La Covacha y el Juraco desde el Puente de la Yunta. Circular con vivac en la Laguna del Barco
near Nava del Barco, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
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Reseña de la ruta en Adventoorer: La Covacha y el Juraco desde el Puente de la Yunta.
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Un año más, nos acercamos a Gredos con la excusa de ver las Perseidas. Una año más, me vuelvo sin ver ninguna. También es verdad que no me esfuerzo mucho en esa cuestión. Mi visión nocturna se asemeja a la de un canto rodado, y francamente, prefiero dormir a estar tontamente guiñando los ojos a ver si veo estrellas fugaces. Hay que ser realista.
Desde la Nava del Barco sale una pista que seguramente no sería capaz de volver a encontrar y mucho menos de seguir con éxito. Esta pista llega hasta el puente de la Yunta, junto al que caben varios vehículos si se colocan estratégicamente.
Aquí hacemos noche, en un vivac bastante cómodo y tranquilo.
A la mañana siguiente, tras un rico y sano desayuno a base de dónuts y una sustancia parecida al ColaCao, emprendemos la marcha. El camino es largo, y seguramente duro a causa del calor, aunque esperamos que las diversas lagunas por las que pasaremos alivien un poco el tormento.
El plan es subir por la Garganta de la Nava hasta el final, bajar a la Laguna de los Caballeros, y subir a la Covacha y el Juraco, para volver a descender por la Garganta de Galín Gómez. A ver qué tal se da.
El día empieza bien. No hace calor, y sopla una brisa muy agradable. Enseguida llegamos a las cercanías de la Garganta de la Nava. De momento no es muy gargantosa, pero según avanzamos, el sendero se hace más abrupto y el desfiladero se va estrechando.
A partir del refugio de Navacasera ya se va apreciando el fondo de la garganta. Por allí arriba parece que hay una terraza, donde seguramente esté la Laguna de la Nava. Un poco más adelante llegamos al refugio de la Losa. Los dos están en bastante buen estado, tanto por fuera como por dentro.
El desfiladero es ancho aún, pero se va notando un cambio. El sendero va desapareciendo, y empezamos a caminar por roca. Cada vez va llaneando menos y subiendo más. Llegamos a una curiosa ermita excavada en una roca en el medio del camino, y a partir de aquí ya tengo la impresión de que se ha acabado el paseo y empieza el disfrute.
Ya por un sendero entre las rocas, una larga serie de zetas nos lleva de terraza en terraza hasta la primera laguna del día, la de la Nava. Está situada en un enclave precioso, encajonada en un circo a los pies del Alto del Corral del Diablo. Aunque sea una laguna embalsada, eso no le resta encanto.
De momento no hay ni rastro del temido calor. Corre una brisa fresquita, y eso me alivia muchísimo. Tenía bastante miedo del calor de Gredos, pero hasta ahora el día ha sido estupendo. Y aunque no tenga calor, el baño no me lo quita nadie. Un lujazo.
Pero hay que seguir. Continuamos de frente hacia el cierre del valle, para cruzar hasta la Garganta de los Caballeros. El aire sigue soplando, y el día se mantiene fabuloso. La subida no es nada dura. Con toda la tranquilidad del mundo, avanzamos entre arbustos hasta que de frente aparecen la Covacha y el Juraco, asomando tras las lomas.
Hace muchísimos años vine un par de veces a la Laguna de los Caballeros a dormir, recorriendo toda la garganta, pero no me acuerdo prácticamente de nada. Es una pena, porque la imagen de los dos picos al fondo del circo es digna de recordar.
Lo malo es que ahora hay que bajar hasta la laguna, y luego volver a subir de nuevo hasta el otro lado. La bajada no es mucha, pero la subida promete.
Tras un corto descanso junto a la laguna, gozando del panorama, empieza la subida hacia el collado desde el que iremos hacia la Covacha. Varias zetas, algún boqueo, y ya está superado.
Toda esta parte del camino, que me daba muchísimo miedo por las temperaturas, ha sido una gozada. Ha hecho un día fabuloso, con brisa y nada de calor. Ahora empieza a pegar un poco, pero es normal a estas horas. Buscamos alguna sombra (hay pocas) para comer, y después nos acercamos a la Covacha en un momento. La subida no tiene problemas.
El Juraco es otra cosa. Sin ser nada del otro mundo, hay que tener algo de precaución, porque el camino, directo desde el collado entre las dos cimas, es algo vertical. Cuidado sobre todo en la bajada, por si acaso.
Ya holladas las dos cimas, comenzamos la bajada. Por aquí ya no hay un camino tan marcado como en la subida, y hay que estar atentos a los hitos para no enriscarse en algún sitio.
Primero llegamos a la Laguna Cuadrada, pequeñita y muy limosa, puaj… No meto ni un pie en ese engrudo. Luego seguimos descendiendo, rodeando el circo, ya con la Laguna del Barco a la vista. No me pareció un camino demasiado fácil de seguir. Y a la incomodidad de la bajada se une el calor, que ahora sí aprieta de lo lindo. Bueno, para lo que queda, ya da igual.
En la laguna vamos a dormir, después del obligado baño. Es un sitio impresionante, con el circo de montañas al fondo. Más todavía por la mañana, cuando el agua de la laguna está completamente quieta. No hay ningún movimiento. Parece un espejo. Un sitio sensacional.
No soy mucho de vivacs, pero en este duermo bastante bien. A la mañana siguiente, emprendemos la marcha. Llegamos al Refugio Anselmo, y allí dejamos el camino más habitual para continuar junto al río, para aprovechar alguna poza sabrosa y para coger una pista más adelante que nos acerca mejor al inicio.
Esta seguna etapa no me gusta tanto como la primera. Es menos interesante, un simple sendero sin nada de particular. El camino se pierde a veces y hay que saltar algunas vallas. Se me hace muy largo hasta que por fin llegamos de nuevo al Puente de la Yunta.
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Reseña de la ruta en Adventoorer: La Covacha y el Juraco desde el Puente de la Yunta.
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Un año más, nos acercamos a Gredos con la excusa de ver las Perseidas. Una año más, me vuelvo sin ver ninguna. También es verdad que no me esfuerzo mucho en esa cuestión. Mi visión nocturna se asemeja a la de un canto rodado, y francamente, prefiero dormir a estar tontamente guiñando los ojos a ver si veo estrellas fugaces. Hay que ser realista.
Desde la Nava del Barco sale una pista que seguramente no sería capaz de volver a encontrar y mucho menos de seguir con éxito. Esta pista llega hasta el puente de la Yunta, junto al que caben varios vehículos si se colocan estratégicamente.
Aquí hacemos noche, en un vivac bastante cómodo y tranquilo.
A la mañana siguiente, tras un rico y sano desayuno a base de dónuts y una sustancia parecida al ColaCao, emprendemos la marcha. El camino es largo, y seguramente duro a causa del calor, aunque esperamos que las diversas lagunas por las que pasaremos alivien un poco el tormento.
El plan es subir por la Garganta de la Nava hasta el final, bajar a la Laguna de los Caballeros, y subir a la Covacha y el Juraco, para volver a descender por la Garganta de Galín Gómez. A ver qué tal se da.
El día empieza bien. No hace calor, y sopla una brisa muy agradable. Enseguida llegamos a las cercanías de la Garganta de la Nava. De momento no es muy gargantosa, pero según avanzamos, el sendero se hace más abrupto y el desfiladero se va estrechando.
A partir del refugio de Navacasera ya se va apreciando el fondo de la garganta. Por allí arriba parece que hay una terraza, donde seguramente esté la Laguna de la Nava. Un poco más adelante llegamos al refugio de la Losa. Los dos están en bastante buen estado, tanto por fuera como por dentro.
El desfiladero es ancho aún, pero se va notando un cambio. El sendero va desapareciendo, y empezamos a caminar por roca. Cada vez va llaneando menos y subiendo más. Llegamos a una curiosa ermita excavada en una roca en el medio del camino, y a partir de aquí ya tengo la impresión de que se ha acabado el paseo y empieza el disfrute.
Ya por un sendero entre las rocas, una larga serie de zetas nos lleva de terraza en terraza hasta la primera laguna del día, la de la Nava. Está situada en un enclave precioso, encajonada en un circo a los pies del Alto del Corral del Diablo. Aunque sea una laguna embalsada, eso no le resta encanto.
De momento no hay ni rastro del temido calor. Corre una brisa fresquita, y eso me alivia muchísimo. Tenía bastante miedo del calor de Gredos, pero hasta ahora el día ha sido estupendo. Y aunque no tenga calor, el baño no me lo quita nadie. Un lujazo.
Pero hay que seguir. Continuamos de frente hacia el cierre del valle, para cruzar hasta la Garganta de los Caballeros. El aire sigue soplando, y el día se mantiene fabuloso. La subida no es nada dura. Con toda la tranquilidad del mundo, avanzamos entre arbustos hasta que de frente aparecen la Covacha y el Juraco, asomando tras las lomas.
Hace muchísimos años vine un par de veces a la Laguna de los Caballeros a dormir, recorriendo toda la garganta, pero no me acuerdo prácticamente de nada. Es una pena, porque la imagen de los dos picos al fondo del circo es digna de recordar.
Lo malo es que ahora hay que bajar hasta la laguna, y luego volver a subir de nuevo hasta el otro lado. La bajada no es mucha, pero la subida promete.
Tras un corto descanso junto a la laguna, gozando del panorama, empieza la subida hacia el collado desde el que iremos hacia la Covacha. Varias zetas, algún boqueo, y ya está superado.
Toda esta parte del camino, que me daba muchísimo miedo por las temperaturas, ha sido una gozada. Ha hecho un día fabuloso, con brisa y nada de calor. Ahora empieza a pegar un poco, pero es normal a estas horas. Buscamos alguna sombra (hay pocas) para comer, y después nos acercamos a la Covacha en un momento. La subida no tiene problemas.
El Juraco es otra cosa. Sin ser nada del otro mundo, hay que tener algo de precaución, porque el camino, directo desde el collado entre las dos cimas, es algo vertical. Cuidado sobre todo en la bajada, por si acaso.
Ya holladas las dos cimas, comenzamos la bajada. Por aquí ya no hay un camino tan marcado como en la subida, y hay que estar atentos a los hitos para no enriscarse en algún sitio.
Primero llegamos a la Laguna Cuadrada, pequeñita y muy limosa, puaj… No meto ni un pie en ese engrudo. Luego seguimos descendiendo, rodeando el circo, ya con la Laguna del Barco a la vista. No me pareció un camino demasiado fácil de seguir. Y a la incomodidad de la bajada se une el calor, que ahora sí aprieta de lo lindo. Bueno, para lo que queda, ya da igual.
En la laguna vamos a dormir, después del obligado baño. Es un sitio impresionante, con el circo de montañas al fondo. Más todavía por la mañana, cuando el agua de la laguna está completamente quieta. No hay ningún movimiento. Parece un espejo. Un sitio sensacional.
No soy mucho de vivacs, pero en este duermo bastante bien. A la mañana siguiente, emprendemos la marcha. Llegamos al Refugio Anselmo, y allí dejamos el camino más habitual para continuar junto al río, para aprovechar alguna poza sabrosa y para coger una pista más adelante que nos acerca mejor al inicio.
Esta seguna etapa no me gusta tanto como la primera. Es menos interesante, un simple sendero sin nada de particular. El camino se pierde a veces y hay que saltar algunas vallas. Se me hace muy largo hasta que por fin llegamos de nuevo al Puente de la Yunta.
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Waypoints
Lake
6,645 ft
Laguna de los Caballeros
Laguna de los Caballeros
Lake
5,860 ft
Laguna Del Barco
Laguna Del Barco
Intersection
4,417 ft
Pista
Pista
Bridge
4,006 ft
Puente de la Yunta
Puente de la Yunta
Bridge
5,145 ft
Puente
Puente
Door
5,676 ft
Puerta
Puerta
Door
5,448 ft
Puerta
Puerta
Wilderness hut
5,299 ft
Refugio Anselmo
Refugio Anselmo
Wilderness hut
5,900 ft
Refugio Galín Gómez
Refugio Galín Gómez
Wilderness hut
4,661 ft
Refugio Navacasera
Refugio Navacasera
Ruins
5,885 ft
Ruinas
Ruinas
Dead-end street
4,920 ft
Valla
Valla
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