La Adrada subida a los Covachones vuelta por la antigua vía de tren

Hoy nos encontramos en La Adrada en el Valle del Tietar. Vamos a subir a la zona denominada los Covachones. El recorrido en su mayor parte lo haremos por pistas forestales. Pero hay otra gran parte que pasa por pequeñas sendas de gran belleza y veredas que te llevarán por sitios recónditos. Para su seguimiento es recomendable llevar el GPS conectado, pues habrá zonas que lo necesitaras. La vuelta la haremos por lo que un día quiso ser un tren que uniría Madrid con Plasencia. Comenzó su construcción en la época de la Republica se avanzó bastante hasta llegar la Guerra Civil, donde se detuvieron las obras.



Salimos temprano desde una urbanización próxima a la antigua de vía de tren. Subimos y cruzamos dicha vía, a la vuelta volveremos por nuestra derecha siguiendo esta vía. Comenzamos subiendo por una buena pista forestal. En nuestro camino según vamos subiendo tenemos vistas de Lanchamala la zona alta de Piedralaves y el pueblo de La Adrada.



Nos encontramos una primera fuente cercana al arroyo del Franquillo. Una vez pasada esta fuente a unos 800 metros, vamos a abandonar la compañía de esta pista forestal. Nos adentramos en el interior del pinar siguiendo una pequeña vereda que gana altura rápidamente. Conectamos de nuevo con otra pista forestal que hará que tomemos un poco de resuello de la subida anterior. En nuestro camino volvemos a encontrarnos algunas fuentes más y una curiosa piedra en nuestro camino.



Vamos viendo de vez en cuando algunos castaños entre tanta masa de pinares.



Nos desviamos a la derecha para seguir otra pista forestal en continua subida. Se escucha el sonido del agua discurrir por la Garganta de Santa María a nuestra izquierda. Casi al final de esta garganta, volvemos a hacer otro giro a la derecha. Seguimos subiendo hasta alcanzar El Collado de las Vacas, donde pase siguiendo una ruta desde Casillas. Se trata de un verdadero cruce de caminos. Nosotros vamos a tomar según llegamos el camino de la derecha. Veremos unas piedras indicando monte público.

La pista ahora muy suavemente va ganando altura hasta el collado que nos separa de Los Covachones. Una vez arriba nos desviamos a la derecha para seguir un camino. Se nota que han metido mano al pinar, pues está bastante despejado.



Al fin llegamos hasta este vértice geodésico que se hacía de rogar.



Me encaramo subiendo entre algunas rocas. Las vistas bien merecen la pena subir hasta aquí. Me descalzo y disfruto de mi almuerzo. Que buen sitio para quedarse un buen rato.



Después de haber descansado y disfrutado me pongo a pensar cual será mi camino a seguir en la bajada. Yo traía una senda preparada, pero me doy cuenta que puedo ir por otro lugar y a la vez descubrir algo nuevo. Asé que, me dejo envolver por lo desconocido y la aventura. Bajo y en lugar de volver por donde había venido que era mi primera intención y probablemente más cómoda. Elijo bajar por un terreno despejado hacia la zona llamada Monte del Pilar, a partir de estos momentos se requiere un poco la utilización del GPS.

Me llevo una bonita sorpresa, mientras bajo escucho un sonido de pisadas. Levanto mi mirada al frente y veo un bonito gamo. Se nota que no me ha detectado aún, saco la cámara fotográfica, aunque algo lejos intento sacarlo en mi cámara. Le veo cómo cambia de un lado a otro buscando algo. Lamentablemente di un pequeño paso y él lo detecto al instante saliendo en estampida.



Aun así, me encanto el poder disfrutar de esta hermosa escena. Me voy escorando hacia la izquierda, para dar con una pequeña vereda, que prácticamente no se ve, por la gran acumulación de helechos. Se nota que han pasado pues observo algunas cintas de plástico colocadas en algunas zonas.



Voy rodeando una finca hasta llegar a un cruce de caminos, que es por donde yo hubiera llegado si hubiera ido por el camino que tenía previsto y viéndolo no tenía mala pinta. A partir de ahora voy a seguir una senda que me encanto. Encontrarte dentro de este hermoso bosque con multitud de colores en sus hojas.



Voy caminando y con mi cámara en ristre, voy haciendo algunos vídeos para disfrutarlos luego.



Vídeo por el bosque conmigo



Esta pequeña senda va serpenteando y de vez en cuando te deja ver a modo de balcón lo que te rodea.



Llegamos a una pista y en unos zig zag, perdemos altura hasta llegar a un cruce donde tomaremos la pista a la derecha. Esta pista baja muy levemente hasta encontrarnos otro desvío. Giramos a la izquierda.

Según bajo observo a mi derecha unos hermosos y centenarios castaños. Es curioso, me bajo hacia uno de ellos con una forma muy curiosa.



Y en cuanto comienzo a subir para tomar mi camino, escucho un sonido. Miro al suelo y me fijo que estoy rodeado de castañas, así que, ni corto ni perezoso me pongo al oficio. Aquellos dos hermosos castaños me daban una parte de sus frutos.



Recojo unas pocas y regreso a mi caminar, según bajo me fijo en unas piedras las marcas de un Sendero de Gran Recorrido con pintura de color roja y blanca. Llego a la zona llamada Canto de la Linde. Se trata de una pequeña zona de descanso. Observo un panel informativo del GR 180, un gran sendero que atraviesa la zona del Valle del Tietar. Existe una fuente y un banco y un poco a la derecha unas grandes moles de piedra que sirven de miradores.



Regreso del mirador natural y continuo por la pista forestal. Según mi ruta prevista debía bajar a la altura de una curva. Me asomo a ver el percal y me digo uffffffff por ahí no hay quien baje, nada más que un jabalí. Me pongo a pensar en otra alternativa de bajada, observo que más abajo hay otra vereda que haciendo una zeta me ayudaría a salvar mejor el desnivel de bajada.

Llego al lugar donde voy a abandonar la agradable compañía de la pista forestal. No sé, lo que me deparará de ahora en adelante. La primera parte de la bajada es algo empinada y con mal piso. Lo voy llevando con cuidado y con paciencia, necesito ir perdiendo altura progresivamente, aún estoy a demasiada altura. La pendiente comienza a flojear, eso sí, hay que ir con cuidado de no despistarse y seguir la vereda más pisada el GPS, viene de lujo por esta zona.

Me encuentro un camino que me cruza transversalmente. Miro en mi GPS y observo que el camino va en mi misma dirección, aunque observo que me va a hacer subir para luego bajar. Yo ya estoy un poco cansado y mis pies comienzan a estar resentidos de mi ultima gran aventura por Miraflores de la Sierra a Las Torres de la Pedriza.

Tengo que detenerme en unas lanchas de piedra y descalzarme. Suelo llevar vaselina para hidratar los pies. En cuanto me quito el calzado, noto que los tengo bastantes calientes, me paro un momento y me unto un poco para aliviarlos.

Sigo de frente obviando este sendero hasta conectar con los restos de lo que un fue un sueño para estas tierras del Tietar que se quedó en los libros de la Historia Olvidada.

Ahora el camino es recto y sin prácticamente desnivel. Los metros van pasando, mientras los cortes hechos en el terreno, me dejan ver las grandes montañas.



Deseo que disfrutéis de la ruta.


Vídeo de la ruta



Vídeo del perfil de la ruta



Época recomendada Cualquier época del año.

Transporte Vehículo privado.

Estadísticas
Nivel de dificultad: Dura
Distancia: 18,3 km
Desnivel + 862 metros Desnivel - 872 metros
Tiempo total: 6h 42'
Tiempo en movimiento: 4h 51'
Tiempo parado: 1h 50'
Velocidad media total: 2,73 km/h
Velocidad media en movimiento: 3,78km/h
Ritmo medio total: 21:52 min/km
Ritmo medio en movimiento: 14:09 min/km
Indice IBP index: 85 Informe




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