La Calera del Prado-Zalama

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https://photos.app.goo.gl/YcdFj8SG5ZCqMcFVA

https://youtu.be/CaoWrJNRtl4

La Villa de Lanestosa se encuentra ubicada en el extremo más occidental del Señorío de Bizkaia, dentro de la comarca de Las Encartaciones.
Limita al Norte con Ramales de la Victoria (Cantabria), al Este con el valle vizcaíno de Karrantza, al Oeste con el Valle de Soba (Cantabria) y al Sur también con Soba y Karrantza.

Desde Calera del Prado se sube a la cumbre más alta de la Sierra de Ordunte, el Zalama (1.343 m), pasando primero por Saltipiña (1.064m), Montegrande (1.124m), el Mirón (1.093m) y la Mana (1.203).
Vistas de postal, Valle de Mena a izquierda y valle de Carranza a derecha.
Especial mención merecen las Turberas de la Llana de Salduero (donde el ganado aparecía y se esfumaba entre las nieblas) y las propias turberas del Zalama, donde existe un panel en el se explica su formación y otras particularidades.
Bajando de Zalama por la línea divisoria encontraremos un mojón de cuatro caras, cada una mira hacia un lado: Merindad de Carranza, valle de Mena, Valle de Soba y Merindad de Montija, como figura en sus inscripciones.
Giramos a derecha y nos espera un largo descenso que se hace bastante pesado a través de campa herbosa bastante hoyada y sin sendero definido, hasta el Mirador de los Tornos.
Hasta ahí todo muy bien.
A partir de entonces yo abandonaría está ruta y buscaría alguna otra alternativa por carretera combinada con otros senderos para alcanzar el punto de partida en Calera de Prados.
‌Por la parte derecha del Mirador de los Tornos, se adivina, porque no se ve, que alguna vez hubo allí un camino, que no era otro sino una antigua calzada romana por la que debió transitar Carlos V hasta Laredo, como así reza en un panel. El camino es zigzagueante en continuo descenso, con hierba muy alta que no deja ver dónde se pisa, y el suelo tiene abundantes hoyos con piedra rodante que no son fáciles de ver. Yo me caí una vez y me torcí el mismo tobillo dos veces. Iba además con pantalón corto. No recomiendo bajar por aquí a nadie. Peligroso, incómodo y con elevado riesgo de lesión. Cuando pasó Carlos V, año 1556-1557, aquello sería una calzada digna, pero hoy, es una zona prácticamente intransitable invadida por la zarza, los helechos y toda suerte de vida vegetal. No se ha cuidado este patrimonio. Conduce, eso sí, a la espalda de un recogido cementerio con un solo ciprés y una modesta iglesia con bastante encanto (también se pueden visitar desde la carretera)
‌Una ruta muy bonita de dificultad moderada con el agravante de este último tramo referido que es mejor advertir y no recomendar.
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