Senda 096/23 - JUNCOS, TENTEGORRA, ESCARIHUELAS, MORRA DEL PINO, MIRADOR GALIFA, CANTERAS ROMANAS, VAGUADA, JUNCOS
near Ciudad Jardín, Murcia (España)
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Itinerary description
Senda 096/23 - 2023-09-10 – JUNCOS, TENTEGORRA, ESCARIHUELAS, MORRA DEL PINO, MIRADOR GALIFA, CANTERAS ROMANAS, VAGUADA, JUNCOS, 17,5 Km, 5 horas 8 minutos, +250 m -279 m.
Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/vJ2aWHqfsdMCmf6y5
A horas no comentables, cuando tan solo los graznidos de las gaviotas importunan el silencio en la madrugada de la Portuaria, cuando los madrugadores deseosos de aprovechar el día se cruzan con los cerradores de la noche provenientes del Campamento Festero, nos dirigíamos al oeste, para que, Sara, una catalana de tránsito por la Trimilenaria, conociera las Canteras Romanas, lo que no puede decirse de muchos de los lugareños de la Departamental.
Pero antes, cumpliendo con nuestro deber de senderistas, recorrimos 24 354 pasos para, desde Los Juncos, pasar por Tentegorra y enganchar las Escarihuelas, subirnos a la Morra del Pino, llegar hasta el Mirador de Galifa, desde donde puedes admirar los 546 metros de altitud de la Muela, el techo de la comarca con sus 629 metros de las Peñas Blancas, ojear el mar del Portús y visualizar todo el campo de Galifa. Por último recorrimos las referidas Canteras Romanas, bajamos por la Loma y la Vaguada, hicimos un inciso los Patojos, para la recuperación de fuerzas, y llegamos nuevamente a nuestro lugar de partida.
Por cierto, han cambiado el pasquín de información de las Canteras Romanas, ya que el anterior se encontraba ilegible por la participación del “tonto del lápiz”. A ver lo que dura. Además han ampliado la información. Dice más o menos esto:
“En la pedanía de Canteras, a poco más de 4 kilómetros al noroeste del centro urbano de Cartagena, se localiza uno de los principales afloramientos de material constructivo empleado históricamente en el crecimiento de la ciudad Portuaria. Se trata de una roca calcárea de aspecto arenoso, cuya explotación ha dado nombre a la citada población. Dicha explotación en la zona ha dado lugar a un paisaje artificial que aglutina importantes valores patrimoniales asociados a la naturaleza de su geología y al interés histórico y arqueológico del empleo de esta roca en la arquitectura de Cartagena, desde la Antigüedad hasta mediados del siglo XX. Estas canteras están declaradas Bien de Interés cultural, en categoría de Sitio Histórico, desde el 9 de marzo de 2001.
Geología:
Estas areniscas forman parte de una serie sedimentaria de origen marino formada en el Mioceno (entre 23 y 5 millones de años) que se extiende por la vertiente norte de las sierras litorales del Roldán y la Muela. El desarrollo vertical de los frentes ha permitido conocer la estratigrafía de esta formación, compuesta esencialmente por areniscas bioclásticas, en ocasiones conglomeradas, con espesores que alcanzan los 30 metros y donde es posible observar restos fósiles marinos como corales, algas calcáreas, briozoos, dientes de tiburón o equinodermos. Conocida popularmente como piedra “tabaire o atabaire”, ha sido definida como arenisca de grano grueso y color amarillento con un alto componente en dolomías, lo que le confiere un elevado grado de porosidad. Estas cualidades las convierten en una piedra blanda, fácil de trabajar, pero también poco compacta lo que favorece su degradación y erosión por los efectos del clima, lo que lleva a curiosas geoformas en las explotaciones más antiguas.
Técnicas de explotación:
La actividad extractiva de este material se realizó desde la superficie por el sistema denominado “a cielo abierto”, un método de explotación tradicional que fue empleado desde época Púnica, sobre el s. III, a. C., hasta la actualidad. El arranque de los bloques fue iniciado desde la parte más alta del afloramiento, siguiendo la dirección estratigráfica de la roca, a través de hiladas escalonadas o gradas de dimensiones variables que, una vez extraída en profundidad, han dado lugar a impresionantes frentes de canteras verticales, alcanzando en algunos puntos 25 metros de profundidad”.
Pues eso, si no las has visitado, los romanos ya lo hicieron, se te está haciendo tarde. “Para el culto a la rubia”, la que calma en el Periquín y la que colma en el Martillo. Salud.
Lo que vimos:
https://photos.app.goo.gl/vJ2aWHqfsdMCmf6y5
A horas no comentables, cuando tan solo los graznidos de las gaviotas importunan el silencio en la madrugada de la Portuaria, cuando los madrugadores deseosos de aprovechar el día se cruzan con los cerradores de la noche provenientes del Campamento Festero, nos dirigíamos al oeste, para que, Sara, una catalana de tránsito por la Trimilenaria, conociera las Canteras Romanas, lo que no puede decirse de muchos de los lugareños de la Departamental.
Pero antes, cumpliendo con nuestro deber de senderistas, recorrimos 24 354 pasos para, desde Los Juncos, pasar por Tentegorra y enganchar las Escarihuelas, subirnos a la Morra del Pino, llegar hasta el Mirador de Galifa, desde donde puedes admirar los 546 metros de altitud de la Muela, el techo de la comarca con sus 629 metros de las Peñas Blancas, ojear el mar del Portús y visualizar todo el campo de Galifa. Por último recorrimos las referidas Canteras Romanas, bajamos por la Loma y la Vaguada, hicimos un inciso los Patojos, para la recuperación de fuerzas, y llegamos nuevamente a nuestro lugar de partida.
Por cierto, han cambiado el pasquín de información de las Canteras Romanas, ya que el anterior se encontraba ilegible por la participación del “tonto del lápiz”. A ver lo que dura. Además han ampliado la información. Dice más o menos esto:
“En la pedanía de Canteras, a poco más de 4 kilómetros al noroeste del centro urbano de Cartagena, se localiza uno de los principales afloramientos de material constructivo empleado históricamente en el crecimiento de la ciudad Portuaria. Se trata de una roca calcárea de aspecto arenoso, cuya explotación ha dado nombre a la citada población. Dicha explotación en la zona ha dado lugar a un paisaje artificial que aglutina importantes valores patrimoniales asociados a la naturaleza de su geología y al interés histórico y arqueológico del empleo de esta roca en la arquitectura de Cartagena, desde la Antigüedad hasta mediados del siglo XX. Estas canteras están declaradas Bien de Interés cultural, en categoría de Sitio Histórico, desde el 9 de marzo de 2001.
Geología:
Estas areniscas forman parte de una serie sedimentaria de origen marino formada en el Mioceno (entre 23 y 5 millones de años) que se extiende por la vertiente norte de las sierras litorales del Roldán y la Muela. El desarrollo vertical de los frentes ha permitido conocer la estratigrafía de esta formación, compuesta esencialmente por areniscas bioclásticas, en ocasiones conglomeradas, con espesores que alcanzan los 30 metros y donde es posible observar restos fósiles marinos como corales, algas calcáreas, briozoos, dientes de tiburón o equinodermos. Conocida popularmente como piedra “tabaire o atabaire”, ha sido definida como arenisca de grano grueso y color amarillento con un alto componente en dolomías, lo que le confiere un elevado grado de porosidad. Estas cualidades las convierten en una piedra blanda, fácil de trabajar, pero también poco compacta lo que favorece su degradación y erosión por los efectos del clima, lo que lleva a curiosas geoformas en las explotaciones más antiguas.
Técnicas de explotación:
La actividad extractiva de este material se realizó desde la superficie por el sistema denominado “a cielo abierto”, un método de explotación tradicional que fue empleado desde época Púnica, sobre el s. III, a. C., hasta la actualidad. El arranque de los bloques fue iniciado desde la parte más alta del afloramiento, siguiendo la dirección estratigráfica de la roca, a través de hiladas escalonadas o gradas de dimensiones variables que, una vez extraída en profundidad, han dado lugar a impresionantes frentes de canteras verticales, alcanzando en algunos puntos 25 metros de profundidad”.
Pues eso, si no las has visitado, los romanos ya lo hicieron, se te está haciendo tarde. “Para el culto a la rubia”, la que calma en el Periquín y la que colma en el Martillo. Salud.
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