La Cruz de La Quebrantada en Cerezales del Condado

Nuestro paseo del día es por los alrededores de la vega del río Porma.

Partiendo de Cerezales del Condado subimos fácilmente hasta el paraje llamado de "La Quebrantada", ya en el término de Vegas del Condado.

Se trata de una cárcava que se abre abruptamente en los montes poblados de robles que discurren paralelos al río Porma. Aparentemente, parece un paisaje natural, pero son el hogar de una leyenda que incluye la acción de la mano del ser humano.

La “Quebrantada” fue un ejemplo de la modalidad de minería llamada "ruina montium". La "ruina montium" consistía en desviar un curso de agua, "inyectarlo" en una montaña, provocar su desmoronamiento y cribar sus restos para obtener el mineral de oro. A pesar de los siglos que han pasado desde entonces aún se percibe la destrucción de la cima para fines mineros.

Hay además testimonios orales de la presencia en el pasado reciente de canales y fortificaciones. De éstas últimas, no se sabe qué origen podrían tener. Podría tratarse de algún destacamento romano de pequeño tamaño. Tal vez incluso puedan ser restos más antiguos de un castro astur.

También hay unas cuantas leyendas que las vamos a ver repetidas en varios puntos de León.

Colocada en el año 1983, la cruz tiene 25 metros de altura. Fue idea de fray Ignacio de Vegas, y realizada con las donaciones que recogió durante varios años.

El domingo más próximo al 14 de septiembre se celebra, a los pies de la cruz, una misa campestre y una comida de hermandad.

Desde el mirador disfrutaremos de unas vistas espectaculares de la Quebrantada y parte del valle.

Otro atractivo de esta excursión es La Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
Se trata de una institución de carácter privado, orientada al desarrollo del territorio y a la transferencia de conocimiento a la sociedad mediante dos vías de acción: la producción cultural y la etnoeducación.
Ubicada en las antiguas escuelas de Cerezales del Condado desde diciembre de 2008 la Fundación despliega sus vías de acción a través de exposiciones, conciertos, talleres, seminarios, proyectos en residencia, producciones propias, coproducciones con otras instituciones y agentes, festivales, viajes, rutas, proyectos en relación al estudio y respeto del entorno y todo tipo de formatos de actividad propios de la sociedad del conocimiento.

La ruta es muy sencilla aunque el descenso desde el mirador requiere algo de cuidado para no resbalar con los cantos rodados que hay hasta llegar al puente sobre el Porma.

Desde allí el regreso se hace por una carretera casi sin tráfico.

Nosotros nos metimos por una pista forestal que va pegada al río aunque llega un momento, casi al final, que el río ha anegado el camino y lo ha llenado de restos de las crecidas lo que dificulta mucho seguir por la pista.

Nosotros lo hicimos y nos mojamos todos los pies.

Es más recomendable desviarse hacia la derecha en el último tramo y salir de nuevo a la carretera.

En el pueblo hay una fuente que pone que no es agua tratada.