La Besurta. Refugio de la Renclusa. Ibón de Paderna. Collado Renclusa. Plan, Cascada y Forau de Aigüalluts.

Una de las grandes rutas de moderada dificultad en la zona de la Besurta, tal vez la más frecuentada, a la que hemos añadido sobre el itinerario más habitual (que incluye el Refugio y el Collado de La Renclusa, el Plá de Aigüalluts y el principio de los valles de Barrancs y la Escaleta, con o sin la subida al Collado de Toro, y el río, cascada y forau de Aigüalluts) el paso por el ibón de Renclusa o de Paderna, en una ruta circular que pasa a la subida por la izquierda de la aigüeta de Paderna, volviendo después por el itinerario habitual (a la derecha de la aigüeta).
El distribuidor de la ruta se localiza en el Refugio de la Renclusa (cuyo significado es "abrigo bajo la roca", y está cogestionado por la Federación Aragonesa de Montañismo y el Centro Excursionista de Cataluña junto al Ayuntamiento de Benasque), que tiene más de 100 años de antigüedad como refugio y es el lugar habitual de acceso a la montaña para los visitantes que quieren subir al Aneto. Sus guardas tienen una enorme experiencia acumulada en ascensiones a la montaña más alta del Pirineo, pero la historia del refugio nos cuenta que su primer guarda, José Sayó, falleció días antes de la inauguración oficial del refugio, en la zona del Paso de Mahoma, al ser alcanzado por un rayo durante una tormenta que se desencadenó en julio de 1916; le sustituyó en el puesto de guarda su yerno. Antonio Abadía, que fue conocido como el León del Aneto. Esta zona del Pirineo debe un emocionado recuerdo a los guardias del Refugio que, a lo largo de los años, ayudaron a muchas personas y salvaron muchas vidas.
Tal vez lo más conocido de esta ruta sea un impresionante fenómeno geológico. Las aguas de deshielo de los valles de Barrancs y la Escaleta, procedentes mayoritariamente de los macizos de Aneto y Mulleres, se juntan a múltiples fuentes adicionales para formar un corto pero muy bonito río que se precipita con un notable caudal en estas fechas por la cascada de Aigüalluts, en cuyo fondo arenoso el agua parece ir desapareciendo con rapidez. La causa de este fenómeno radica en la naturaleza kárstica del lugar y la existencia de una comunicación (el Forau de Aigüalluts), que permite el paso por una conducción natural subterránea del agua que desaparece aquí hacia otro extraordinario lugar: la surgencia de los Uelhs Deth Jóeu, en la zona de la Artiga de Lin (valle de Arán), desde donde estas aguas pasan al río Garonne, por el que alcanzan el Atlántico. La demostración de la aventura de las aguas del Forau de Aigüalluts es una muestra del empeño de un ilustre espeleólogo, Nicolas Casteret, que en 1931 demostró el camino que seguían las aguas, tras echar 60 kg de fluoresceína (subidos a lomos de mulas) en un día muy lluvioso en el río de Aigüalluts y comprobar que horas más tarde las aguas aparecían teñidas en la Artiga de Lin.
El inicio de la ruta a pie está al final de la pista asfaltada que lleva desde el parking de Llanos del Hospital hasta la Besurta, que no es utilizable por particulares (salvo permiso especial) de finales de junio a mediados de septiembre, por lo que deben utilizarse los autobuses contratados para esta función. En fines de semana y otros días de mucha afluencia puede ser imposible subir en el primer autobús, por lo que se recomienda ponerse en la fila de espera cuanto antes; también es posible que se llene de coches el aparcamiento, por lo que llegar pronto es muy recomendable.
Desde la Besurta se inicia un rápido ascenso de unos 250 metros por la ladera este del barranco de la Renclusa, para llegar a la ubicación del Refugio de la Renclusa. Desde aquí nos dirigimos hacia el oeste, en paralelo por debajo de la Tuca de la Renclusa, mientras ascendemos por un sendero que sigue el lado sur de la aigüeta del barranco de Renclusa. Las vistas son muy bonitas, aunque el suelo hace conveniente concentrarse en dónde se ponen los pies más que en las vistas. Así llegamos a un llano, situado a los pies de la Tuca de Paderna, que cierra su fondo y donde encontramos un precioso río de aguas transparentes, que hacen llamativos meandros, y en cuyo inicio vemos un dispositivo de toma de aguas para el Refugio. Los meandros se inician al fondo, al pie de la Tuca, pero el ibón que buscamos está escondido a nuestra izquierda; subiendo por esa ladera lo encontraremos en pocos metros, formando un enclave privilegiado con impresionantes vistas a los pies de los Picos de Paderna y Renclusa y del macizo de la Madaleta.
Baño de los adictos y plácido descanso para los admiradores calmados. ¡Un lugar maravilloso!. Y vuelta hacia les aigües tortes, paso al otro lado del barranco y descenso por un sendero, mejor trazado y más visible, por el lado norte del Barranco de Renclusa, hasta llegar al puente, aunque ahora seguimos adelante por un rato para ver la entrada del túnel construido en la postguerra, la cascada y el Forau de Renclusa.
Precioso hasta ahora el recorrido, sin excesiva exigencia, así que entramos al Refugio donde nos dan unas cervezas para festejar lo que aparenta ser otro gran día de senderismo, y vuelta al tajo, subiendo esta vez por el bien marcado sendero señalizado hacia el Collado de la Renclusa. Las impresionantes vistas mejorarán aún más cuando, tras pasar el Collado, iniciemos el descenso hacia Aigüalluts.
Aquí nos cruzamos con gran cantidad de personas que suben desde Aigüalluts, en lo que parece sentido de ruta preferido por una mayoría de los caminantes de hoy (nosotros creemos que el bueno es el sentido antihorario que estamos siguiendo). Cuando llegamos abajo podemos girar a a izquierda para ir a la Cascada de Aigualluts, pero nuestra ruta favorita no es esa. En su lugar nosotros giramos a la derecha para ir hacia el valle de Barrancs, a cuya entrada tenemos una vista franca de otro de los grandes hitos del día: el monte más alto, el Aneto, con su glaciar y sus compañeros de juerga (Tempestades, Russell, Margalida y, al otro lado del barranco, Mulleres y los Picos de la Forcanada, con esa forma tan típica que los hace distinguibles siempre). Aquí pedimos que nos hagan unas fotos y tenemos la suerte de que un excelente fotógrafo nos deja unas excelentes instantáneas que se convierten de inmediato en el nuevo distintivo del grupo de caminantes que lleva el nombre del monte y la ruta de otro destino de excepción: el Canigó.
Cuando salimos de nuevo al sendero, tras comer y beber algo, pero sobre todo tras disfrutar un buen rato de un paisaje único, cruzamos hacia el inicio del valle de la Escaleta, y luego giramos a la izquierda para ir en busca del rio Aigüalluts.
Volvemos a otro lugar mítico, a nuestros pies las aguas se desploman en otra cascada de excepción: la Cascada de Aigüalluts. Pero algo pasa, nuestra agua, tan abundante en la parte superior de la cascada, parece llegar al suelo arenoso y desaparecer entre la arena. Si alguien pensaba que algún gran agujero se iba a tragar las aguas está en un error. El agujero existe y se ve con facilidad, pero el agua filtra a través del suelo arenoso y entra en su mayoría en el túnel que llevará el agua de Benasque a los Uelhs deth Jóeu, desde donde se dirigirá hacia el curso del Garona. Si necesita acercarse para creer lo del agujero tenga mucho cuidado, la protección ante caídas es escasa y es poco probable que le puedan recuperar si decide irse al interior del túnel.
Ya sólo queda, y es mucho porque sigue siendo un sendero precioso, continuar hacia La Besurta. Luego vendrá lo más pesado: esperar el autobús. Puede haber muchas personas, más de las que caben en el autobús, por lo que si no tiene la precaución de colocarse en la cola de espera puede que se quede en tierra. Muchas personas deciden no arriesgarse y se vuelven caminando hacia Llanos del Hospital. Es una buena caminata, pero cómoda y muy bella; si se nota fuerte es una buena alternativa, durante la que probablemente verá marmotas, muy abundantes aquí, además de las consabidas vacas. Es poco probable que vea otros animales.
Con una longitud moderada y un desnivel total también moderado, y sin pasos especialmente complicados, esta ruta debería ser valorada como de dificultad moderada. Para muchos montañeros expertos esta ruta es de lo más fácil que hay entre las grandes rutas, pero es también un destino de turistas, y se puede ver a algunas personas que se meten por aquí sin calzado adecuado y a veces sin ningún respeto a las recomendaciones montañeras; su paso produce erosión, deja restos inasumibles y, además, pone en peligro su integridad física. La mayoría de los accidentes que se producen y buena parte de los rescates que hay que hacer cada año se deben a imprudencias evitables, para las que no debería haber barra libre.
En cualquier caso el lugar sigue siendo fantástico, así que recuerde llevar excelente calzado de montaña, protección solar (la mayoría del trayecto no está protegido), agua suficiente, algo de comida, bastones y protección climática ante posibles cambios del tiempo. Y, si parece que puede haber tormenta o nota la aparición de rayos, salga por pies, cuanto antes.