La Azohía. Torre de Santa Elena. Cala Corracón.

La Azohía es una población del Campo de Cartagena, situada en la parte norte de la Bahía de Mazarrón y en la parte sur del Espacio Natural de La Muela, Cabo Tiñoso y Roldán. Lugar habitado de antiguo, donde los romanos introdujeron la técnica de pesca con el método de la almadraba, que se sigue utilizando en la actualidad con algunas modificaciones, y asiento de episodios de piratería durante la Edad Moderna, que motivaron el establecimiento de puestos de vigilancia y defensa costera, de los que queda un excelente ejemplo en la Torre de Santa Elena. En tiempos más recientes fue el lugar donde habitaba parte del personal militar con destino en las cercanas instalaciones militares. Tiene unas fantásticas playas, como bien muestran las fotografías adjuntas, y un entorno natural magnífico en el que destacan los acantilados del Cabezo de la Panadera, con algunas preciosas calas de difícil acceso. Aunque el recorrido es bastante largo desde Isla Plana, donde hemos comido, la mayor parte puede ser hecha en coche, por lo que sólo hemos grabado la parte realizada a pie, para subir desde la playa hacia la Torre de Santa Elena y los acantilados de La Panadera hasta llegar a Cala Corracón, donde el sendero se hace más agresivo al iniciar la subida hacia el Collado de los Siete Cucones. Queda así una ruta corta, realizable en tiempo limitado (puede usar el resto para un fantástico baño en las playas de la zona) y que ofrece excelentes vistas, aunque debemos avisar de que el suelo del sendero es a veces algo incómodo y hay que ir con cuidado para evitar posibles caídas, no siendo aconsejable su paso a las personas con vértigo.
La Torre de Santa Elena, o Torre de la Azohía, fué edificada en el siglo XVI, siendo proyectada bajo el reinado de Carlos I aunque fue construida en el reinado de Felipe II, como parte del sistema de vigilancia y defensa de la cosa ante la piratería berberisca. La torre fue restauradas en 1989 y consta de dos plantas conectadas por una escalera de caracol; en el siglo XVIII se colocó en las almenas un cañón de largo alcance construido en Italia. En la zona vecina se colocan las redes para la pesca de especies estacionales como atún, lecha o melva, con el método de la almadraba de vuelta, que se remonta según algunas informaciones a tiempos anteriores a los romanos.
La ruta comienza en la playa de La Azohía, siguiendo por el paseo marítimo en dirección al puerto, para continuar después hacia la Punta de la Azohía (se puede continuar por el sendero que prolonga la calle por la que avanzamos hasta llegar a la misma punta, aunque no tiene mayor interés). Nos desviamos a la izquierda para volver hacia atrás y subir por unas escaleras hasta el camino superior, que es el que continúa hasta el pie de la Torre de Santa Elena. Un poco más adelante, a nuestra derecha, veremos un arco y una escalera que da acceso al Mirador de la Torre, con una bonita vista. Volviendo hacia la Torre veremos a nuestra derecha el comienzo del sendero del acantilado, por el que seguiremos ahora durante algo más de 1 km, mientras caminamos por un irregular y en algunos puntos inseguro sendero situado a media altura entre el Cabezo de la Panadera y el mar. Las vistas son muy bonitas, con una costa muy accidentada hasta que llegamos a la Cala del Corracón; en este punto el sendero se vuelve más inseguro mientras cruza hacia Cala Muñoz y no vemos nada que nos permita bajar con cierta seguridad hacia el mar, por lo que decidimos dar la vuelta por el mismo sendero por el que hemos venido, volviendo hasta el punto donde dejamos el coche (algo más lejos de donde se ha marcado el comienzo).
En conjunto es un paseo fácil, al inicio por calle asfaltada hasta la Torre y el Mirador, pero el sendero del acantilado es algo más complicado, siendo necesario hacer una pequeña trepada (y a la vuelta un destrepe) para salvar un pequeño desnivel, de unos 2-3 metros, unos 100 metros después de la Torre. El sendero, aéreo y con firme irregular, en parte de tierra y la mayoría en roca, no es adecuado para personas con vértigo y yo aconsejaría evitar el paso de niños pequeños salvo que estén estrechamente vigilados. Las vistas son muy bonitas y este corto recorrido permite hacerse una idea bastante exacta y en poco tiempo de cómo es la costa de la zona.
Hasta la torre puede hacerse el camino con cualquier calzado, pero más adelante es muy recomendable llevar buen calzado de montaña y los bastones ayudan en algunos pasos. En verano no hay protección contra el sol, aunque el recorrido es muy corto y a la vuelta la playa ofrece una rápida recuperación.