San Martín -arroyos Monte y Porciles -hayedo El Soto -peñas Deshondonada -fte Trespeñas -corral Espina -Rebanal

Entrado el otoño, es de rigor para 'Ojolince y Sra.' hacer un buen recorrido por los bosques del valle Estrecho en la Montaña Palentina.
En esta ocasión, nos trazamos sobre el mapa una circular inédita hasta la fecha, y de la que salimos gratamente sorprendidos; por la tranquilidad del camino, su belleza, sus vistas y los siempre agradables avistamientos.
Partimos bien tempranito del pueblo de San Martín de los Herreros, soportando una buena helada que cubre camino, vegetación y los charcos que han dejado las escasas lluvias de estos días.
Tomamos el buen camino que, en dirección Sur, sigue el curso del arroyo del Monte durante dos kilómetros, hasta su bifurcación en el momento en que se le une el arroyo Porciles.
A esta temprana hora, avistamos varios Milanos reales que seguro van a dar buena cuenta de una cabra muerta que nos encontramos en la linde del camino.
Remontando ahora el arroyo Porciles, llegamos a una amplia pradera que comienza a perder el blanco manto de la helada para convertirse en lugar de encuentro de Lavanderas y Bisbitas.
A partir de aquí, nos sumergimos en el bosque otoñal, caminando sobre un manto de color pues los robles, hayas, serbales, mostajos... han perdido gran parte de su vestidura.
Empezamos a ascender por el monte 'El Soto' zigzagueando por una vereda que, en algunos tramos, se ve algo cerrada por jóvenes brezos y escobas, pero se atraviesa sin dificultad. Y, así vamos avanzando sumergidos en este magnífico bosque, atravesado por arroyos que bajan alegres hacia el valle, disfrutando de algunas especies de hongos que aquí crecen.
En dirección oeste, vamos circundando las laderas de peña Urtejas y pico Rebanal, y llegamos a un claro de bosque con dos peñas a las que bautizamos con el nombre de peñas de la Deshondonada pues, al encaramarnos a ellas, a parte de las enormes vistas de la sierra de la Peña y el macizo de Fuentes Carrionas, en el hondo del valle vemos manar a la fuente Deshondonada, nacimiento del río Ribera.
Proseguimos camino pues no estamos lejos del corral de La Espina, lugar en el que nos gusta descansar, almorzar y disfrutar de su magnífica ubicación y vistas, en la más absoluta tranquilidad.
Tras el almuerzo, vamos bajando por el camino del Pozuco, que ya conocemos y llegamos sin prisa pero sin pausa a Rebanal de las Llantas.
Para regresar a San Martín hemos de hacerlo por la carretera que une ambas localidades, eso sí, merece la pena hacerle una visita a la fuente Deshondonada, cuyo desvío nos encontramos a medio camino.
Como siempre, un auténtico placer, disfrutar de la otoñada en los bosques del valle Estrecho.
Próximamente la crónica en: www.ojolince.es