La Cantolla (Mirones) - Cueva de Juntarnosa
near La Cantolla, Cantabria (España)
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Trail photos
Itinerary description
La Cantolla - Guspedroso - Llerao - Los Hoyos - Fiñumiga - Yago Ruyo - Hoyo de Juntarnosa - Cueva de Juntarnosa - Ucabado
Gran ruta por el karst meracho, con senderos de gran belleza y parajes perdidos, hayedos, cabañales, antiguos senderos, hoyos impresionantes y la ascensión a la Cueva de Juntarnosa. Eso sí, el terreno no es cómodo, como suele suceder en esta zona. Una buena parte del recorrido discurre por el sendero señalizado Camino de Los Neveros.
Partimos del barrio de La Cantolla, situado en la parte alta de Mirones. Un sendero entre muretes de piedra nos lleva al camino asfaltado que va ascendiendo poco a poco junto al lapiaz de Guspedroso hasta la vereda que se adentra por Llerao y Los Hoyos hacia la zona de Fiñumiga. En vez de bordear el bosque bajo Las Enguinzas y visitar la fresquera, atravesaremos la arboleda recortando la curva por un bonito sendero.
Luego, pasaremos junto a la fresquera y nos dirigiremos por Yago Ruyo hasta que divisaremos ante nosotros el Hoyo de Juntarnosa, de colosales dimensiones, con una cabaña y algunas vacas pastando. Desde allí, con el primer contacto visual, parece difícil creer que vayamos a terminar rodeándolo entero y en no demasiado tiempo, con subida incluida a la cueva que preside este anfiteatro natural.
Una vez entramos a recorrer esta gigantesca dolina, en waypoint del km. 5,70 debemos de seguir por un sendero entre la hierba que esquiva por encima el lapiaz y no por debajo, como hice yo campo a través hasta que volví a la vereda más adelante, aunque ese camino parece que implicará una pequeña subida. Dónde sí que podemos buscar el mejor camino por la ausencia aparente de este es en la subida final a la cueva, aunque las vacas que frecuentan la gruta nos harán aquí un favor con los caminos que abren en la hierba.
Una vez arriba comprobamos que esta cueva, donde según la leyenda habitaban unos seres llamados enjanos, es en realidad un gran arco de piedra, pues la roca tiene entrada a ambos lados de la montaña. No sabemos si tuvo en su día pobladores diminutos que echaban maleficios a las vacas, lo que sí parece es que son ahora ellas y las cabras las que han tomado el lugar, desde el que se tienen unas fabulosas vistas. Adjunto fotografía del artículo que recoge la leyenda en el nº 3 del Boletín Cántabro de Espeleología (1982).
Abandonamos la cueva para seguir por las laderas del Hoyo de Juntarnosa y si no queremos perder altura, podemos evitar el desvío que hice a la torca del mismo nombre.
A continuación, solo quedará disfrutar de la bajada por Ucabado hasta el punto de partida, con especial mención a la última parte del sendero, que recorre un formidable hayedo en el que la vegetación se mezcla con el lapiaz.
Gran ruta por el karst meracho, con senderos de gran belleza y parajes perdidos, hayedos, cabañales, antiguos senderos, hoyos impresionantes y la ascensión a la Cueva de Juntarnosa. Eso sí, el terreno no es cómodo, como suele suceder en esta zona. Una buena parte del recorrido discurre por el sendero señalizado Camino de Los Neveros.
Partimos del barrio de La Cantolla, situado en la parte alta de Mirones. Un sendero entre muretes de piedra nos lleva al camino asfaltado que va ascendiendo poco a poco junto al lapiaz de Guspedroso hasta la vereda que se adentra por Llerao y Los Hoyos hacia la zona de Fiñumiga. En vez de bordear el bosque bajo Las Enguinzas y visitar la fresquera, atravesaremos la arboleda recortando la curva por un bonito sendero.
Luego, pasaremos junto a la fresquera y nos dirigiremos por Yago Ruyo hasta que divisaremos ante nosotros el Hoyo de Juntarnosa, de colosales dimensiones, con una cabaña y algunas vacas pastando. Desde allí, con el primer contacto visual, parece difícil creer que vayamos a terminar rodeándolo entero y en no demasiado tiempo, con subida incluida a la cueva que preside este anfiteatro natural.
Una vez entramos a recorrer esta gigantesca dolina, en waypoint del km. 5,70 debemos de seguir por un sendero entre la hierba que esquiva por encima el lapiaz y no por debajo, como hice yo campo a través hasta que volví a la vereda más adelante, aunque ese camino parece que implicará una pequeña subida. Dónde sí que podemos buscar el mejor camino por la ausencia aparente de este es en la subida final a la cueva, aunque las vacas que frecuentan la gruta nos harán aquí un favor con los caminos que abren en la hierba.
Una vez arriba comprobamos que esta cueva, donde según la leyenda habitaban unos seres llamados enjanos, es en realidad un gran arco de piedra, pues la roca tiene entrada a ambos lados de la montaña. No sabemos si tuvo en su día pobladores diminutos que echaban maleficios a las vacas, lo que sí parece es que son ahora ellas y las cabras las que han tomado el lugar, desde el que se tienen unas fabulosas vistas. Adjunto fotografía del artículo que recoge la leyenda en el nº 3 del Boletín Cántabro de Espeleología (1982).
Abandonamos la cueva para seguir por las laderas del Hoyo de Juntarnosa y si no queremos perder altura, podemos evitar el desvío que hice a la torca del mismo nombre.
A continuación, solo quedará disfrutar de la bajada por Ucabado hasta el punto de partida, con especial mención a la última parte del sendero, que recorre un formidable hayedo en el que la vegetación se mezcla con el lapiaz.
Waypoints
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