La Malvosina 2052 m (precima La Crespa). Invernal desde Lago de Babia
near Las Murias, Castilla y León (España)
Viewed 1730 times, downloaded 52 times
Trail photos
Itinerary description
Desafortunados augurios predecían las gráficas de presión atmosférica y sus intérpretes, hasta el punto que mis tres colegas de ruta se rajaron y me quedé solo ante la disyuntiva de salir. Nunca me alegraré lo suficiente de que la respuesta fuera afirmativa. Mi intención inicial dadas las adversas condiciones climatológicas, y que no iban a permitir muchas aventuras, era hacerme la Crespa desde Riera de Babia por la Fuenfría. Bien aconsejado por José (El Aposento de Babia),buen montañero y conocedor de la zona, cambié el lugar de partida por Lago de Babia, eliminando asi algunas dificultades previsibles.
Salí pues de Lago de Babia con sirimiri, orvallo, llovizna, calabobos o como se quiera llamar, cavilando sobre por qué hay personas que gastan tanto tiempo y dinero en conseguir la que consideran la mejor prenda impermeable de alta montaña si luego cuando creen que va a llover o nevar no salen para ver si es verdad que lo es. Doy fé que las mías cumplieron más que a la perfección su cometido y ni una gota tocó mi cuerpo de anchoa.
El inicio de la ruta es por un camino llamado “de labores”, y que a alguien se le ha ocurrido cortar, no sólo con un par de huevos sino también con un par de postes unidos por una cadena; menos mal que a otro se le ha ocurrido derribar un poste, quedando por tanto el camino expedito. Al rato el camino se dispersa en diferentes campos para el ganado y ya sin huella, y tras atravesar un par de alambradas por donde mejor nos parezca debemos girar al Norte hasta alcanzar la Peña Gratseira (nombre que parece derivado del bable), ascendiendo hasta los 1450 m. Iba yo sintiéndome poco menos que John Fogerty canturreando la preciosa “Have you ever seen the rain” cuando ésta dejó de ser tal y en la cota de 1700 empezó a nevar, primero un poco y después convirtiéndose en ventisca. Quiso la fortuna, o tal vez Ntra Sra de Carrasconte, patrona de estos lares, que bajo la Gratseira encontrara unos estupendos farallones que me dieron muy buen cobijo el rato que duró el empeoramiento. Fueron 40 minutos que pasé comiendo algo y pensando que si no iba a menos tendría que dar por finalizada mi jornada de montaña. Pero empezó a clarear y a nevar menos, con lo que salí de mi escondite dispuesto a seguir. Tan contento estaba que no me fijé muy bien en que dirección iba y dí un par de vueltas con sus correspondientes trepadas absolutamente innecesarias pero que al menos me sirvieron para desentumecer los músculos. Llegué al fin al Paso de los Fugaos, que supongo se llamará así por ser por donde en algún momento de la estúpida guerra que asoló nuestro país los rojos, o azules, o maquis , o del color que se quiera, escapaban unos de otros para alcanzar La Muesa y así salvar el pellejo. A partir de este paso me calcé las raquetas (que afortunadamente había cogido) y que no me quité hasta el mismo punto a la vuelta, y sin las cuales hubiera sido del todo imposible realizar esta ruta. Andamos La Muesa contentos con nuestras raquetas y sin que nevara, hasta llegar a un collado sin nombre, o que al menos yo no conozco, donde empiezan a hacerse presentes los regalos de las alturas. Al fondo divisamos El Cornón y un poco a nuestra derecha lo que creo son Los Años y La Salgueiro. Aturde tanta belleza cuando no la esperas.Aquí vamos en dirección N-NE rodeando La Crespa hasta poder girar al Sur para poder atacar su cumbre. El problema fue que había una ingente cantidad de nieve blanda (paposa dicen por aquí) que hacía imposible subir, ya que los crampones eran poco funcionales y las raquetas al hundirse resbalan y son peligrosas, por lo que tardé más de lo que quise en alcanzar el cordal que une La Crespa con La Malvosa. En todo el borde de la cresta había enormes viseras que me obligaron a ir algo más hacia dentro (Este), con lo que la subida fue aún mas penosa al tener que ladear con las raquetas.
Alcancé finalmente un pico que en diferentes foros de montaña lo llaman La Malvosina, y que aunque no consta como tal en el Instituto Geográfico Nacional, es como también se conoce en Wikiloc. De aquí a La Crespa hay 350 metros, pero con la niebla que entraba a jirones y con la visión de la pestaña de nieve que había hasta la cumbre me acongojé lo suficiente como para decidir que hasta aquí había llegado, haciendo como que no me daba cuenta que los cuádriceps me lloraban y estaba muy cansado. En la bajada me divertí como un niño taloneando con las raquetas. Al rato y hasta con un poco de sol me zampé mis provisiones y proseguí la marcha con el cielo a mis espaldas más negro que he visto en mi vida.
Poco misterio tiene el resto exceptuando que hay que extremar la precaución al pasar Los Fugaos, ya que la pendiente es considerable, y al estar mojado es posible hacerse daño, lo que me pudo haber ocurrido al observar una preciosa bandada de gorriones alpinos, siendo la guinda perfecta a tan bonito día de alta montaña.
La calificación de moderado es por algunos tramos en pendiente con mucha nieve donde hay que utilizar con tino el material invernal.
Creo sinceramente que pocas cosas hay tan llenas como una invernal exigente en soledad.
Salí pues de Lago de Babia con sirimiri, orvallo, llovizna, calabobos o como se quiera llamar, cavilando sobre por qué hay personas que gastan tanto tiempo y dinero en conseguir la que consideran la mejor prenda impermeable de alta montaña si luego cuando creen que va a llover o nevar no salen para ver si es verdad que lo es. Doy fé que las mías cumplieron más que a la perfección su cometido y ni una gota tocó mi cuerpo de anchoa.
El inicio de la ruta es por un camino llamado “de labores”, y que a alguien se le ha ocurrido cortar, no sólo con un par de huevos sino también con un par de postes unidos por una cadena; menos mal que a otro se le ha ocurrido derribar un poste, quedando por tanto el camino expedito. Al rato el camino se dispersa en diferentes campos para el ganado y ya sin huella, y tras atravesar un par de alambradas por donde mejor nos parezca debemos girar al Norte hasta alcanzar la Peña Gratseira (nombre que parece derivado del bable), ascendiendo hasta los 1450 m. Iba yo sintiéndome poco menos que John Fogerty canturreando la preciosa “Have you ever seen the rain” cuando ésta dejó de ser tal y en la cota de 1700 empezó a nevar, primero un poco y después convirtiéndose en ventisca. Quiso la fortuna, o tal vez Ntra Sra de Carrasconte, patrona de estos lares, que bajo la Gratseira encontrara unos estupendos farallones que me dieron muy buen cobijo el rato que duró el empeoramiento. Fueron 40 minutos que pasé comiendo algo y pensando que si no iba a menos tendría que dar por finalizada mi jornada de montaña. Pero empezó a clarear y a nevar menos, con lo que salí de mi escondite dispuesto a seguir. Tan contento estaba que no me fijé muy bien en que dirección iba y dí un par de vueltas con sus correspondientes trepadas absolutamente innecesarias pero que al menos me sirvieron para desentumecer los músculos. Llegué al fin al Paso de los Fugaos, que supongo se llamará así por ser por donde en algún momento de la estúpida guerra que asoló nuestro país los rojos, o azules, o maquis , o del color que se quiera, escapaban unos de otros para alcanzar La Muesa y así salvar el pellejo. A partir de este paso me calcé las raquetas (que afortunadamente había cogido) y que no me quité hasta el mismo punto a la vuelta, y sin las cuales hubiera sido del todo imposible realizar esta ruta. Andamos La Muesa contentos con nuestras raquetas y sin que nevara, hasta llegar a un collado sin nombre, o que al menos yo no conozco, donde empiezan a hacerse presentes los regalos de las alturas. Al fondo divisamos El Cornón y un poco a nuestra derecha lo que creo son Los Años y La Salgueiro. Aturde tanta belleza cuando no la esperas.Aquí vamos en dirección N-NE rodeando La Crespa hasta poder girar al Sur para poder atacar su cumbre. El problema fue que había una ingente cantidad de nieve blanda (paposa dicen por aquí) que hacía imposible subir, ya que los crampones eran poco funcionales y las raquetas al hundirse resbalan y son peligrosas, por lo que tardé más de lo que quise en alcanzar el cordal que une La Crespa con La Malvosa. En todo el borde de la cresta había enormes viseras que me obligaron a ir algo más hacia dentro (Este), con lo que la subida fue aún mas penosa al tener que ladear con las raquetas.
Alcancé finalmente un pico que en diferentes foros de montaña lo llaman La Malvosina, y que aunque no consta como tal en el Instituto Geográfico Nacional, es como también se conoce en Wikiloc. De aquí a La Crespa hay 350 metros, pero con la niebla que entraba a jirones y con la visión de la pestaña de nieve que había hasta la cumbre me acongojé lo suficiente como para decidir que hasta aquí había llegado, haciendo como que no me daba cuenta que los cuádriceps me lloraban y estaba muy cansado. En la bajada me divertí como un niño taloneando con las raquetas. Al rato y hasta con un poco de sol me zampé mis provisiones y proseguí la marcha con el cielo a mis espaldas más negro que he visto en mi vida.
Poco misterio tiene el resto exceptuando que hay que extremar la precaución al pasar Los Fugaos, ya que la pendiente es considerable, y al estar mojado es posible hacerse daño, lo que me pudo haber ocurrido al observar una preciosa bandada de gorriones alpinos, siendo la guinda perfecta a tan bonito día de alta montaña.
La calificación de moderado es por algunos tramos en pendiente con mucha nieve donde hay que utilizar con tino el material invernal.
Creo sinceramente que pocas cosas hay tan llenas como una invernal exigente en soledad.
Waypoints
Comments (4)
You can add a comment or review this trail
Entre tu descripción y las fotos (impresionantes), es como estar allí.
Gracias por compartirla.
¡Gracias a tí por tu comentario!
Como siempre un precioso y preciso comentario, ruta fantástica.
Muchas gracias por el comentario.
Literato no sé, pero tragón de los estupendos frixuelos, bizcochos y demás maravillas gastronómicas que hay en el Aposento seguro.
Y gracias a tí que eres el padre intelectual de la ruta
Un abrazo