La Atalaya y el Castillo de Cieza por la Senda del ZigZag

Antes de leer el detalle de la ruta lee este aviso de exención de responsabilidad:
"Las rutas que subo aquí sólo son un relato de mis salidas al monte con el fin de que me sirva de referencia para próximas ocasiones. Con la dificultad y características que tienen para mí, mis condiciones físicas y mi experiencia por el monte. No es una guía fidedigna de senderismo con un track ultraexacto (utilizo un simple smartphone y a veces la cobertura del GPS no es exacta) por lo que si alguien decide seguir mis tracks o indicaciones (no sólo no me opongo a su uso sino que estoy disponible para cualquier consulta) debe tener claro y asumir que es responsabilidad exclusivamente suya. Que la percepción de dificultad y/o riesgo es muy subjetiva, no es igual para todo el mundo y que lo que para uno es monte, otro puede ver rastros de senderos. No fiarse sólo de mis tracks. Leerlos antes teniendo en cuenta que detallan mi percepción de la ruta que puede ser muy diferente para otros. Las rutas hay que prepararlas y revisarlas antes de salir. A tu disposición.
Y, un ruego final. No estropees la naturaleza. Déjala como la encuentras. Respétala. No es nuestra. Nosotros somos de ella."

Ruta corta pero intensa para subir a la cumbre del Collado de la Atalaya desde la Senda ZigZag pasando por el Castillo de Cieza.

La califico de moderada pero, cuidado, es una ruta corta pero muy exigente, físicamente, ya que la subida al Cerro de la Atalaya tiene una pendiente que tira para atrás. Nada menos que un 23% Es dura, dura. Y con unos tramos de tierra y piedra pequeña suelta y otros de rocas incómodas. Imprescindible calzado con muy buena suela para montaña y los bastones (estos, más para la bajada del Collado que también es comprometida con piedrecillas y tierra donde es fácil resbalar). Otro punto comprometido es una trepada, bajando del castillo, por un paso que, al parecer, un derrumbamiento ha convertido en una trepada, no muy difícil, de unos tres metros con una salida por un agujero corto pero estrecho. Si se prefiere no pasar por ahí, podemos sortearlo por la izquierda.
Empieza la ruta al comienzo de la Senda del Zigzag, desde el sendero Félix Martínez. Vemos posibles atajos para hacer el sendero más corto y directo pero están bloqueados para no salirse de la senda. De todas maneras, lo suyo es hacer la Senda del Zigzag completa. Llegamos, en breve, a la explanada donde vemos, a nuestra izquierda, la Ermita de la Virgen del Buen Suceso. En el waypoint correspondiente adjunto el detalle sobre esta Ermita.
Las vistas desde la Ermita, junto a la cruz que tiene al frente, de la Atalaya, de Cieza y del Castillo, son dignas de ver. Por cierto, ante la colosal vista del cerro, me entran las dudas de si acometer la subida o darme una vuelta con los perros por allí y volverme a casa sin enfrentarme a tamaña pendiente.
Desde la Ermita, me dirijo a unas escaleras para empezar a subir hasta el castillo. Después de un tramo de unos 50 metros por sendero, me desvío a la izquierda para subir, entre tramos de tierra y tramos de roca, por lo que parece que, alguna vez, fueron senderos (la subida desde los restos arqueológicos de la Medina Sisaya tiene el sendero más marcado y está bien indicado). La subida no tiene pérdida. Se pueden tomar varias alternativas pero todas te llevan arriba entre algún que otro paso entre rocas.
A los pies del castillo, vemos una cueva que debió utilizarse como mazmorras. Justo al lado, tenemos que subir una pequeña trepada fácil. Unos metros más adelante, la última trepada que nos hace entrar en el Castillo, es decir, en La Alcazaba de Medina Siyasa, que se conoce como el Castillo de Cieza. Una vez allí, comprendemos el porqué de su ubicación. En el waypoint correspondiente tendremos amplia información sobre esta fortaleza.
La bajada tiene dos opciones. Parecida a la subida o, la que realice yo con mis perros, que obliga a una trepada de unos tres metros con salida por un agujero no muy ancho que se puede evitar pasándolo por la izquierda. No es trepada difícil aunque lo parece. A Sam, mi muy prudente compañero perrisenderista, le tuve que ayudar a que iniciase la trepada. Dina, mi otra compañera perrisenderista, no hizo falta. Entre lo liviana y ágil que es y que no le tiene miedo a nada, trepó en un suspiro. Pero cada perro es un mundo.
La llegada al pie de la subida a la cumbre de la Atalaya no tiene más dificultad. Pero pasada la valla metálica, la cosa cambia.
La subida por la senda del Pico empieza con buen terreno pero con una pendiente considerable. La pendiente va a más conforme subimos y el terreno que podamos también empeora. Pasamos por tramos de tierra y piedras sueltas, por otros de rocas y por pequeñas trepadas. No es difícil técnicamente pero si muy exigente en lo físico. Obliga a hacer alguna parada. No olvidar que la pendiente llega al 23%. al final, cuando llegamos al llano del Collado, hay que hacer un último esfuerzo para subir, por la derecha, a la cima. Los últimos 10 metros son delicados sólo si padeces vértigo, ya que tenemos el cortado a un metro. En la cima, como siempre, habrá valido la pena el esfuerzo. Foto y café de rigor y para abajo, al collado que hemos alcanzado antes.
Seguimos por la Senda del Pico pero ya bajando por un sendero muy bonito que, al principio tiene buen suelo pero luego, conforme vamos bajando, la pendiente es mayor y el suelo se vuelve de tierra y piedrecillas. Nada que un buen calzado y unos bastones no solucionen. Al final de la senda, tomaremos una amplia pista, el Camino de Enmedio, hacia la derecha, que nos lleva hasta la verja por donde, antes, iniciamos la subida a la Atalaya. A la izquierda tenemos la Senda del Zigzag por la que podemos bajar hasta el inicio de la ruta o, como hicimos nosotros, bajar por una senda paralela, con menos curvas y con más tranquilidad para llevar a mis perros sueltos ese rato. En breve llegamos al fin de ruta. Estiramientos y... Para casa.

(Por si alguien tiene dudas sobre hacer las rutas con perro, a mí siempre me acompañan un bodeguero de poco menos de 15 kilos y una ratonera mestiza de 7 kilos y se defienden sin problema alguno. Disfrutan más que yo)

(La norma principal que sigo en mis salidas es no llevarme, romper, arrancar ni alterar nada de la naturaleza que encuentro ni tampoco dejar nada que deje huella alguna de mi paso.)