La Gomera: Lineal Juego de Bolas - Mirador de Abrante - Agulo.

Es una pintoresca y llamativa lineal, que aunque es corta, tiene una bajada muy pronunciada que complica el paso y, quizás por ello, se hace tediosa hasta llegar a Agulo. Abstenerse de realizarla con bruma o lluvias debido a que podría suponer un problema serio el hecho de poder resbalarte en el empedrado del camino.

Lo mejor de la ruta, sin duda, sus imponentes vistas y, sobre todo, el poder pasar por varios puntos de interés: centro de interpretación de Juego de Bolas, el Mirador de Abrante, y finalmente, el llamativo suelo rojizo que llega al mirador. Son suelos ácidos y salinizados por la humedad marina. El tono rojizo se debe a altos contenidos de óxidos de hierro. Debemos mantenernos en el sendero y no salir ni erosionar el magnífico paisaje rojizo de esta zona.

Para hacerla lineal, dejamos el coche en el centro de interpretación y, a la vuelta, desde la misma Iglesia de San Marcos cogimos un taxi hasta Juego de Bolas. Nos costó 23 Euros y el teléfono se encuentro en un cartel que se encuentra en la entrada al pueblo. Es necesario llamar, ya que no suelen estar por allí.

Es necesario e imprescindible llevar el GPS para seguir la ruta, ya que carece de señales en algunos tramos. Cabe destacar que el autor de esta ruta se exime de cualquier responsabilidad, ya que la ruta aquí expuesta es meramente informativa; por ello, es conveniente que el/la senderista preste atención y use el material adecuado, así como que lleve suficiente agua en cualquier época del año.

Es importante mantener la ruta limpia y cuidada. No deje ningún residuo atrás, lléveselo consigo, y si es posible, RECOJA o RETIRE cualquier residuo que algún incauto dejó atrás.

RESPETE y cuide las especies de flora y fauna que verá a su paso, en especial los endemismos. No modifique nada, déjelo como está. Y cuando tenga oportunidad REFORESTE con las asociaciones que se dedican a tal fin.

Haga uso del transporte público en la medida de lo posible, especialmente al realizar lineales.

Es lo menos que podemos hacer como recompensa por haber disfrutado de nuestra práctica deportiva en plena naturaleza.