Katzabaso, Nafakorta y Ubixeta desde Garrastatxu

Hoy, junto con mi amigo Eduardo, hemos decidido venir hasta Barambio y Garrastatxu para hacer una pequeña parte de la GR–282 o "ruta de Pastoreo" y ascender al Nafakorta y Ubixeta. El nombre de "ruta del Pastoreo" le viene muy bien porque a lo largo del relativamente corto recorrido (no llega a los 12 km entre la ida y la vuelta) no dejaremos de oír el bucólico tintineo de las esquilas del ganado, tanto de ganado bovino como equino y ovino. También es una zona donde las leyendas abundan, como veremos posteriormente.

Salimos en coche de Bilbao, y por la autopista Vasco–Aragonesa llegamos hasta Areta, donde salimos de la autopista por el peaje de la derecha, justo antes del peaje general. Nada mas pasar por el peaje giramos a la izquierda hacia Orozko. Superamos Orozko y llegamos a Baranbio. Justo enfrente al antiguo restaurante Hordago parte hacia la izquierda una carreterita (hay indicadores) que sin pérdida asciende hasta el entorno de Garrastatxu, zona en la que se encuentra la ermita de Nuestra señora de la Piedad, del s. XVII, y una txozna–bar con mesas, en un paraje arbolado con extraordinarias vistas.

Poco antes de la zona de la ermita hay un aparcamiento donde dejamos el coche. Allí mismo, enfrente, parte una pista al principio asfaltada y enseguida cementada que será por donde accedamos hasta desviarnos hacia el Nafakorta. No debemos preocuparnos por el camino a seguir, ya que veremos numerosas señales, tanto del Parque Natural del Gorbea, como de la ruta del Pastoreo, que son de color granate.

Andamos algo mas de un kilómetro, y tras subir un repecho vemos a la izquierda una desviación que se adentra en unos amplios pastos. Aquí la carretera cementada y en tramos bastante rota, pasa a ser una pista de grava. Abandonamos la pista y giramos a la izquierda para pasar de inmediato junto a una mesa y un depósito de aguas pintarrajeado. Un poco mas arriba encontramos la pelada cima del Katzabaso, que no tiene buzón, pero sí dos grandes piedras muy juntas en el suelo junto a un espino con unas placas incrustadas. En una de ellas pone: "Baranbioko Ikazdune" (Carbonero de Baranbio), y en la placa de la piedra de al lado: "Ambotoko Señorea" (Dama de Amboto). La explicación se encuentra en una tercera placa de mayor tamaño situada entre ambas rocas, que dice: "Amodiozko ilargi beteko, gau batean Anbotoko Señoreak, Baranbioko ikazdunei amodioa egin eutson eta liluratuta gelditu zan, hau betiko maitasuna", que traducido al castellano quiere decir: "En una noche de luna llena de amor, la señora de Anboto le hizo el amor al carbonero de Baranbio y quedó fascinado, un amor para siempre". ¡Qué bonito!.

Comentando la curiosidad retornamos a la pista principal, situada a unos cientos de metros para seguir por ella hacia la izquierda. Al poco pasamos una valla con una ataka en el suelo, un redil a su lado y unas señales unos metros después. Una de ella nos indica la dirección del Nafakorta. Seguimos hacia delante siempre por la pista principal y pronto empezamos a subir unos repechos que nos hacen sudar. Llegamos a una desviación herbosa a la derecha señalizada, que desechamos para seguir por la pista principal. Al poco, vemos que el camino traza un zigzag y para atajar subimos a derecho por un fuerte repecho con el que ahorramos bastante camino, pero a costa de nuestro esfuerzo, ya que el atajo se las trae.

Retomamos a la pista y en la siguiente curva nos dan un susto de aúpa una bandada de buitres que estaban al lado del camino, ocultos entre unos árboles, y ante nuestra presencia echan a volar a tan solo unos pocos metros. Seguramente habrá alguna oveja muerta por allí, ya que olía un poco a carne putrefacta. Sacamos unas fotos y seguimos para arriba.

Al poco, dejamos la senda principal, para seguir a la izquierda por un camino herboso que vemos asciende considerablemente. Hay señales que indican hacia el Ipergorta, pero nosotros queremos subir al Nafakorta y Ubixeta, por lo que abandonamos la pista por la que veníamos. Tras unos duros repechos llegamos a un camino ya mas horizontal que seguimos de frente. Sabemos que la cumbre del Nafakorta se encuentra a nuestra derecha. Yo he subido varias veces hace bastantes años y no me acuerdo del acceso con exactitud, así que seguimos hasta el final del camino, hasta que llegamos a la confluencia de caminos, hacia el Ubixeta, el Ipergorta y el Oderiaga.

Pero a nuestra espalda vemos que parte un senderito, que al lado de una señal roja del camino en un poste, asciende en suave pendiente hasta meterse entre matojos de brezo, y tras andar un poco más llegamos a la cumbre del Nafakorta, con un poste geodésico y su buzoncito en el suelo.

Foto de rigor y vuelta a la confluencia de caminos para dirigirnos al Ubixeta. El Oderiaga, que queda a nuestra derecha, queda mas lejos que el Ubixeta, y hoy andamos justos de tiempo. Por tanto seguimos en dirección a este monte (hay bastantes señales), y al poco vamos a nuestra izquierda un monolito que conocíamos hace tiempo, es "Araneko Harria". Es una estela de piedra esculpida en castellano con esta frase: "Araneko arri. A una chica le comió el lobo. 24 de Diciembre de 1308. Caserío Arene Picaza–Garay. Orozco 20–6–88". Es una leyenda muy bonita y muy triste, pero sin ninguna base histórica. Según ésta, una chica muy joven que servía en una casa rica de Zuia porque sus padres eran muy pobres, en una Navidad (la de 1308 es inventada), le dijeron sus amos que se volviera a su caserío Arene a celebrar la navidad con sus ancianos padres. Ella, para llegar cuanto antes, intentó con una infernal tempestad de nieve cruzar por estos desolados parajes, con tan mala suerte que fue atacada por una manada de lobos, y se la comieron, claro. No aparecieron jamás sus restos, solo sus trenzas cruzadas sobre una piedra (hay una piedra con una cruz ante la citada estela). La leyenda es muy triste, y dicen que todavía hoy en día en la noche de nochebuena pervive la tradición de rezar una oración en muchos caseríos de Orozko en recuerdo de la desdichada chica. Otra curiosa leyenda en esta ruta del Pastoreo.

Nosotros, tras dejar detrás la estela, seguimos hacia el Ubixeta. Se ve su cima pelada al frente. Hay señales: una indica hacia Ubixeta y Orozko. Por ahí vamos. Tras llanear unos centenares de metros vemos tras pasar un abrevadero, una senda herbosa que sale a nuestra derecha en dirección a una especie de refugio que se ve un poco más arriba.

Al poco llegamos al refugio, que no es tal, sino una pequeña y coqueta casa de piedra con un tejado de tierra con yerba, que sin duda es una casa de pastores. Hay también varias txabolas alrededor. Seguramente será un entorno de chavolas para pernoctar ocasionalmente los pastores. Nosotros, siguiendo sin un camino claro hacia la cumbre, campo a través y guiándonos por la intuición, llegamos a una alambrada que separa unos metros el abismo. Hay un paso en la alambrada y estamos en el buzoncito de la cumbre del Ubixeta. Todo esta tapizado de excrementos de ovejas, las "cagolitas" que decíamos cuando éramos críos.

Las vistas son extraordinarias, viéndose a nuestra derecha la cresta que se dirige al Oderiaga, a nuestra izquierda las vertientes hacia Orozko, y a unos metros el corte de la cresta con el abismo cercano. Hay que reseñar que al lado de la cumbre espantamos a otro gran grupo de buitres.

Un par de fotos y de inmediato bajamos a derecho hasta la pista que se dirige hacia Orozko. Una vez llegado a ella, retornamos por el camino que hemos utilizado al subir. No creo sea necesario describir la ruta de vuelta hasta Garrastatxu, ya que bajamos exactamente por donde hemos subido.

En definitiva, una muy interesante ruta relativamente corta, con un desnivel acumulado aceptable, que transita por lugares ancestrales de pastoreo y cargado de leyendas. Y, antes de concluir esta descripción de la ruta, recomendamos encarecidamente visitar la ermita de Santa Maria de la Piedad de Garrastatxu, del S. XVII, y si esta abierto, tomar algo en el hambigú situado justo a su entrada.

Un saludo.