La Esperanza - El Portillo - Las Cañadas - Vilaflor - Arona (Camino de Chasna - Tenerife GR131)

Empezamos la ruta en la pista de tierra que está al final de la prolongación de la Calle Grano de Oro, de esta forma evitaremos una subida de un kilómetro por asfalto, aunque nos perderemos el hermoso Bosque del Adelantado, único reducto de laurisilva englobado por un entorno urbano. Esta primera parte del camino discurre de forma bastante llana por pistas de tierra. Pasamos junto a una pequeña ermita, la Cruz de Fune, y avanzamos por los municipios de El Rosario, Tacoronte y El Sauzal. Al llegar al de La Matanza de Acentejo pasaremos por una zona conocida como Salto de las Aguilillas, en donde hay una fuente que está un poco oculta. Tendremos que subir unos metros entre la vegetación. Seguimos avanzando por terreno llano o en suave pendiente ascendente hasta que llegamos al área de descanso de Las Canales (con mesa y bancos de madera), en la zona conocida como Siete Fuentes, en el municipio de La Victoria de Acentejo. En este punto también hay una fuente de agua. A partir de aquí(1250 m) abandonamos la pista y empezamos a ascender por un sendero, que corta pistas de tierra en varios puntos, hasta llegar a una cota de 1700 m. Durante dicho recorrido vamos a pasar junto al cortafuegos de El Gaitero, punto en el que vamos a estar a apenas 200 metros de la carretera que sube a Las Cañadas desde La Esperanza. Pasado este lugar atravesamos el municipio de Santa Úrsula y, posteriormente, ya en el de la Orotava un cartel nos indicará que vamos a pasar por un sitio con riesgo de que haya desprendimientos. Estamos atravesando el Paisaje Protegido La Resbala lugar que nos permitirá apreciar la magnitud del terreno que tenemos que atravesar con el Teide en el horizonte. El sendero discurre por algunas zonas un poco expuestas pero debidamente protegidas con vallas de madera. En algunos puntos la pinocha hace que sea un poco resbaladizo por lo que es recomendable llevar un bastón. Una vez pasada La Resbala comenzamos un acentuado descenso, por el Camino del Topo, por terreno que sigue siendo un poco deslizante en algunos tramos. En poco más de 3 km descendemos 500 metros y llegamos a una pista por la que caminaremos en llano y pasaremos por la Casa del Agua, el área de descanso de Pedro Gil, donde hay una fuente, y, finalmente llegamos al área recreativa de la Caldera, en Aguamansa, donde un cartel nos indica que el agua que hay no es potable. Desde la Caldera volvemos a coger el sendero, pasamos por un túnel bajo la carretera y avanzamos de forma descendente con algunos pequeños repechos durante poco más de 4 km hasta llegar al área de descanso de la Cruz del Dornajito donde un panel nos explica que esta era parada habitual para los viajeros de otras épocas, durante su ascenso al Teide, y punto en el que en otro tiempo manaba una fuente de agua. A partir de esta zona cambia la vegetación y nos adentramos de nuevo en el monteverde. Ahora es todo cuesta arriba, hasta El Portillo. En 9 km tenemos que ascender 1000 metros. Durante un tramo nos adentramos en el municipio de Los Realejos y vamos bordeando el límite municipal con la Orotava, pasamos por otro túnel bajo la carretera, en el sitio conocido como Agujero del Agua. Un poco más arriba volvemos a pasar a La Orotava, el municipio más grande de Tenerife y en el que seguiremos durante bastantes kilómetros. A nuestra izquierda vemos la Montaña de Guamaso. Tras la dura subida llegamos por fin a El Portillo, último punto en el que conseguir agua antes de Vilaflor. Hasta ahora, desde que salimos de la Esperanza, hemos avanzado a la sombra de los árboles la mayor parte del trayecto. Ahora la altitud (más de 2000 metros) impide el desarrollo del pinar por lo que vamos a caminar al sol bastante tiempo. En el Portillo cruzamos la carretera y tomamos el sendero a la izquierda, al llegar a la pista a la derecha tenemos el Centro de Visitantes de El Portillo. Junto al mismo hay contenedores de basura. Desde aquí avanzaremos en llano durante unos 13 km por la pista de Siete Cañadas. Hay que tener en cuenta que en determinada época del año y en algunos tramos horarios está prohibido el acceso a este sendero y otros del Parque Nacional en relación con la presencia de cuadrillas para la caza del muflón, herbívoro introducido en 1970 para divertimento de ciertos sectores de la sociedad y que supone una verdadera amenaza para la flora autóctona. Este camino nos llevará a través de una serie de llanuras, conocidas como cañadas, que eran zonas a donde los cabreros subían sus rebaños en verano para que pastasen. Práctica que desapareció con la declaración de Parque Nacional en 1954. El camino es muy bonito y va paralelo a la concavidad montañosa que delimita por Este y Sureste la caldera de las Cañadas. El paisaje es impresionante y es un lugar característico en el que se han rodado algunas películas como "Hace un millón de años (One Million Years B.C.)" en 1966. Tras unas horas llegamos al desvío a la izquierda por el que ascendemos a la Degollada de Guajara (junto a la Montaña de dicho nombre) tras 200 metros de subida en poco más de un kilómetro. Desde lo alto tenemos una buena vista del Teide y del Sur de la isla. A partir de aquí pasamos al Municipio de Granadilla de Abona. Pocos metros después alcanzamos la cota más alta del GR131 a 2426 m. Ahora comenzamos un descenso pronunciado en el que en 9 kilómetros bajamos 1000 metros hasta Vilaflor. Durante este camino vamos a ver a nuestra derecha la Montaña de la Arena de tonalidades negras y rojizas. A medida que vamos bajando va aumentando la densidad de los pinos. Pasamos junto a las ruinas de la Casa Marrubial, lugar desafortunadamente convertido en zona de evacuación de aguas mayores por los turistas que pasan por ahí. Un poco más abajo pasamos junto a un gran pino con un par de bancos de piedra para descansar a la sombra que nos brinda. Desde aquí ya sólo nos restan 3 km hasta Vilaflor. Atravesamos este pintoresco pueblo que se encuenta a 1400 m de altitud y pasamos junto a la Iglesia de San Pedro Apóstol. Tras Vilaflor nos toca de nuevo caminar cuesta arriba para salvar un desnivel de 200 m. Una vez terminamos la subida todo el camino será cuesta abajo, excepto un pequeño repecho para salvar el Barranco del Rey en su parte alta. Al empezar a descender pasamos junto al impresionante Salto de las Corujas, en el barranco de dicho nombre. Si nos asomamos al borde hacerlo con mucho cuidado. Tras este sitio bajamos en zig-zag por una montaña rojiza, donde el terreno es bastante deslizante. Un poco más adelante atravesamos el Barranco las Goteras por el Puente de Guayero, un pintoresco puente de piedra con arco de medio punto. Tras este tenemos que ascender 100 m para poder atravesar el Barranco del Rey en su parte alta, cuando este lleva agua el paso por esta zona no es posible como advierte un cartel. Tras cruzar el barranco entramos en el municipio de Adeje. A partir de aquí el camino estaba cubierto de brumas que ya no nos abandonarían hasta poco antes de llegar a Arona. Descendemos por pronunciadas laderas hasta alcanzar al núcleo de población de Ifonche, tras este llegamos a un mirador e intuimos la presencia del Roque de Imoque, tras las nubes, junto a una era bastante bien conservada (vamos a pasar junto a varias durante este último tramo del camino). Vamos avanzando por un camino bastante agreste y pedregoso con buenas vistas del Oeste de Tenerife. Cuando tenemos el Roque del Conde al frente comenzamos un descenso por un barranquillo a través de una zona bastante usada en otros tiempos para la agricultura. Ahora volvemos a atravesar el Barranco del Rey y entramos en el término municipal de Arona. Atravesamos otro pequeño barranco y llegamos al barrio de Vento. Pocos minutos después entramos en Arona y ponemos punto final a este camino tradicional que unía las comarcas Norte y Sur de la isla.