LA CAMUÑA: CUEVA DEL JABONERO, TORRE DE LA NAVA, CERRO DEL AGUA, CRUZ BLANCA Y DE SAN CRISTÓBAL DESDE CASTILLO DE LOCUBÍN

Sorprendente y entretenida ruta por este precioso rincón de la Sierra Sur de Jaén en la que partiendo de Castillo de Locubín recorremos La Camuña pasando por los restos de la antigua Ermita del Calvario, hoy totalmente en ruinas y que sorprendentemente sirve de corral y perrera, para posteriormente subir entre curiosas formaciones rocosas a la Cueva del Jabonero, célebre por pasar en ella su primera noche el legendario maqui Tomás Villén “Cencerro” cuando se “echó” al monte tras evadirse de la prisión de Alcalá la Real el 17 de marzo de 1940. Desde la cueva y su embaucador entorno subimos a Mesa Redonda, que nos sirve de fantástico mirador natural sobre el casco urbano Castillo de Locubín y el incipiente Valle del Río San Juan.
Subimos ahora entre bancales, apriscos, eras, chozos y restos de las antiguas colonias, todas similares, con las que infructuosamente se trató de poblar el Cerro de la Nava y las faldas de La Camuña a comienzos del siglo XX y de las que hoy solo podemos apreciar restos de su sillería y ladrillo macizo en la mayoría de los casos. Pasamos junto a una gran sima que a en forma de gigantesca grieta rasga horizontalmente la superficie de este cerro para finalmente alcanzar la Torre de la Nava o del Puerto, del siglo XIV, coronando este cerro desde donde obtenemos unas soberbias vistas.
Descendemos por el Camino de la Loma de la Nava para cruzar la carretera N-432a y llegar al Puerto del Castillo donde tomamos un viejo y precioso camino en ascenso que nos sube a La Camuña por su cara este zigzagueando y sumergiéndonos progresivamente en su frondoso encinar. Pasamos una puerta en el camino (que como siempre debemos dejar cerrada de nuevo tras nuestro paso) y damos vista a las antenas y repetidores de televisión que coronan el Cerro del Agua, el cual bordeamos por su umbría, donde nuestro camino se adorna de musgos, líquenes y todo tipo de tono de verdes que hace las delicias de nuestro caminar.
Tras alcanzar los Llanos de La Camuña dejamos el cómodo camino que llevamos y ascendemos entre las encinas campo a través en dirección sur por la vía directa hasta alcanzar la cima del Cerro del Agua (1192 m), donde nos aguarde su espigado vértice geodésico. De nuevo toca recrearse con las vistas a Alcalá la Real, La Parapanda, Sierra Nevada y demás para finalmente iniciar el descenso siguiendo una pista asfaltada que nos desciende en dirección suroeste y que nos conduce al Cortijo de la Camuña. Seguimos este camino un poco más allá para desviarnos a la izquierda hacia el sur en una pradera y tomar una camino que rápidamente nos lleva a la Cruz Blanca, otro simbólico mirador hacia Alcalá la Real y la Sierra de San Pedro.
Desandamos nuestros pasos hasta dejar atrás el Cortijo de la Camuña, y justo cuando entramos a los llanos nos desviamos a la izquierda campo a través hacia el norte para subir y alcanzar la cuerda y posteriormente la cima del Cerro de San Cristóbal o de La Camuña (1162 m), donde damos vista de nuevo al Castillo de Locubín, y donde, unos metros más abajo, visitamos la Cruz de San Cristóbal, cruz de forja que se erige sobre los Tajos de la Camuña.
Iniciamos el descenso hacia el este siguiendo un camino algo perdido pero bastante evidente hacia el noreste que nos conduce al extremo oriental de los Tajos de la Camuña, la única entrada posible para poder atravesar a pie estos cortados aparentemente inabordables a dos patas. Tras pasar una puerta, nuestro sendero se aferra a las cornisas que abren paso entre los tajos y escarpes para ir perdiendo altura junto a la roca caliza sorprendiéndonos con la lógica respuesta que da el camino a tan escabrosa orografía. La exuberante vegetación que tapiza la roca en estas umbrías ayuda a darle el toque mágico a este tramo que nos conduce plácidamente a tierras de cultivo de olivar donde tras apartarnos brevemente de nuestro descenso para visitar la hermosa Fuente del Parral retomamos el viejo camino que conduce a las proximidades del Cortijo del Charco y que desemboca a la carretera N-432a.
Una vez en la carretera ascendemos por ella unos metros para salirnos del asfalto y tomar un camino desdibujado que nos conduce a la Colada de la Fuente del Parral, que tras pasar junto a un transformador eléctrico desciende mostrando sus muros y su vetusto pavimento pétreo hasta conducirnos sin darnos cuenta al casco urbano de Castillo de Locubín junto al punto inicial de la ruta.