La Aceña, Alto de Galdames, Peña de los Pastores, el Sauco y Cueva de la Magdalena.

Ruta bonita desde la Estación de la Aceña.
Dos cimas: Alto de Galdames y Peña de los Pastores. Ambas cimas con buzón.
Visita a la Cueva de la Magdalena.
Y una anécdota.

En el tercer waitpoin, justo antes de coger el desvío a derecha para acceder al primer destino de la ruta, La Cueva de la Magdalena, se ha de pasar por un "camino vecinal"

Pues bien.
Ocho y media de la mañana.
Un mastín, del tamaño de un percherón mediano, suelto y apostado en medio del camino me deja muy a las claras, con sus ladridos, cabeza baja y exhibición colmillar, que no me iba a dejar pasar.
Y pensé para mí: Pues no tengo yo hoy el día como para entrar en un cuerpo a cuerpo con un mastín.
Además hace ya mucho que me prometí no volver a morder ninguno. (Como anécdota diré que el mastín del pirineo es bastante más duro a la mordida, y yo prefiero chutarlo que morderlo)

Retrocedo unos cincuenta metros. El perro cesa de ladrar
Miro caminos alternativos y no hay ninguno. Salvo zarzales sin camino definido.
Vuelvo al encuentro y el mastín vuelve a salir al camino, pero no avanza, solo ladra. Cualquiera pasa.
El ladrido es fuerte y molesto, además de intimidatorio.

Os voy a decir la técnica que utilicé, que aún a falta de sofisticación fue altamente eficaz. Y la he utilizado en más ocasiones, porque las primeras veces que se me daba esta circunstancia me daba la vuelta y me arruinaba la ruta.

Mantuve la distancia suficiente para que el perro no avanzara, respetando su espacio, pero con la cercanía suficiente para que no dejará de ladrar en ningún momento, a ver si siendo las 8:20 de la mañana de un domingo, le daba la turra al dueño de la finca y se dignaba a salir a retirar al perro.
Confieso que por algún instante barajé la posibilidad de que al dueño se le hubiera agotado la pila del sonotone.
Pero hubo novedades.

Después de más de 15 minutos porfiado en conseguir que el perro no dejara de ladrar salió el dueño a retirarlo. No tanto pensando en un senderista sino tal vez pensando incluso que a su perro le hubiera dado un cólico al riñón.

Pero si .., "No muerde!!!"-dijo.

Ya. "Pues cuélguele un cartel que lo diga, porque a mí así me cuesta diferenciar cuando un perro que amaga a morder..., lo hace de verdad o es un farol con el que juega por simple divertimento."
"Y atarlo?"
Un perro avisa lo mismo suelto que atado.

A la vuelta del camino sucedió exactamente lo mismo.
Imagino que sucederá algo similar cada vez que pasa alguien por el camino.

Osea que si hacéis la ruta..., echarle al menos 20 minutos más, 10 de ida y 10 de vuelta, en concepto de " Peaje canino aduanero".

En fin.

Por lo demás una ruta muy bonita por las zonas de la antigua minería de Gallarta.