Itziar-Andutz-Saltsamendi-Zestoa
near Itziar, País Vasco (España)
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Itinerary description
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 194:
Comienzo en la parada de bus de la localidad guipuzcoana de Itziar. Desde aquí ya observo mi próximo objetivo: la cruz cimera del monte Andutz.
Para ello, atravieso el pueblo y me voy acercando más y más al monte, yendo de primeras por una pista de cemento, y luego ya por senda natural.
Asciendo en largos zig-zags, siendo la pendiente en general llevadera. El terreno alterna la piedra y la tierra en la zona baja-intermedia, y la hierba y tierra en la zona alta.
Enseguida llego a una zona abierta y despejada, con bonitas vistas a los lados.
Asciendo un último repecho, y enseguida, accedo a la cruz y buzón cimeros del monte Andutz (613m). Magníficas vistas de 360°, pudiendo ver montes como Erlo, Peñas de Aia, Larhun, Jaizkibel, Arno, Oiz, y alguno más. Por abajo, hacia el Este por la costa, se aprecia parte de la playa de Orio.
De todos modos, la verdadera cima del Andutz se encuentra unos metros más adelante. Desde aquí se aprecia que hay un vértice geodésico. Hacia allí voy.
Avanzo por la rocosa cresta del Andutz, hasta llegar a dicho vértice, y además, hay otro buzón. Aquí la panorámica es todavía mejor, pudiendo ver también los montes Gorbea, Anboto y mi próximo objetivo, el Saltsamendi.
Sigo de frente por el cresterío, aunque rápidamente desciendo unos metros por el lado derecho, para buscar el carril de un cómodo sendero natural.
Atravieso una alambrada, y continuo por el camino de tierra, estando completamente rodeado de hierba. Aquí ya observo la piramidal cumbre del Saltsamendi.
Paso por un collado, y luego inicio el ascenso. Aquí la presencia de arbustos es algo alta, y el sendero es estrecho y umbrio. Llevamos varias jornadas sin lluvias y con temperaturas altas en Euskadi, pero lo que sí ha habido es niebla. Esto hace que allá donde apenas da el sol, el firme esté completamente mojado, como si hubiera llovido. Así pues, tenía que ir con cuidado, ya que el suelo, y en especial las rocas, patinaban un montón.
En pocos minutos, consigo llegar a la cima del Saltsamendi (590m). Una vez más, excelente panorámica de 360°, en esta ocasión con la novedad de ver la Sierra de Aralar y unos cuantos montes más. No me detengo mucho rato porque había un numeroso grupo de moscas tocando las narices, literalmente.
La parte más complicada de la ruta vendría a continuación. El track me marcaba una vía por la parte derecha del rocoso cresterío, pero yo no vi dicho camino. Si que detecté la presencia de un diminuto sendero por el lado izquierdo. Fui a lo seguro, a pesar de que no tenía pinta de que fuese sencillo de atravesar.
La pendiente es muy elevada, y el firme es resbaladizo, a pesar de que por este lado si que daba el sol. Es una especie de escalera, con alguna que otra roca entre medias, aquí eché en falta los bastones, me hubieran ayudado bastante.
Asegurando cada paso, y a ratos usando las manos por seguridad, avanzo lentamente hasta llegar a un punto donde las incomodidades se acaban, y puedo volver a andar con rapidez.
Sigo cuesta abajo, adentrandome por un bonito bosque. Enseguida, llego a la par de un caserío abandonado. En un cruce, giro a la derecha, y avanzo por pista de cemento.
Más adelante, giro a la izquierda, y continuo por una carretera.
Enseguida lo abandono para hacer un triple giro derecha-derecha-izquierda, e ir por senda natural. Otra zona umbría, y por tanto, muy mojado y embarrado. Por suerte en poco tiempo volvería a ir en seco. El sendero es bastante cómodo, y avanzo a buen ritmo. Aquí sigo en todo momento las marcas de un PR.
Vuelvo a ir cuesta arriba, en amplios zig-zags, hasta entrar en un nuevo y precioso bosque. Aquí hay zonas con alta presencia de rocas, buena parte de ellas mojadas. Cuidado aquí en caso de haber llovido o con niebla.
A lo largo del camino, me encuentro con varios caballos, creo que son los conocidos como "pottokas".
Asciendo una pequeña rampa, para acto seguido, llanear y descender unos metros.
Después, conecto con otra carretera, pero enseguida vuelvo a dejarla, para iniciar el descenso definitivo hacia mi destino, el municipio de Zestoa.
Avanzo al principio por una pista de cemento, y luego, por senda natural.
Paso por un par de puertas metálicas, y al llegar a un caserío, el firme vuelve a ser de cemento, esta vez ya hasta el final.
Camino asi durante varios km, hasta llegar a ver un edificio y un parking, donde parece ser hay una sala de exposiciones, llamada "Ekainberri". Al parecer, unos metros más atrás, existe una cueva llamada Ekai, el cual se podría visitar, aunque imagino que será con reserva previa.
Solo me queda andar unos cientos de metros más por la pista, hasta llegar al puente que atraviesa el río Urola. Recorro parte de la localidad de Zestoa, y luego, camino hasta la parada de bus, donde concluyo esta sencilla y bonita ruta.
Comienzo en la parada de bus de la localidad guipuzcoana de Itziar. Desde aquí ya observo mi próximo objetivo: la cruz cimera del monte Andutz.
Para ello, atravieso el pueblo y me voy acercando más y más al monte, yendo de primeras por una pista de cemento, y luego ya por senda natural.
Asciendo en largos zig-zags, siendo la pendiente en general llevadera. El terreno alterna la piedra y la tierra en la zona baja-intermedia, y la hierba y tierra en la zona alta.
Enseguida llego a una zona abierta y despejada, con bonitas vistas a los lados.
Asciendo un último repecho, y enseguida, accedo a la cruz y buzón cimeros del monte Andutz (613m). Magníficas vistas de 360°, pudiendo ver montes como Erlo, Peñas de Aia, Larhun, Jaizkibel, Arno, Oiz, y alguno más. Por abajo, hacia el Este por la costa, se aprecia parte de la playa de Orio.
De todos modos, la verdadera cima del Andutz se encuentra unos metros más adelante. Desde aquí se aprecia que hay un vértice geodésico. Hacia allí voy.
Avanzo por la rocosa cresta del Andutz, hasta llegar a dicho vértice, y además, hay otro buzón. Aquí la panorámica es todavía mejor, pudiendo ver también los montes Gorbea, Anboto y mi próximo objetivo, el Saltsamendi.
Sigo de frente por el cresterío, aunque rápidamente desciendo unos metros por el lado derecho, para buscar el carril de un cómodo sendero natural.
Atravieso una alambrada, y continuo por el camino de tierra, estando completamente rodeado de hierba. Aquí ya observo la piramidal cumbre del Saltsamendi.
Paso por un collado, y luego inicio el ascenso. Aquí la presencia de arbustos es algo alta, y el sendero es estrecho y umbrio. Llevamos varias jornadas sin lluvias y con temperaturas altas en Euskadi, pero lo que sí ha habido es niebla. Esto hace que allá donde apenas da el sol, el firme esté completamente mojado, como si hubiera llovido. Así pues, tenía que ir con cuidado, ya que el suelo, y en especial las rocas, patinaban un montón.
En pocos minutos, consigo llegar a la cima del Saltsamendi (590m). Una vez más, excelente panorámica de 360°, en esta ocasión con la novedad de ver la Sierra de Aralar y unos cuantos montes más. No me detengo mucho rato porque había un numeroso grupo de moscas tocando las narices, literalmente.
La parte más complicada de la ruta vendría a continuación. El track me marcaba una vía por la parte derecha del rocoso cresterío, pero yo no vi dicho camino. Si que detecté la presencia de un diminuto sendero por el lado izquierdo. Fui a lo seguro, a pesar de que no tenía pinta de que fuese sencillo de atravesar.
La pendiente es muy elevada, y el firme es resbaladizo, a pesar de que por este lado si que daba el sol. Es una especie de escalera, con alguna que otra roca entre medias, aquí eché en falta los bastones, me hubieran ayudado bastante.
Asegurando cada paso, y a ratos usando las manos por seguridad, avanzo lentamente hasta llegar a un punto donde las incomodidades se acaban, y puedo volver a andar con rapidez.
Sigo cuesta abajo, adentrandome por un bonito bosque. Enseguida, llego a la par de un caserío abandonado. En un cruce, giro a la derecha, y avanzo por pista de cemento.
Más adelante, giro a la izquierda, y continuo por una carretera.
Enseguida lo abandono para hacer un triple giro derecha-derecha-izquierda, e ir por senda natural. Otra zona umbría, y por tanto, muy mojado y embarrado. Por suerte en poco tiempo volvería a ir en seco. El sendero es bastante cómodo, y avanzo a buen ritmo. Aquí sigo en todo momento las marcas de un PR.
Vuelvo a ir cuesta arriba, en amplios zig-zags, hasta entrar en un nuevo y precioso bosque. Aquí hay zonas con alta presencia de rocas, buena parte de ellas mojadas. Cuidado aquí en caso de haber llovido o con niebla.
A lo largo del camino, me encuentro con varios caballos, creo que son los conocidos como "pottokas".
Asciendo una pequeña rampa, para acto seguido, llanear y descender unos metros.
Después, conecto con otra carretera, pero enseguida vuelvo a dejarla, para iniciar el descenso definitivo hacia mi destino, el municipio de Zestoa.
Avanzo al principio por una pista de cemento, y luego, por senda natural.
Paso por un par de puertas metálicas, y al llegar a un caserío, el firme vuelve a ser de cemento, esta vez ya hasta el final.
Camino asi durante varios km, hasta llegar a ver un edificio y un parking, donde parece ser hay una sala de exposiciones, llamada "Ekainberri". Al parecer, unos metros más atrás, existe una cueva llamada Ekai, el cual se podría visitar, aunque imagino que será con reserva previa.
Solo me queda andar unos cientos de metros más por la pista, hasta llegar al puente que atraviesa el río Urola. Recorro parte de la localidad de Zestoa, y luego, camino hasta la parada de bus, donde concluyo esta sencilla y bonita ruta.
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