La Carolina (Jaen): El Guindo-Vista Alegre

Las "malditas" vallas fueron reponsables de que al final nos saliera este atractivo circular por el entorno minero de El Guindo con unas vistas excepcionales de las sierras circundantes. ¿Cuando dejaran de vallar?
El trayecto cuenta con una estación, un apeadro y tres túneles que salvan la orografía. El trayecto lineal es suave en ligero descenso hasta el arroyo del Renegadero y ligero ascenso posteriormente hasta la mina de la Rosa tras pasar por el complejo de la Aquisgrana. El regreso pensabamos hacerlo junto al rio de la Campana, por los Baños de "El sordo" y el puente de "los cinco ojos".
El problema es que no contamos con las vallas que fincas proximas han puesto acotando el trayecto de la via que se supone debe ser de dominio público, dejando la misma en el interior de la dehesa y , por lo tanto, expuestos a las sorpresas de un encontronazo con el ganado. El interminable handicap del senderista. Finalmente, improvisamos sobre la marcha una ruta circular trochando por alguna vaguada.
Comenzamos en el poblado de El Guindo, junto a a casa del amigo Fede que se encuentra situada frente al pozo principal de este complejo minero y a quién nos encontramos justo al inicio de la ruta, a tiempo para inmortalizar el momento. Comenzamos a descender buscando la salida a la carretera de La Carolina - El Centenillo que han adornado con unas vagonetas y un martillo neumático en alegoría a tiempos en que este poblado, ahora residencial, fue un importante enclave minero del distrito Linares - La Carolina.
Se dá la curiosa cirunstancia que en El Guindo se encuentra el límite del término municipal de La Carolina y Baños de la Encina, teniendo que tributar algunas casas a uno y otras a otro municipio.
Desde el cruce de entrada a El Guindo, tomamos direción La Carolina por la carretera y, una vez recorridos 500 mts encontramos un arco de un puente, lo traspasamos y a la izquierda encontramos la estación de ferrocarril (ahora propiedad privada) y, a la derecha subimos al trayecto de la vía que nunca llegó a ver circular tren alguno. Una vez incorporados a la vía, en la primera curva, encontramos el primer túnel del recorrido, Es el que peor conservado está de los tres que hay, teniendo un derrumbe en su interior que, por el momento, no parece demasiado peligroso. No hace falta utiliar luz auxiliar ya que al fondo se ve la luz natural de la salida, suficiente para recorrer el trayecto. Más adelante, vamos a encontrar unas construcciones insólitas por estos parajes, Se trata de dos arcos paralelos que se elevan sobre la via y que se contruyeron como protector de el cable de El Guindo (especie de funicular que transportaba vagonetas cargadas de mineral) para que si volcaba una vagoneta no cayera sobre los que circulaban por la vía. Después de una curva del camino se nos vuelve a presentar el cerro de El Guindo al frente. Circulamos más tarde por un puente junto a los terreros de la mina la Urbana hasta que nos encontramos con el primer obstáculo, el puente está cortado por una valla que superamos por un lateral del mismo.
Ahora caminamos paralelos a la vía, por encima de la trinchera, pero dentro de la dehesa hasta que logramos salir por una puerta donde comienza en sentido ascendente, a la izquierda, un cortafuegos en dirección contraria a la que llevamos. Caminamos ahora paralelos a la valla, en sentido ascendente hasta llegar a un barranco que nos separa del complejo minero vista Alegre. Cruzamos el barranco y ascendemos a la mina comprobando que nuestro camino se acaba sin posibilidad de continuación. Al menos comprobamos que el topónimo hace justicia al lugar. Tenemos que planear el regreso improvisado mientras reponemos fuerzas.
Decidimos trochar por una vaguada que divisamos al frente dirección a El Guindo y pasando el barranco por donde hemos subido a Vista Alegre. Trás encumbrar la vaguada, tenemos otro barranco que pasamos sin dificultad hasta llegar al cortafuegos que vimos antes. Decidimos tomarlo y cruzar la puerta de nuevo y retornar al puente de la Urbana por el filo de la dehesa, junto a la valla.
En el puente, tomamos el camino que pasa por debajo del mismo y que se dirige decididamente al cerro de El Guindo junto a los escoriales de la mina la Urbana.
Ascendemos continuadamente hasta enlazar con uno de los caminos mineros del poblado. Aún debemos saltar otra valla puesto que es fin de semana y la puerta de la compañía minera se encuentra cerrada. Por fín, nos encontramos de vuelta. Decidimos ascender y rodear el cerro de El Guindo por el lado contrario donde encontramos diversas variedades de setas y restos nieve de los últimos días.
Por fin en casa de Fede de nuevo tras pasear por las ruinas del pozo El Guindo.