LA JANDA - Cantarranas-Quintas de Algar-Mesas de Algar-Hazas de Suerte

Cantarranas

Vereda de Cantarranas

Merendero

Pozo del Llano o de Cantarranas

Denominado así según pregunté a un vecino del lugar. Me dijo que hace años el ganado acudía a beber pero que ya eso se ha perdido.

Vereda de Los Pozos de Nájara

Arroyo Salado

Ahora vemos secos los arroyos por los que pasamos debido a la escasez de lluvias.

Finca privada

Pozo de la Reyerta

Según me contaba Antonio, dueño de la finca en la que se encuentra el pozo, se denomina así por las disputas que había entre Medina Sidonia y Vejer por disputarse el terreno de las Mesas de Algar. Su abuelo peleó por su pertenencia a Vejer, no lo consiguió ver, pero al final ese terreno, tras mediciones de la Junta de Andalucía, se determinó que pertenecía a Vejer, tal como me lo cuenta su orgulloso su nieto Antonio.

Descansadero de las Quintas Algar

Descansadero de las Quintas de Algar y cueva

El topónimo Algar es de origen árabe y significa cueva. Esta zona tiene importancia por la colonia de cría de murciélagos ratoneros grandes y medianos existente en la cueva de las Mesas de Algar, que constituye un refugio ideal para pasar el invierno. En esta zona, también se localiza la necrópolis hispánico-visigoda del siglo IV Mesas de Algar. Desde lo alto de la Mesa, se puede observar una amplia panorámica de la comarca de La Janda.

Construcciones en la roca

Colada del Montero

Pozo de Algar

Cordel de los Marchantes

Vereda de los Pozos de Nájera

Camino de la Junta de Tercios

Hazas de Suerte

La Hazas de Suerte constituyen hoy día un hito paisajístico, económico y simbólico que personaliza y distingue al municipio de Vejer de la Frontera. Un Haza de Suerte del Común de Vecinos hace referencia a una porción de tierra de labranza destinada a la siembra o cultivo. Su disposición es alargada y suele tener una media aproximada de 12,5 hectáreas cada una, aunque esto puede variar en función de la morfología del terreno o de las variaciones habidas en los linderos a lo largo de la historia. Las 232 hazas de tierra, objeto del sorteo, con las que cuenta en la actualidad Vejer de la Frontera se encuentran distribuidas por zonas que reciben el nombre de Partidos, existiendo en la actualidad un total de 13 partidos distribuidas a los largo del término municipal. Estas centenarias tierras, con más de siete siglos de antigüedad, siempre han sido consideradas pertenecientes al común de vecinos de Vejer y como tal aparecen en la actualidad en el Registro de la Propiedad de Barbate. Tienen, además, la consideración de inalienables, inembargables e imprescriptibles, es decir, están fuera del tráfico jurídico. Cada cuatro años (coincidiendo siempre en años bisiestos), este conjunto de hectáreas es repartido a través de un sorteo organizado por la Junta de Suertes, entidad presidida por el alcalde y formada por 17 concejales de la corporación municipal y otros 17 representantes de diversos sectores sociales, económicos y vecinales. Un sorteo que lleva realizándose desde 1580, y en el que se reparten un total de 232 hazas (una media de 12,5 hectáreas para cada afortunado) entre los vecinos. El origen de esta tradición se remonta mucho atrás que 1580. En concreto, al siglo XIII, cuando en 1228 los musulmanes de Vejer son expulsados, y el rey Sancho IV concede un conjunto de terrenos a los nuevo pobladores. Al estar Vejer en una zona tan expuesta a los peligros de una frontera, el rey Sancho IV se vio en la necesidad de incentivar la llegada de nuevos pobladores concediéndoles, además de privilegios fiscales, una serie de lotes de tierras de labranza, las hazas, sin necesidad de responder ante señor alguno. Es de suponer que de Granada hasta Cádiz, el rey otorgara este privilegio a otras localidades fronterizas, sin embargo en las otras zonas se perdieron porque los nobles se hicieron con las tierras. Es más, Vejer no fue una excepción en estas pretensiones de la nobleza. Pasaron solo 140 años desde que el rey Fernando IV donó a la Casa de Medina Sidonia el señorío de la villa hasta que un duque entendió que esa cesión también le daba derecho sobre estas tierras comunales y decidió arrendarlas. Este hecho no sentó nada bien en el pueblo, fue el vejeriego Juan Relinque el que se encargó de demostrar este sentir. Tanto es así que, en pleno siglo XVI, el pueblo vio como su Zapata particular no dudó en conseguir una Provisión Real con la que demandó al duque de Medina Sidonia ante la Audiencia de la Real Chancillería de Granada. Relinque murió durante el pleito, pero los vecinos, imbuidos en el espíritu de libertad y justicia no cejaron en su empeño. El 8 de febrero de 1566 la Audiencia condenó al duque y le dio la razón a los vejeriegos. Para ese entonces, el pueblo había crecido tanto que ya había más vecinos que hazas (en ese entonces eran 356) así que se decide crear un sorteo para su reparto, primero cada tres años y, desde 1850, cada cuatro. Hoy el agraciado con una haza consigue el derecho a percibir la renta de esa tierra tocada con la suerte. El dinero se cobra cada mes de octubre durante los siguiente cuatro años y el importe va de los 750 euros a los 1.300 euros, depende de la extensión de fanegas que tenga. Son 150 pequeños agricultores, llamados asentados, los que, a cambio de pagar estas rentas, explotan un total de 3.489,80 hectáreas, repartidas en 13 partidos salpicados por todo el término municipal de Vejer. Para poder ganar las rentas de una haza hay que inscribirse como unidad familiar en el padrón del sorteo. El documento se va actualizando con las altas y bajas de vecinos, pero no se renueva hasta que no han sido agraciados todos los que lo componen. Los diez más mayores inscritos tienen garantizada la asignación directa. Se estima que hasta dentro de 16 o 20 años no se hará un nuevo padrón, eso hace que la gente se incorpore a él con 56 años o más. En el listado, cuando fallecen los cabezas de familia, aparecen los hijos referenciados como “menores de”. Igualmente, los mayores de edad con casa propia, pero sin casar, se inscriben al padrón como “mocitos de casa abierta”. Frente a estas tradiciones, “se ha buscado que el Sorteo no se quede fosilizado, que sea vivo”. Desde hace años, equipara a hombres y mujeres como cabezas de familia e incorpora las realidades familiares actuales. En 1996 se estableció el padrón de vecinos con derecho al disfrute de las rentas de hazas de suerte, aprobado por la Junta de Hazas de Suerte, y en el que constan un total de 3.649 vecinos. Este padrón no es renovado hasta que el total de vecinos que lo conforman hayan disfrutado del correspondiente aprovechamiento. El reglamento señala que el sorteo se realiza por medio de dos bombos: uno de ellos incluye las bolas numeradas coincidentes con la numeración que ostenta las 232 hazas, y otro bombo con las bolas numeradas coincidente con el orden numérico del padrón de vecinos con derecho a ser agraciados.

Vistas de la campiña Vejeriega