Jaizkibel-cima+costa

Nos vamos a uno de los parajes más singulares de Gipuzkoa: Jaizkibel. Este monte situado a pie entre Pasaia y Hondarribia, es en ocasiones considerado el primero de los montes pirenáicos desde el océano. También conocido como “Allerru”, esconde su belleza en la cantidad de fortalezas instaladas a lo largo de su cordal y sobre todo, en las figuras que el mar ha moldeado en su litoral.

Por todo ello, en esta ruta vamos a tratar de resumir los encantos del Jaizkibel visitando la zona central de su litoral y coronando la cima al final del recorrido; superando en 9km un desnivel positivo acumulado de 720 metros.

No muy lejos del Alto de Jaizkibel, encontramos frente al inicio de la pista que sube a las antenas, un pequeño descansillo donde aparcar. Caminamos un centenar de metros dirección a Pasaia, y enseguida giramos a la derecha para tomar un sendero que asciende a una cota cercana (470m.).

Desde esta tachuela, seguimos el sendero ladera abajo, hasta que llegamos a la amplia pista que corta la pradera por medio. Muy cerca del punto en el que enlazamos con la pista, encontramos una senda que sigue descendiendo hacia el mar, paralela al barranco de Erentziaga.

Descendemos por la misma hasta que vemos un cartel que indica “Leuta”; giramos a la derecha y no tardamos mucho en llegar a un balcón natural de roca, situado sobre una chabola. Desde aquí vemos el camino que debemos seguir más o menos para llegar a la bocamar de Erentzun Zabal.

Retrocedemos unos metros y buscamos un sendero hacia el Norte que se encajona en el barranco tras cruzar por un paso habilitado. A veces resultará difícil seguir este sendero, pero lo único que debemos hacer es ir buscando la cota más baja. Caminaremos paralelos a un riachuelo hasta que llegaremos a un punto en el que el sendero se bifurca. Dos marcas blancas nos indican que nos encontramos en el sendero del Litoral de Jaizkibel y que debemos girar a la izquierda.

Ahora comienza la parte más bonita del recorrido; vamos siguiendo la costa de Este a Oeste cuando encontramos uno de los pasos más curiosos de este recorrido. Hay que superar una placa de roca, y para ello han construido una escalera de palos para ayudar.

El sendero se estrecha y caminamos cercanos al barranco; pero la aparición de figuras inimaginables en las rocas nos hace olvidarnos del abismo. Cuando nos econtramos a la altura de la punta Arkarle, el sendero resulta más cómodo y avanzamos a mayor ritmo.

El próximo punto de interés será el conocido como “La Concha”, al que llegamos sin problemas siguiendo las marcas de pintura blanca. No hay más que ver la figura en la roca para saber por qué se llama así.

Continuamos la marcha paralelos al mar Cantábrico, disfrutando de unas vistas expléndidas. La próxima bocamar será la creada por el río Gaztarrotz; una pared nos separa de él y frente a nosotros vemos sorprendidos una enorme roca con tonos rojizos. Para bajar al río debemos estar atentos de un paso abierto que hay en la pared, marcado también con pintura blanca.

Una vez cruzado el río, giramos a la derecha tras el rastro de las marcas blancas; las cuales nos guiarán hasta una muralla rocosa que en un principio parece infranqueable. Una cuerda anudada nos ayudará a superar los pasos con mayor exposición, y después nos encajonamos en un canal con escalones horadados.

Tras superar la pared, abandonamos las marcas blancas para tomar el sendero que asciende a la izquierda (SE). Este camino nos llevará a través del monte Mitxitxola, entre pinos primero y atacas después; hasta llegar al paso Marpasa.

Después pasaremos junto a los restos de un edificio para luego salir a una pista. Aquí giramos a la izquierda y caminamos hasta llegar a un paso habilitado junto a un árbol seco. En este punto giramos a la derecha y ascendemos por el prado guiándonos con las marcas blancas y amarillas de PR. No tenemos más que hacer desde aquí que seguir el ascenso en línea recta hasta llegar al alto donde hay una singular escultura. En nuestro caso encontramos unos toros en esta campa, pero los pudimos evitar sin problemas pasando a la finca situada más a la derecha.

Desde la escultura a la carretera del puerto llegamos en un abrir y cerrar de ojos; y de aquí atacamos directamente a la cima del Allerru cruzando el paso habilitado. En la cima (Jaizkibel, 547m.), encontramos los restos del fuerte de San Enrike y el buzón; además de las indeseables antenas.

Tras disfrutar de la amplia panorámica, seguimos el cordal al Noreste y terminamos bajando a la carretera del puerto de Jaizkibel, justo a donde habíamos dejado el coche.


Para completar el día, podemos aprovechar y hacer una visita a la ermita y el fuerte de Guadalupe, muy recomendable.