La Guardia de Jaén: Cueva Cabrera y Cerro de San Cristóbal

Ruta vespertina que permite disfrutar de los paisajes bajo una luz distinta (al ser corta puede hacerse por la tarde en esta época del año, aunque aconsejo ir provisto de frontal, por si acaso).

Llego a la Guardia de Jaén por la Avenida Justo Montañez, aparcando en una pequeña glorieta al lado de un ecoparque. Aquí se inicia la Ruta turística San Cristóbal, muy bien señalizada y con bancos de madera dispuestos estratégicamente (para el descanso y la contemplación de extensas panorámicas).

Camino un tramo asfaltado de un kilómetro, pasando junto al Barranco de las Cuevas (aquí se continúa por la JV-2226) y junto al Barranco Hondo, donde se deja la carretera por un camino que arranca a la derecha. Enseguida, tras pasar junto a un abrevadero, se deja por una senda a la izquierda, entre retamas. El sendero comienza a subir atravesando barrancos como el de Andresico y el de las Minillas (junto a los que también hay instalados bancos de madera) y llegando a un mirador sobre el valle del Guadalbullón, Sierra Mágina (con su cumbre, el pico Almadén) y la vertiente norte de la Sierra Sur de Jaén, con su panel informativo correspondiente. Sigue la subida bordeando Monte Prieto y llegando a un tramo pedregoso, bien balizado, conocido como la Gatera, pasado el cual ya se ve un afloramiento de roca caliza donde se encuentra Cueva Cabrera, un imponente abrigo rocoso utilizado como hábitat en el Neolítico (allá por el siglo IV a.C.), siendo por tanto el asentamiento conocido más antiguo de La Guardia. Sus paredes poseían restos de esquemáticas pinturas rocas (obtenidas a partir de óxido de hierro), pero un incendio en la cueva arrasó los últimos vestigios neolíticos. Ahora se usa
como refugio ganadero (de donde parece que le viene el nombre), como atestigua el aprisco de piedra (y el olor) a su entrada.

Continuando con la subida, tras pasar por un pinar, se atraviesa una pista de tierra (Camino de Cretama), siguiendo el sendero hasta una planicie (con sendos bancos), donde se gira a la derecha, dirección norte, por pista; ésta se deja pronto por el sendero que sale a la izquierda, por el que se realiza una corta pero pronunciada subida hasta que el camino se allana cerca de un albergue rural y el área recreativa conocida como las Allanás del Santo, en la cumbre del Cerro de San Cristóbal, monte que delimita los términos municipales de Jaén (su cara noroeste, con un pinar de repoblación, pertenece al de la capital) y de La Guardia (su cara sureste, de monte bajo). Forma parte del sector septentrional de las Cordilleras Béticas, entre los Valles del Guadalquivir y del Guadalbullón y las estribaciones occidentales de Sierra Mágina y el límite NE de la Sierra Sur de Jaén.

No llego hasta el vértice geodésico, a 1004 msnm (uno de los siete del tm. de Jaén), rodeado de antenas de telecomunicaciones, desviándome hacia la Ermita de San Sebastián, patrón del pueblo, que dispone de un bonito mirador.

Desde la ermita inicio el descenso, primero por una pista asfaltada y luego por el camino del Barranco de la Higuera, entre olivares, pasando por un nuevo mirador, el de la Campiña de Jaén. Aquí, pese a la luz menguante, se divisan los campos de olivares (antiguamente también se cultivaban cereales, viñas y almendros) y gran parte de la provincia gienense (incluso la de Córdoba al oeste), con las Cordilleras Béticas al Sur y Sierra Morena al norte.

Más adelante hay un último mirador con magnificas vistas del castillo y del pueblo, con la Serrezuela de Pegalajar al fondo.
Desde aquí el camino se dirige hacia las Peñas de San Cristóbal, bordeándolas, y se hace más pendiente (por algo se conoce como Cuesta de Matamulos), ofreciendo nuevas vistas de La Guardia, ya iluminada, antes de pasar junto a las depósitos municipales de suministro de agua y de entrar en el pueblo; quedan apenas unos trescientos metros de bajada, pasando entre el castillo y la zona habilitada como recinto ferial, hasta llegar al inicio de la ruta.