KAMARAKA (797m) pasando por Otsoerreta, Alpitxu, Goikogane, Mugarriluze y Gazteluzar desde Llodio

Ruta circular desde Laudio / Llodio pasando por:
- Otsoerreta (2.7 km)
- Alpitxu (3.2 km)
- Goikogane (5.1 km)
- Mugarriluze (6.0 km)
- Kamaraka (6.7 km)
- Collado de Aretxiger (7.6 km)
- Gazteluzar (8.5 km)
- Mirador del Lobo (10.0 km)
- Ermita Santa Lucía (10.6 km)
- Ermita San Antonio (11.0 km)
- Calero de Mintegieta (11.4 km)

Día ventoso y con una temperatura fresca pero sin lluvia y algo de sol en las primeras horas. Salimos del parking tras la Ikastola de Llodio rumbo a 6 cimas del cinturón de hierro de Llodio, a cada cual más preciosa y entre las que se encuentra el CENTENARIO Kamaraka.

Las primeras dos cimas, Otsoerreta y Alpitxu, con buenas panorámicas de Llodio y Amurrio y una subida y bajada previa contundente, cuidado en días de suelo mojado.

A partir de aquí entramos en la siguiente fase de ascenso tras ascenso que nos llevará a coronar Goikogane, en un último tramo de 300 metros con una pendiente de entre 30 y 40° espectacular, un verde prado donde las vacas parece que fueran a volcar.

El premio, espectacular, y bajo mi punto de vista el mejor de las 6 cumbres del día. Nos acercamos al vértice donde ondea una Ikurriña. Las vistas son de quitar el hipo, en mitad de ese abrupto acantilado, como si de pronto hubiesen tazado la montaña en perpendicular de arriba abajo.

Continuamos por el cordal hasta coronar las otras tres rutas restantes, Mugarriluze, Kamaraka y Gazteluzar. Un recorrido a través de ese largo brazo que se desprende del macizo de Ganekogorta hacia occidente para asomar desde las alturas al valle del Nervión y que nos mantendrá atónitos al paisaje, con el valle de Zollo desplegandose a nuestros pies.

En Gazteluzar aprovechamos para comer el ya habitual bocadillo de huevos fritos con bacon e iniciamos la bajada en una ruta que ablanda su dureza y se convierte en un recorrido histórico de fuertes, trincheras, bunkeres, iglesias, caleros, cruces y un bosque final junto al arroyo que nos transmitirá una tremenda paz.

Ruta de dificultad moderada, con un inicio durillo y una recompensa considerable en sus cimas.

Posiblemente el que se lleva todos los elogios es Kamaraka por su condición de centenario pero para mí el GRAN MOMENTO es ese en el que tras una empinada subida forrada de verdes campas nos encontramos ante Goikogana. ¡Qué belleza!