Isla de El Hierro: desde el Mirador de la Peña al Mirador de Jinama y descenso a Tigaday

En este recorrido visitamos el Mirador de la Peña, del que partimos. Esta construcción perfectamente integrada en el paisaje es obra del arquitecto lanzaroteño Cesar Manrique y el artista tuvo la inteligencia de situarlo a una altura intermedia a la que no descienden las muy frecuentes nubes que provocan los vientos alisios. De este modo se puede disfrutar de sus estupendas vistas prácticamente todos los días. Una vez que abandonamos el mirador seguimos hacia la ermita de La Peña por el sendero PR EH 6 hacia San Andrés.
En el recorrido por el altiplano vamos encontrando numerosas parcelas pequeñas cercadas por paredes de piedras que hoy día ya no se cultivan, salvo algunas raras excepciones, y se dedican principalmente a pastos.
Y llegamos al segundo mirador del día, el de Jinama. Está situado a 1230 m. sobre el nivel del mar, 580 m. por encima del de La Peña, y entre nubes con mucha frecuencia. Así nos encontrábamos cuando llegamos a él, envueltos por la niebla, pero las nubes van y vienen y tuvimos la suerte de que en el rato que pasamos allí desaparecieron para que pudiéramos disfrutar de las espectaculares vistas.
Afrontamos a continuación un fuerte descenso de casi 900 metros por el tradicional camino de Jinama, que baja serpenteando de manera continua pegado a la pared del acantilado. Era la vía tradicional de comunicación de El Golfo con el resto de la isla hasta la construcción de la carretera en los años 60 del siglo pasado. Hoy convertido en la joya del senderismo herreño. Este trayecto es el más espectacular que se hace en la popular fiesta cuatrienal de “La Bajada de la Virgen de los Reyes”. Encontramos una referencia a esta fiesta en un lugar del sendero llamado “descansadero de la virgen”. El camino está empedrado en su mayor parte, con piedras muy desgastadas y que con lluvia pueden ser muy resbaladizas. Transcurre entre abundante vegetación, con espectaculares mocanes, una especie de la laurisilva, como el “mocán de la sombra” que por su frondosidad y tamaño es muy propicio para el descanso de los caminantes, y el “mocán de los cochinos”, en el ataban a estos animales para el descanso durante “las mudadas”.
Y llegamos a la iglesia de Ntra. Sra. de la Candelaria, con un espectacular campanario situado en el cono volcánico a espaldas del templo, donde damos por finalizada nuestra caminata.
En todo este recorrido hemos sido acompañados por Enrica y Paolo, nuestros excelentes guías, que nos han informado con su infinita sabiduría y amor a esta isla, de todo lo que nos íbamos encontrando en nuestro camino.