(Jaén) Otiñar-Caseta del Pintor-Cañada Hazadillas-Puerto Madroñal-Otiñar

Esta ruta parte muy cerca de la fortaleza de Otiñar, que era una antigua fortificación medieval con funciones de vigía, pues está construida sobre un promontorio estratégico que se comunicaba visualmente con el Castillo de Jaén, que dista unos 13 kilómetros. Estaba preparada para controlar el paso desde la provincia de Granada con Jaén porque esta sierra servía de frontera natural entre una provincia y otra.

Empieza en la carretera del Quiebrajano junto a la conocida como caseta del pintor (que ni es una caseta ni fue de ningún pintor pero como tiene unas pintadas en la pared, se la conoce así), pero en lugar de seguir hacia la presa, lo hago hacia la Cañada de las Hazadillas (unos la escriben con "h" y otros sin ella, pero lo lógico sería hacerlo con "hache" según he leído), pasando por una espectacular senda o trialera para disfrutarla sobretodo con la bici, pues no es difícil ni tampoco tiene demasiado desnivel.

Se podría seguir por esta senda hasta la zona recreativa de la Cañada, pero como tengo previsto hacer muchos kms hoy, decido dejar esta senda y comenzar a subir hacia el puerto de Madroñales por otra no menos espectacular, pero ahora el desnivel sí que es mucho mayor.
-Flipante- sería el calificativo de esta ruta, pues a pesar de llevar residiendo en Jaén muchos años ya, no conocía este sendero ni las preciosidades que encierra, y es que parece que Jaén no tiene límites en su hermosura natural y cada día me sorprendo con rincones desconocidos que me enganchan y me sobrecogen como los que he descubierto hoy.
Prometo volver a pasar de nuevo por aquí porque aún me quedan restos por digerir y olores que recordar para alcanzar un mínimo de satisfacción que hoy me ha sabido a poco.
Tras descender de nuevo a la altura del río Quiebrajano, llega el momento de cruzarlo y hoy pensaba que no traía agua, como viene siendo habitual, pero resulta que empiezo a escuchar el sonido de la corriente y comienzo a ponerme nervioso pues tendría que cruzarlo, pero para mi sorpresa me encuentro con un pequeño puente metálico preparado para senderistas, y que me ayuda a superar el susto de antes.

La ruta termina rodeando las ruinas de la fortaleza de Otiñar, para lo cual hay que subir de nuevo algunos metros más de altura, pero ahora mediante pistas de tierra, para terminar de compensar el esfuerzo del día de hoy.

Son más de 13 kms de poco asfalto, mucha senda y algo de pista o camino de tierra y con un desnivel que parte desde los 580 metros y llega a alcanzar en el puerto de la Llana los 1010 metros de altura sobre el nivel del mar.

Cada día Jaén me hacer sentirme un privilegiado por vivir aquí, sin desmerecer por supuesto, a ningún otro de los cientos de miles de rincones que guarda nuestro país llenos de una hermosura inigualable.