Kurtzegan y Kolometa desde la ermita de San Miguel de Mugarraga (Barrio Beraza. Orozko)

Mi idea hoy era solamente enfocar una parte de los montes de Arno, ascendiendo únicamente al Kurtzegan y al Kolometa, dejando para mejor ocasión seguir hacia el Ubixeta y llegando al Oderiaga, es decir, hacer desde Orozko la cresta completa. La verdad es que el día tampoco ha acompañado ya que aunque no nos ha llovido, las nubes bajas han evitado admirar las extraordinarias panorámicas que se pueden ver desde este cordal.

Mi intención era haber empezado la ruta desde la ermita de San Miguel de Mugarraga, en el barrio de Beraza, pero debido a la insistencia de mis compañeros he subido el coche un poco más arriba, empezando la misma poco después de dejar a la derecha la desviación hacia un grupo de caseríos. Sin embargo a la vuelta, por lo menos, hemos bajado hasta la propia ermita por lo que la ruta realmente termina en ella y, aunque no comienza en ella, la aplicación la ha calificado como de "solo ida", no siendo realmente así. Para el o la que desee seguir la ruta con este mismo track le recomiendo que aparque el coche en la pequeña explanada frente a la ermita de San Miguel e inicie el recorrido desde allí.

Dicho esto, comenzamos la ruta donde he dicho, un par de centenares de metros superado el cruce de la carretera que se dirige a la derecha en dirección a los caseríos del barrio de Sendegi. En el mismo cruce hay un gran cartel que obliga a llevar los perros atados. Andamos unos metros y vemos que para llegar hasta el camino que sigue la ruta nos tenemos que desplazar un poco a nuestra izquierda. Para ello atravesamos perpendicularmente los escasos metros que nos separan del camino de la ruta y accedemos a él a la altura de una ataka. A partir de aquí seguimos ya fielmente el track de "joibarram", por el que nos hemos guiado.

El camino sigue un buen rato en suave ascenso al lado de una alambrada que separa unos pastos situados a la derecha donde pasta tranquilamente un rebaño de ovejas. Hay un gran mastín que nos avisa al otro lado de la alambrada que no se nos ocurra invadir sus terrenos y ni se nos pasa por la cabeza. Hay que seguir el camino un rato hacia arriba sin desvío alguno hasta llegar a una pista de gravilla por la que tenemos que seguir hacia la izquierda, y tras subir unos cien metros desviarnos de nuevo hacia la derecha por una pista cementada en un cruce señalizado.

Al poco rato de ascenso por la pista de cemento llegamos a un amplio collado totalmente despejado, es el collado Urizar. Hay varios postes de señales. Seguimos hacia la izquierda y a los pocos metros tenemos que desviarnos de la pista principal para seguir en ascenso campo a través, aunque parece que se intuye un sendero herboso, separándonos poco a poco de la pista principal, por la que después volveremos. Hay abundante ganado equino y bovino pastando mansamente. Desgraciadamente el tiempo no está despejado y a duras penas se divisa el valle de Orozko, cargado de nubes bajas. Al poco de subir nos encontramos con unos grandes piedrones en el suelo que nos recuerdan al menhir situado un poco más arriba, aunque a este pobre nadie lo ha puesto en pie y sigue allí tirado. Parece ser que se trata del menhir "Larraluze", roto en dos pedazos.

Seguimos hacia arriba, todo derecho en dirección al Kurtzegan, llegando a su cima en pocos minutos coronada por una estela de piedra con una cruz. Nos hacemos el selfie de rigor y seguimos en dirección al Kolometa, llegando en unos centenares de metros al reforzado menhir de Kurtzegan. Este sí que se encuentra vertical, habiendo sido reforzado por la Diputación con una serie de flejes de acero para evitar el desmoronamiento de sus tres bloques tras ponerlo en pie, ya que los tres bloques han estado en el suelo desde tiempo inmemorial.Tiene casi cinco metros y medio de alto y pesa unas siete toneladas y es de roca arenisca albiense del Cretácico Inferior. Esta rodeado por una valla de madera para evitar que los animales penetren en su entorno.

Una vez mirado y admirado uno de los menhires más altos de Euskadi, seguimos adelante andando unos cientos de metros por la pista, para desviarnos de ella y subir todo recto las rampas herbosas que dan acceso a la cumbre del Kolometa. En pocos minutos estamos en la cima, donde hay un poste geodésico y un buzón cilíndrico en el suelo con una placa metálica que indica el nombre del monte y su altitud, 1001 m. Nos tomamos un tiempo para ponernos un poco de ropa, beber abundantemente, comer algo de fruta y sacar algunas fotos.

Y como nuestro objetivo era llegar hasta aquí, iniciamos el retorno bajando hasta la pista que se ve muy cercana para seguir por ella hacia la derecha hasta llegar, tras un buen rato de animada charla, al collado de Urizar, descendiendo exactamente por el mismo camino que hemos seguido en la subida. Llegamos a la altura donde hemos accedido al camino de la ruta y seguimos adelante por una senda paralela y muy cercana a la carretera que transcurre bajo el pinar de la derecha. Una vez llegados al cruce del desvío hacia los caseríos de Sendegi donde esta ubicado el cartel que indica la obligatoriedad de llevar los perros atados, seguimos por la misma carretera hasta la ermita de San Miguel.

Fin de una ruta preciosa que pienso repetir para llegar hasta el Oderiaga en un día con mejor tiempo, si hay suerte. Desde luego el tramo que hemos hecho nosotros lo podemos hacer perfectamente en familia y con niños, aprovechando para explicarles la importancia de nuestro pasado prehistórico.