Jaizkibel: Pk9-Gaztarrotz-Putrekabia-Labetxu-Gaztarrotz-Pk9

Esta vez nuestra pretensión era no ir por el camino de siempre, sino que atravesarlo, campo a través, quizás después de la experiencia, sería más apropiado llamarlo “zarzas a través”, para llegar al punto de descenso al valle de Labetxu.
Los helechos estaban marchitos, no como en verano, que superan tu cabeza, pero solo helechos, sin zarzas, al menos la última vez que lo atravesé.
Llegamos a una zona de zarzales y espesas “malas hierbas”, que había que ir abriendo camino a bastonazo limpio, para llegar finalmente entre pinares y densa vegetación, al camino (de siempre) con fabulosas vistas del fondo del valle de Labetxu.
-video putrekabia
ABSOLUTAMENTE NO RECOMENDABLE ESTE TRAMO REALIZADO A NUESTRO AIRE!!!
El descenso lo dirige la sherpa de la expedición que prepara la cordada, con las mejores vistas del valle de los colores.
-video descenso Labetxu
-video cordada Labetxu
Aquí montamos el cuartel de avituallamiento, con unas increíbles vistas e impresionante ruido de un mar furioso. ESPECTACULAR!!!
-video mar embravecido
El regreso lo hacemos por el fondo del valle de Gaztarrotz, una senda que asciende entre la regata y la espectacular mole rocosa de Putrekabia, con sus tres gradas prácticamente inalcanzables por los medios habituales, que contiene las más bellas geoformas de Jaizkibel: los medallones.
Desde allí no nos perdían de vista varios buitres leonados, que nos acompañaron en el ascenso sobrevolando sobre nuestras cabezas.
En el entorno de las ruinas de Gaztarrotz encontramos a dos simpáticas jóvenes pamplonicas, Ana y Laura, totalmente perdidas, que habían pasado el día por lugares que no sabían describir ni precisar la zona, ni tenían la menor idea de dónde podían haber dejado el coche: en la carretera pero ni idea del punto kilométrico ni ná de ná.
Así que las invitamos a formar parte de nuestra expedición, y ellas súper encantadas nos acompañan pero sin darnos ninguna señal de dónde podían haber dejado el coche.
Para no repetir camino, es nuestra norma, en la medida de lo posible, en lugar de ascender a la cima de la escultura de Remigio, al llegar al sendero Talaia, lo seguimos en suave ascenso hasta el pk 8.
Es entonces cuando una de las simpáticas jóvenes nos dice que le sonaba que por allí habían pasado. Y efectivamente, justo desde allí se veía su coche.
Agradecidas daban saltos de alegría. Además, como por la mañana habían llegado antes que nosotros, su coche lo dejaron justamente en el hueco, junto a la carretera, donde habitualmente yo lo hago. MÁS RISAS!!!
Esto se podría llamar servicio “ad hoc” en la naturaleza, de dos “ovejas negras muy descarriadas” y absolutamente desmemoriadas.
A las chicas felices les hago la foto de rigor. Y como una de ellas conoce algo de wikiloc, nos dan sus direcciones para enviarles el track.