Jerte, PR-CC 2, ruta del Cerezo en Flor-Los Pilones-Garganta del Infierno- Ruta de Carlos V

JERTE:

Integrado en la comarca de Valle del Jerte, se sitúa a 115 kilómetros de la capital provincial. El término municipal está atravesado por la carretera N-110 entre los pK 362 y 368. El relieve del municipio está definido por el valle del río Jerte y las montañas que lo limitan. Se trata del valle más occidental de la Sierra de Gredos, estando limitado por dos cadenas montañosas: la Sierra de Tormantos al sureste (en el macizo central de la Sierra de Gredos) y los montes de Traslasierra y sierra de Béjar al noroeste (en el macizo occidental de Gredos). La altitud oscila entre los 2210 metros en los montes de Traslasierra (Conchal de la Portilla del Arenal) y los 540 metros a orillas del río Jerte. En su territorio discurre la Garganta de los Infiernos que da nombre al parque natural. El pueblo se alza a 604 metros sobre el nivel del mar.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:

Debido a la afluencia turística en la época de la espectacular floración de los cerezos, tuvimos que aparcar el coche a las afueras del centro urbano y desde aquí comenzamos la ruta.

En la entrada del pueblo, foto de rigor en el llamativo cartel de Jerte y a pocos metros se encuentra la ERMITA DEL CRISTO DEL AMPARO y una plaza contigua en la que hay una fuente, en la que podremos aprovisionarnos de agua fresca.

Proseguimos junto al paseo que hay en la orilla del Río Jerte hasta llegar al PARQUE NOGALÓN; donde hay un puente para cruzar el mencionado río. También encontraremos numerosos paneles informativos sobre la RESERVA NATURAL GARGANTA DE LOS INFIERNOS y sobre las rutas senderistas que lo recorren.

La reserva cuenta con abundantes saltos de agua, arroyos, cascadas, piscinas naturales y grandes pozas excavadas por la erosión circular del agua de los ríos. Los elevados índices de humedad contribuyen a su vez a potenciar una vegetación de gran valor ecológico con ecosistemas de bosque caducifolio, bosque de ribera, piornales serranos y pastizales alpinos. La fauna es autóctona y muy abundante, albergando varias especies en peligro de extinción.

En la Garganta de los Infiernos, debido a la variación altitudinal que oscila entre los 600 y 2000 metros, encontramos una diversa vegetación:

• Bosques Caducifolios: Con árboles como el roble, el espino, el madroño, el castaño o el cerezo.
• Bosques de Ribera: La abundancia de cursos de agua, crea numerosas zonas húmedas de las que se aprovechan especies arbóreas como el aliso, el fresno y el sauce. En menor cantidad, pero de gran importancia por su escasez, especies protegidas como el tejo, el acebo y el abedul.
• Pastizales alpinos: En las cumbres se forman pastizales alpinos en los que se encuentra el Alphe, la Genciana, el brezo y el azafrán serrano .
• Piornales serranos: El piornal es un matorral adaptado a condiciones adversas, que crece en las zonas altas donde por temperatura o por composición del suelo, es difícil encontrar otra vegetación.


Dada la diversidad de pequeños microclimas por la diferencia de alturas de la reserva, las especies son numerosas y muy distintas entre sí.

• El gato montés, la gineta, la nutria, la cabra montés y el extraño desmán, un mamífero de costumbres acuáticas muy difícil de ver.
• Entre las aves, encontramos el mirlo, el arrendajo, la oropéndola, la abubilla y el rabilargo. Rapaces como el águila real, el buitre leonado, el búho real, el halcón peregrino, el milano, el gavilán, el azor, el halcón abejero y el águila ratonera. A destacar, aunque desafortunadamente cada vez más escasa, la cigüeña negra.

En este recorrido aunaremos parte de algunas de las rutas que discurren por esta impresionante reserva: Ruta de los cerezos en flor, Ruta de los Pilones- puente nuevo (SL-25), Ruta garganta de los Infiernos (PR.14), Ruta Travesía Carlos V (PR-1), Ruta de la Umbría y Ruta Río Jerte, centro de reproducción de salmónidos.

Tras cruzar el río Jerte y en el último tramo del recorrido disfrutaremos de la llamativa e inigualable RUTA DE LOS CEREZOS EN FLOR. El valle del Jerte cacereño es el lugar más popular de España para disfrutar de la floración de los cerezos. Un espectáculo natural único que entre los meses de marzo y abril tiñe de blanco una comarca que además brilla por sus cascadas, miradores y rutas de senderismo. La del Cerezo en Flor es una de las rutas más conocidas del Jerte que además permite adentrarse en la singular reserva de la Garganta de los Infiernos y sus célebres pilones. Asistir en vivo y en directo a este espectáculo natural es la mejor forma de recibir a la estación más vitalista del año. Si hablamos de cerezos en flor la mente se va automáticamente al cacereño valle del Jerte. Es cierto que en otros puntos como Las Hurdes y la Sierra de Francia también es posible contemplarlos. Pero en ningún sitio con la magnitud que proporciona el profundo valle que se empieza abrir entre las sierras de Gredos y Béjar y que llega hasta las puertas de Plasencia siguiendo el curso del río Jerte.

A pesar de su extensión, la ruta del Cerezo en Flor del valle del Jerte tiene una dificultad baja. Está bien señalizada, la mayor parte transcurre por sendero y pistas de tierra y cementadas y el desnivel acumulado es de 600 metros. Una opción para acortarla es empezarla en Jerte en lugar de en Tornavacas. De esta forma eliminamos el tramo lineal de la ruta y se quedaría en un total de 19 kilómetros. Aunque en este caso nos quedamos sin ver algunos de los campos de cerezos, se trata de una distancia más asequible.

Iniciamos un cómodo ascenso por una pista hormigonada. Los campos de cerezos siguen muy presentes y sus flores nos deleitan en un espectáculo natural singular. Su color blanco conjunta a la perfección con el de la nieve que puebla los techos de las sierras de Béjar y Candelario. Poco después la vegetación cambia radicalmente pasando a componerse de bosques de esveltos y aglutinados castaños que empiezan a cubrirse de verde y bosques de robles melojos que resaltan por su esplendoroso verdor.

A la derecha veremos la FUENTE DE LA PEDRERA y tras el continuo y sombreado ascenso por el PARAJE DE LOS FRASCAZOS llegaremos al REFUGIO DEL ESCRIBANO. A la derecha de este encontraremos el pintoresco MIRADOR DEL CHORRERO DE LA VIRGEN; donde haremos un alto en el camino para disfrutar de sus espectaculares panorámicas.

Las aguas de la bella cascada que vemos enfrente se despeñan hacia la Garganta de los Infiernos por las laderas septentrionales de la Sierra de Tormantos, en el paraje conocido por Riscoencinoso, del arroyo del mismo nombre, son torrenteras de montaña, por lo que aportan su caudal en los meses de invierno y primavera, llegando a desaparecer en el estío.

En la zona se puede observar un curioso fenómeno conocido como inversión térmica, que consiste en la ocupación del piso que le correspondería al roble por la encina, que aprovecha las condiciones climáticas y edáficas más favorables al roble como sn una mayor escasez de agua y una elevada temperatura estival. Esta circunstancia de el nombre de Riscoencinoso al lugar.

Estos bosques de ladera, robledales y los castañares que los sustituyen en algunos enclaves, representan el medio con mayor diversidad biológica de la Reserva Natural.

Las aves encuentran aquí zonas de nidificación excelentes, especialmente las rupícolas, y aunque el acceso está restringido al público, el mirador es un magnífico lugar para observar el vuelo de las rapaces como el Águila real, Buitre Leonado, Halcones, etc.

Seguidamente, un suave y concurrido descenso nos conduce hasta los cercano PILONES. Toda la zona tiene como roca madre un gran bloque granítico originado hace 350-200 millones de años durante la gran Orogenia Herciniana, que sufrió modificaciones estructurales hace 40 millones de años durante la Orogenia Alpina. Las rocas principales que encontramos son granitos y gneis.

En el cuaternario se produjo un rejuvenecimiento del relieve, conformándose la actual red hidrográfica. En este periodo tuvieron lugar las glaciaciones durante las cuales los hielos cubrieron gran parte de los sistemas montañosos. Actualmente se pueden ver signos de erosión glaciar en los glaciares de ladera y de valle.

Desde las altas cumbres, que durante el invierno almacenan las nieves, hasta el valle donde transcurre el río Jerte, se precipitan las tumultuosas aguas del deshielo en angostos cauces labrados en las rocas, llamados gargantas y que en la Reserva Natural conforman uno de los paisajes más atractivos y singulares, especialmente en aquellos tramos donde la erosión ha formado las curiosas y características “Marmitas de Gigante” como sucede en este paraje conocido como LOS PILONES. Estas marmitas de gigante se forman por la acción erosiva de la corriente del río junto con los pequeños fragmentos de piedras que arrastra. Estos fragmentos quedan atrapados en concavidades del fndo y gracias a los remolinos que favorecen el movimiento circular, poco a poco van actuando agrandando las formas circulares que darán lugar a los distintos estadios de estas singulares formaciones.

Tras realizar unas fotos, intentado no sacar a los numerosos transeúntes que visitan este espectacular paraje, continuamos en ascenso por un exigente sendero, dejando a la derecha algunas CASCADAS y la FUENTE DEL CAMINO, donde podremos refrescarnos con el agua de las altas cumbres.

En una encrucijada de senderos, tomaremos el de la izquierda que en descenso nos conduce hasta el cauce de la Garganta de los infiernos. Aquí encontraremos el PUENTE Y EL REFUGIO SACRISTÁN. Junto a los cursos de agua, aparecen bosques constituidos por alisos, sauces y fresnos, acompañados por otros árboles que por su escasez constituyen auténticas reliquias botánicas, como son el Tejo, Acebo y Abedul; son bosques de rivera.

En la otra orilla del río, tomaremos una pista terrosa que, en serpenteante ascenso por la CUERDA DE LOS LOBOS, rodeados de bosques de robles, salpicados por infinidad de pequeñas florecillas, llegaremos al COLLADO DE LAS LOSAS. Todas las rutas transcurren por caminos amplios y bien señalizados. Aquí enlazaremos con la Ruta de Carlos V. Aquí nos encontraremos en la cima de esta ruta, a unos 22 m. de altitud; cambiando de vertiente de aguas y de ladera. Todo el recorrido restante lo realizaremos en descenso.

A pocos metros del descenso encontraremos una bifurcación: el sendero de la izquierda nos conduciría hasta Jerte en algo más
De 3 km y una hora; pero nosotros tomaremos el sendero de la derecha en dirección a TORNAVACAS, al que no llegaremos. Recomendamos este alargue ya que el sendero discurre por unos bellos bosques de umbría, con una espectacular flora, en la que nos sorprendieron numerosas especies de orquídeas. Muchas de estas flores estaban siendo polinizadas por una gran variedad de insectos; entre los que destacan, por su belleza, muchas especies de mariposas que revolotean a su alrededor.

El descenso es largo pero suave y desde los escasos claros del bosque obtendremos unas impresionantes panorámicas de Jerte rodeado del manto blanco que conforman los cerezos en flor. A la altura de CERRO REDONDO, encontraremos un singular cerezo de unas grandes proporciones y una belleza extrema, que suponemos que sea centenario.

Tras cruzar el ARROYO que proviene de la DEHESA BOYAL, encontraremos otra bifurcación; tomaremos el camino del centro que se dirige al frondoso ROBLEDAL CASAS CABILDO. Un par de intersecciones más debidamente señaladas con waypoint y cruzaremos el pintoresco ARROYO DE FUENTESECA, un remanso de paz con varias pequeñas cascadas.

Algo después giraremos bruscamente a la izquierda, abandonando el camino que s dirige a Tornavacas y descendiendo junto a la ribera del Río Jerte. En esta zona encontraremos el CENTRO DE REPRODUCCIÓN DE SALMÓNIDOS. Conocido en el Valle del Jerte como “la Piscifactoría” está situada a dos kilómetros del municipio de Jerte. Su objetivo es la cría en cautividad de la Trucha común autóctona, para fines de repoblación de los ríos de diferentes comarcas extremeñas (El Valle del Jerte, La Vera, Las Hurdes, Los Ibores, entre otras). Produce al año unos 500.000 alevines de trucha y 7´5 Tm de truchas de entre 22 y 25 cm para repoblación. Los alevines se repueblan en primavera y las truchas de mayor tamaño en otoño.

La gran calidad de las aguas del Valle del Jerte permite la supervivencia de estos peces, que necesitan que el agua sea limpia, fría y pura. Se puede realizar una visita autoguiada gratuita, ya que toda la información sobre la cría de la trucha está explicada en una serie de paneles informativos que permiten entender fácilmente todos los procesos para la cría de estos peces.

Algo después podremos descender hasta el cauce del Río Jerte para realizar un breve receso disfrutando del sonido relajante y embriagador de sus aguas que junto a la frondosidad de su bosque de ribera hacen que no quieras abandonar este entrañable e idílico lugar.

Tras pasar por la FUENTE DE LOS LINARES, donde disfrutar de un último trago de estas magníficas aguas, enlazaremos con el camino de ida en el Puente que cruzamos por la mañana junto al Parque Nogalón. Ya solo nos resta desandar el camino hasta el punto de inicio y final de esta espectacular, inolvidable y muy recomendable ruta, que al menos hay que realizar una vez en la vida.