ISLA DE ONS

La duración real de la ruta son 3 horas y 6 minutos. El resto son paradas para descansar, observar los paisajes, sacar fotos y darnos un descanso y baño en la playa.
La ruta la comenzamos nada más saltar del barco a tierra firme, desde el muelle de la isla de Ons. Si miramos hacia el norte veremos la playa de las Dornas, que recibe el nombre de la embarcación tradicional más común en las islas: las dornas Navegando a remo o a vela, las familias de la isla conseguían la mayor parte de su sustento en las aguas alrededor del archipiélago. Si dirigimos la mirada hacia el sur veremos nuevamente las islas Cíes con la isla de Onza, por delante.
Nosotros decidimos enlazar varias rutas, comenzando por la parte sur de la isla. La Ruta Sur tiene un recorrido muy completo que transita por toda la mitad sur de la isla de Ons. Parte del punto de información de As Rodas, sube por la calle de O Curro y -al llegar al cruce- desciende por la pista que va a Area dos Cans, la playa más frecuentada por los visitantes.
El sendero sigue -paralelo a la costa- hasta Canexol, donde pasamos entre las casa rectoral y la playa (un poco más arriba se encuentra el castro -sin excavar- de Castelo dos Mouros).
Desde aquí el camino comienza a subir hacia las instalaciones del campamento de la Xunta. Llegaremos hasta O Alto.
Allí gira a la izquierda buscando el mirador de Fedorentos, atalaya que nos ofrece una panorámica espectacular de la isla de Onza, las islas Cíes, la Costa de la Vela y la ría de Aldán.
Una vez contemplada la inmensidad del océano atlántico, volveremos sobre nuestros pasos para, en el cruce, tomar camino a la izquierda para seguir bordeando la isla.
Nuevamente nos tendremos que desviar a la izquierda para ver una curiosa formación geológica que fue construyendo el océano golpe a golpe: O Buraco do Inferno.
El camino bordea los acantilados verticales de la costa occidental, admirando los illotes Freitosas, nombre de origen romano que hace referencia a la roca quebrada que forma los acantilados y los islotes.
Seguimos caminando bordeando la isla por la parte que mira al atlántico, donde nos refrescaremos con la brisa marina, que se agradece en verano. Llegaremos a la ensenada de Caniveliñas. El nombre proviene de una especie de cañas que crece aquí asociada a un manantial.
Aquí decidimos enlazar con la ruta azul y amarilla para subir al faro de la isla, con 128 metros de altura.
Rodeamos el faro y comenzamos a bajar hacia el sur hasta el cruce de la playa de Melide, donde tomaremos una nueva pista de tierra en bajada suave hasta la playa donde estuvimos un par de horas tomando el sol y un baño relajante.
La vuelta se realiza por el camino balizado de azul que nos devolverá a O Curro, punto inicial de nuestra ruta. Con ella hemos visto practicamente toda la isla y hemos disfrutado de una playa paradisiaca.