La Guardia de la Serra de Busa

Ruta lejos del clasicismo de los recorridos de la Sierra de Busa, partimos del Coll de Arques, donde hay una zona para aparcar, que llega por una carretera de montaña estrecha y sinusoidal, mañana fría, con un sol que esconde su timidez entre unos altos estratos, empezamos andando un primer tramo por la carretera, para visitar la ermita de Sant Jaume, rodeada de reses de ganado vacuno, de construcción sólida sin ábside, un pale de madera le hace las veces de puerta y en su interior, las paredes grafitadas con mensajes y garabatos de todas las épocas, carretera arriba encontramos un sendero, a la izquierda, con algunas fitas, por este sendero cruzaremos una pista, y más adelante donde se transforma en camino subiremos por un bosque de pino rojo, buscando rastros de senderos, arriba en la cima de La Guardia, hay un vértice geodésico junto a una caseta de vigilancia, y unas vistas interminables de las sierras colindantes, desde el Pirineo hasta Montserrat, instantes memorables que usamos para realizar unas fotografías, la ruta continúa bajando al parking de la carretera donde vemos la Creu de Busa, una cruz de termino, sobre un pedestal, subimos por el bosque de Rial para asomarnos a unos precipicios de paredes verticales, morada de unas familias de buitres, andaremos sobre las paredes de los Cingles de la Creu durante unos metros, admirado los paisajes maravillosos que nos rodean, descendemos por el bosque limpio, formado de grandes ejemplares de pino, hasta la casa del Rial de Busa, aparentemente deshabitada, un nervioso perrito nos invita a marchar y cruzamos por un camino el Pla de Busa, caminamos entre vallas que protegen unos campos de frutales, me imagino de los jabalíes, al final de estos cultivos localizamos un sendero con alguna fita, que desciende al Grao de Arenys, este descenso tiene un tramo sobre roca conglomerada, donde se tiene que poner cuidado por posibles resbalones, abajo, en el torrente localizamos una gran roca, sobre el sendero y pasamos por debajo, antes de visitar un grupo de pequeñas balmas, pista abajo entramos en tierras de Can Llobeta, al fondo de un prado vemos un tanto olvidada por todos, la ermita románica de Sant Iscle y Santa Victoria, se le cayó el campanario y la puerta la encontramos abierta, en su interior las paredes recubiertas de yeso están vencidas por el paso del tiempo y empiezan a ceder, en la entrada hay una pila de agua bendita, lamentable estado de este templo, unas fotos para no olvidarlo y un poco tristes abandonamos esta iglesia a datada del año 1044, poco nos resta de nuestra ruta, seguiremos la pista sembrada de hermosas vacas de largo pelaje y cuernos interesantes, con las que tenemos que compartir camino, con sigilo y lentitud, y alguna frase apaciguadora las vamos rebasando en nuestra trayectoria, ellas sabedora de su poderío nos miran de reojo, como nos alejamos, la pista con suave desnivel asciende cerca del parking dando por terminada esta bella excursión, hemos andado juntos, Rosa, Belén, Neus, Quimrio y Julián.