejamos para buscar el agua del embalse y seguir su contorno hacia el Norte, por la orilla contraria a la Cabeza de la Viña. Nuestro objetivo ahora es llegar a la vieja Ermita de San Miguel de Bujaraiza.

El regreso en vez de realizarlo por el mismo lugar, lo que hacemos es seguir los viejos bancales de cultivo que hay por encima de la Ermita hacia el Sur hasta que damos con un viejo camino que conectaba el Collado del Almendral con la aldea de Bujaraiza. Dicho camino está muy perdido por tramos, pero con paciencia lo vamos siguiendo hasta llegar a la carretera A-319 a escasos metros de donde estacionamos el vehículo, dando por concluido éste fantástico recorrido.