Jerte. Circular completa Garganta de los Infiernos.
near Jerte, Extremadura (España)
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Itinerary description
Jerte. Circular completa Garganta de los Infiernos.
El Valle del Jerte goza de grandes bellezas naturales, resultando un espectacular espacio donde los cerezos señorean sobre el mismo. Uno de los mejores espectáculos de la naturaleza consiste en la contemplación de los cerezos en flor desde el Puerto de Tornavacas, lugar desde donde se divisa todo el Valle.
Pero hay otros lugares, de profunda belleza, un poco más escondidos y que exigen esfuerzo, como el recorrido completo por la Garganta de los Infiernos, y la Garganta del Collado de las Yeguas, así como el recorrido que nos lleva desde Tornavacas hasta el Valle de la Vera, en la popular y conocida como Ruta de Carlos V, quien, en su camino hacia Yuste,viniendo agotado de su largo viaje (había desembarcado en Laredo), pidió si había alguna alternativa en lugar de bajar hasta Plasencia y subir por el Valle de la Vera, indicándole los lugareños que había un paso, difícil, pero más corto, a través del Collado de las Yeguas para llegar a Jarandilla de la Vera. Así se hizo, eso sí, con el emperador cómodamente transportado en un palanquín a hombros de los habitantes de lugar.
La Garganta de los Infiernos dispone de un lugar mágico, los célebres Pilones, o Marmitas de Gigante, preciosas pozas esculpidas en el granito debido a la erosión del agua durante millones de años, eso sí, lugar muy concurrido, en especial en verano, por su fácil acceso desde el Centro de Interpretación de la Reserva natural de la Garganta de los Infiernos, en Jerte.
De este modo, lo mejor es realizar la ruta completa, una circular de aproximadamente 16 kilómetros y 600 metros de desnivel por el PR-14, muy bien señalizado, con múltiples carteles.
No tiene dificultades, salvo el desnivel, especialmente en el primer tramo, pues decidí hacer la ruta dejando los Pilones para el final, con la intención de tomar un merecido baño (dificultado por la masificación de personas con la misma idea).
El recorrido nos enfrenta a la más pura y viva historia: puentes con siglos de historia, gargantas, pozas adecuadas para el baño, cascadas, masas frondosas de robles y castaños.
La ruta se inicia en el Centro de Interpretación de la Reserva natural de la Garganta de los Infiernos. Allí hay un parking de tierra que abre a las 9 (3 euros). En mi caso, llegué un rato antes y dejé el coche un poco más lejos, en el parking municipal, perfectamente acondicionado, antes de pasar el puente sobre el Río Jerte (5 euros). De este modo la ruta se alarga, en total 1 kilómetro más.
Hay varias fuentes en el camino, pero la mayoría ya están secas. Sólo puede reponer en dos de ellas, que manaban muy poco. El calor, en verano, también es una constante por lo que se recomienda protección solar y hacer la ruta en el sentido descrito: Al ser a primera hora de la mañana, se transita el tramo más exigente y con mayor desnivel hasta el Collado de las Losas con la fresca y sin apenas notar el calor. Hay tramos umbríos, pero otros a cielo abierto. También se puede iniciar la ruta directamente desde el pueblo de Jerte.
El itinerario sigue al principio una pista asfaltada en paralelo al río Jerte, durante 2,5 kilómetros, con los cerezos a nuestra izquierda entre el camino y el Río. Al llegar a Jerte, se puede ver la pared montañosa del norte del valle y, un poco al oeste, el Torreón (llamado también Calvitero), techo de Cáceres (2.400 metros).
Seguimos pues la pista, con marcas blancas y amarillas, alcanzamos una intersección a la derecha con un cartel que indica al Puente Nuevo, 4,5 kilómetros y 350 metros de desnivel. Aquí comienzan las rampas duras, primero por una pista de cemento y luego, entrando en la umbría, por un buen camino de tierra. Pasamos, girando a la izquierda, por el Monte Reboldo y sus castaños, por la Fuente de la Jarandilla (seca), hasta cruzarnos con la Ruta de Carlos V, que seguimos un tramo. Enseguida alcanzamos el Collado de las Losas e iniciamos un suave descenso hasta el Puente Nuevo o de Carlos V (por cierto con una barrera de troncos de árboles que hay que saltar para atravesarlo). Este puente recoge las aguas de la Garganta de los asperones o tres Cerros y a partir de aquí se convierte en la Garganta de los Infiernos. El puente, de un solo ojo y sin muros protectores, es de gran belleza y una preciosa poza se remansa bajo su arcada, invitando al baño.
Pasado el puente, volvemos a subir por el sendero, hasta una nueva bifurcación que, si la tomáramos a la derecha, nos llevaría a los Pilones de forma más cómoda. Pero la ruta circular completa nos lleva, haciendo un rodeo, en ocasiones con subidas fuertes, hasta el Puente Carrascal.
Superamos la Fuente de Robledo Hermoso (seca), a la sombra de un gran roble y una nueva intersección que seguimos a la derecha. A la izquierda es la ruta de Carlos V, que abandonamos aquí. Llegamos al Puente Carrascal, sobre la Garganta del Collado de las Yeguas. Un poco antes está la Fuente de los Zarzalones, por fin con un poco de agua. Este Puente, está más encañonado que el anterior, con una pequeña cascada en su parte norte. Atravesado el Puente se sigue subiendo suavemente, luego se llanea por la orilla izquierda de la Garganta del Collado de las Yeguas, aunque lejos del cauce. Salvamos unas zetas y el sendero se aproxima a la Garganta, donde una increíble poza, la Charca Bonita o de la Reata invita al baño, lo que hice en absoluta soledad. Esta poza tiene una cascada preciosa de agua y bastante profundidad. Maravillosa, y qué diferencia con los Pilones, un poco más abajo, atestados de gente.
Un poco después llegamos al Puente de las Yeguas. Aquí nos reencontramos con el sendero que no tomamos al pasar el Puente Nuevo, le seguimos y en poco tiempo estamos en Los Pilones. Un par de fuentes, una seca y otra con un hilo de agua nos salen al paso antes de iniciar el descenso a los Pilones.
Los pilones están llenos de gente, las pozas de arriba tienen difícil acceso y para poder darse un chapuzón, debajo del puente y subiendo por el río hasta coronar un par de pozas, hay que pedir permiso.
Pasamos el puente, cambiamos de ribera, siguiendo los carteles indicadores, pasamos por el Chorrero de la Virgen (la cascada casi no lleva agua, es preciosa en época de lluvias o de deshielo) y llegamos, a través de tupidos robledales, al Centro de Interpretación, inicio de la ruta. Lo único molesto, además del calor de la bajada, fueron las moscas, que, en los robledales, hay en abundancia.
El Valle del Jerte goza de grandes bellezas naturales, resultando un espectacular espacio donde los cerezos señorean sobre el mismo. Uno de los mejores espectáculos de la naturaleza consiste en la contemplación de los cerezos en flor desde el Puerto de Tornavacas, lugar desde donde se divisa todo el Valle.
Pero hay otros lugares, de profunda belleza, un poco más escondidos y que exigen esfuerzo, como el recorrido completo por la Garganta de los Infiernos, y la Garganta del Collado de las Yeguas, así como el recorrido que nos lleva desde Tornavacas hasta el Valle de la Vera, en la popular y conocida como Ruta de Carlos V, quien, en su camino hacia Yuste,viniendo agotado de su largo viaje (había desembarcado en Laredo), pidió si había alguna alternativa en lugar de bajar hasta Plasencia y subir por el Valle de la Vera, indicándole los lugareños que había un paso, difícil, pero más corto, a través del Collado de las Yeguas para llegar a Jarandilla de la Vera. Así se hizo, eso sí, con el emperador cómodamente transportado en un palanquín a hombros de los habitantes de lugar.
La Garganta de los Infiernos dispone de un lugar mágico, los célebres Pilones, o Marmitas de Gigante, preciosas pozas esculpidas en el granito debido a la erosión del agua durante millones de años, eso sí, lugar muy concurrido, en especial en verano, por su fácil acceso desde el Centro de Interpretación de la Reserva natural de la Garganta de los Infiernos, en Jerte.
De este modo, lo mejor es realizar la ruta completa, una circular de aproximadamente 16 kilómetros y 600 metros de desnivel por el PR-14, muy bien señalizado, con múltiples carteles.
No tiene dificultades, salvo el desnivel, especialmente en el primer tramo, pues decidí hacer la ruta dejando los Pilones para el final, con la intención de tomar un merecido baño (dificultado por la masificación de personas con la misma idea).
El recorrido nos enfrenta a la más pura y viva historia: puentes con siglos de historia, gargantas, pozas adecuadas para el baño, cascadas, masas frondosas de robles y castaños.
La ruta se inicia en el Centro de Interpretación de la Reserva natural de la Garganta de los Infiernos. Allí hay un parking de tierra que abre a las 9 (3 euros). En mi caso, llegué un rato antes y dejé el coche un poco más lejos, en el parking municipal, perfectamente acondicionado, antes de pasar el puente sobre el Río Jerte (5 euros). De este modo la ruta se alarga, en total 1 kilómetro más.
Hay varias fuentes en el camino, pero la mayoría ya están secas. Sólo puede reponer en dos de ellas, que manaban muy poco. El calor, en verano, también es una constante por lo que se recomienda protección solar y hacer la ruta en el sentido descrito: Al ser a primera hora de la mañana, se transita el tramo más exigente y con mayor desnivel hasta el Collado de las Losas con la fresca y sin apenas notar el calor. Hay tramos umbríos, pero otros a cielo abierto. También se puede iniciar la ruta directamente desde el pueblo de Jerte.
El itinerario sigue al principio una pista asfaltada en paralelo al río Jerte, durante 2,5 kilómetros, con los cerezos a nuestra izquierda entre el camino y el Río. Al llegar a Jerte, se puede ver la pared montañosa del norte del valle y, un poco al oeste, el Torreón (llamado también Calvitero), techo de Cáceres (2.400 metros).
Seguimos pues la pista, con marcas blancas y amarillas, alcanzamos una intersección a la derecha con un cartel que indica al Puente Nuevo, 4,5 kilómetros y 350 metros de desnivel. Aquí comienzan las rampas duras, primero por una pista de cemento y luego, entrando en la umbría, por un buen camino de tierra. Pasamos, girando a la izquierda, por el Monte Reboldo y sus castaños, por la Fuente de la Jarandilla (seca), hasta cruzarnos con la Ruta de Carlos V, que seguimos un tramo. Enseguida alcanzamos el Collado de las Losas e iniciamos un suave descenso hasta el Puente Nuevo o de Carlos V (por cierto con una barrera de troncos de árboles que hay que saltar para atravesarlo). Este puente recoge las aguas de la Garganta de los asperones o tres Cerros y a partir de aquí se convierte en la Garganta de los Infiernos. El puente, de un solo ojo y sin muros protectores, es de gran belleza y una preciosa poza se remansa bajo su arcada, invitando al baño.
Pasado el puente, volvemos a subir por el sendero, hasta una nueva bifurcación que, si la tomáramos a la derecha, nos llevaría a los Pilones de forma más cómoda. Pero la ruta circular completa nos lleva, haciendo un rodeo, en ocasiones con subidas fuertes, hasta el Puente Carrascal.
Superamos la Fuente de Robledo Hermoso (seca), a la sombra de un gran roble y una nueva intersección que seguimos a la derecha. A la izquierda es la ruta de Carlos V, que abandonamos aquí. Llegamos al Puente Carrascal, sobre la Garganta del Collado de las Yeguas. Un poco antes está la Fuente de los Zarzalones, por fin con un poco de agua. Este Puente, está más encañonado que el anterior, con una pequeña cascada en su parte norte. Atravesado el Puente se sigue subiendo suavemente, luego se llanea por la orilla izquierda de la Garganta del Collado de las Yeguas, aunque lejos del cauce. Salvamos unas zetas y el sendero se aproxima a la Garganta, donde una increíble poza, la Charca Bonita o de la Reata invita al baño, lo que hice en absoluta soledad. Esta poza tiene una cascada preciosa de agua y bastante profundidad. Maravillosa, y qué diferencia con los Pilones, un poco más abajo, atestados de gente.
Un poco después llegamos al Puente de las Yeguas. Aquí nos reencontramos con el sendero que no tomamos al pasar el Puente Nuevo, le seguimos y en poco tiempo estamos en Los Pilones. Un par de fuentes, una seca y otra con un hilo de agua nos salen al paso antes de iniciar el descenso a los Pilones.
Los pilones están llenos de gente, las pozas de arriba tienen difícil acceso y para poder darse un chapuzón, debajo del puente y subiendo por el río hasta coronar un par de pozas, hay que pedir permiso.
Pasamos el puente, cambiamos de ribera, siguiendo los carteles indicadores, pasamos por el Chorrero de la Virgen (la cascada casi no lleva agua, es preciosa en época de lluvias o de deshielo) y llegamos, a través de tupidos robledales, al Centro de Interpretación, inicio de la ruta. Lo único molesto, además del calor de la bajada, fueron las moscas, que, en los robledales, hay en abundancia.
Waypoints
Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Muy bonita ruta.
Historia y puentes increíbles, y como siempre muy bien indicada