La Covacha desde el Puerto de Tornavacas

Comenzamos la ruta desde el Puerto de Tornavacas, en la carretera N-110, el puerto esta justa en el límite provincial entre Ávila y Cáceres, toda la ruta se desarrolla por el mismo límite en dirección sureste.
En el mismo puerto hay un mirador con vistas al impresionante valle del Jerte y sitio para aparcar, tomamos el camino señalado en dirección a El Barco de Ávila, al poco de estar andando encontramos otra señal con indicaciones de Puerto Castilla y Tornavacas, seguimos en dirección sur por camino menos señalado y a los pocos metros debemos atravesar una valla de piedra, el sitio está marcado por un poste con indicaciones de sendero en color blanco y rojo y falta alguna piedra que facilita el paso, nada más pasar la valla seguimos por la ladera arriba y encontramos un pequeño sendero, primero entre piornos y después por un poblado bosque de robles jóvenes vamos avanzando para arriba y en dirección sur hasta llegar a una puerta en la alambrada, estamos en el Collado de La Rebollosa, avanzamos unos metros en la misma dirección y pasamos por otra puerta metálica, dejando las puertas cerradas, seguimos ahora por una amplia pista, todavía entre robles, hasta llegar al Collado Herido ya en terreno abierto y haciendo un poco de campo a través para acortar un poco los zigzag de la pista, empezamos una subida más acusada entre piornos y siguiendo la dirección de un hito que vemos arriba en un promontorio rocoso, vamos entre dos alambradas que se van juntando y al unirse tenemos que pasar por un hueco a ras de suelo, llegamos al promontorio rocoso y continuamos el sendero que transcurre por la cuerda, siempre siguiendo la valla del límite provincial, zona de piornos y granito bien marcada con hitos, pasamos por la zona del regajo del Guarro, donde hay un buen manantial preparado con una bañera a modo de abrevadero, de ahí los caballos y vacas que encontramos en este punto, continuamos ascendiendo para después bajar hasta el Collado del Cardiel y comenzar otra subida hasta el Mojón Alto, marcado con un inmenso hito de piedras, desde este punto ya se ve La Laguna del Barco, el circo glaciar y las cumbres que lo circundan.
Desde Mojón Alto vamos descendiendo hasta la zona de Castilfrio todavía por sendero, que continua por una amplia canal herbosa con restos de agua en sus pequeñas pozas, el sendero marcado con grandes hitos nos lleva hasta la cuerda de las cumbres del circo glaciar, dejando a la derecha la cumbre del Alto de Castilfrio.
Ya en la cuerda tenemos una vista inmejorable de la laguna y más arriba en un pequeño escalón vemos La Laguna Cuadrada, desde aquí ya es fácil identificar las cumbres principales, como Las Azagayas, El Juraco y nuestro objetivo, La Covacha, cumbre más alta de la parte occidental de Gredos con sus 2395 metros.
Seguimos la cuerda trepando y destrepando riscos, en algún momento pierdo la vista de los hitos y voy por la ladera siguiendo caminos de cabras, peor terreno y más peligroso, ya que son piedras sueltas con arenilla, enseguida recupero la cuerda, encontrándome de frente con la mole de Las Azagayas, la canal por donde hay que pasar es evidente y se hace fácilmente, claro está con el máximo respeto y precaución, no hace falta pasar por la cumbre, se pasa por un hombro y ya tenemos delante La Covacha, viéndose ya lo que queda de su punto geodésico, otra trepadita y ya estamos en la cumbre, las vistas por todos lados son impresionantes, las gargantas que van hacia el sur, las que van hacia El Jerte, La Garganta de la Vega hacia el norte, la de Los Caballeros al este y justo en frente la mole del Juraco invitándome a subirlo, pero el regreso va a ser largo y desisto de la idea, aprovecho para comer algo y comienzo el regreso, esta vez sin perder la cuerda y aprovechando para hacer las cumbres que me he ido dejando atrás, primero Las Azagayas, El Alto de Castilfrio y después Mojón Alto.
Después de pasar esta zona más montañosa y entretenida la vuelta por el sendero se hace eterna, parece que no vamos a llegar nunca al puerto, pero con paciencia y aguantando los dolores, llegamos a eso de las ocho treinta