La Maroma desde el Robledal: ida por el Salto del Caballo y vuelta por el collado Donabuelo.
near Corumbela, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Antonio me comentó que todavía quedaba nieve en la cara norte de la Sierra Tejeda, así que el martes quedamos con Curro y Guanchi para subir hasta la Maroma por el sendero del Robledal. Durante el trayecto desde Zafarraya ya habíamos visto que la parte alta de la Sierra estaba bien cubierta de blanco y a las nueve aparcábamos en el área recreativa ansiosos por iniciar la jornada; la temperatura era de 4º y el cielo estaba ligeramente cubierto, por lo que contábamos con unas condiciones ideales para afrontar el fuerte ascenso. Comenzamos a buen ritmo (mis tres compañeros son miembros del equipo de resistencia del Grupo de 17 y no toman prisioneros) y en un abrir y cerrar de ojos nos situamos en el Contadero, a partir de donde empiezan unas duras rampas entre pinos, que acaban en el collado de Rojas.
Aquí ya tenemos una amplia panorámica de la cabecera del profundo barranco de los Presilleros y de los impresionantes Tajos de Sol, donde nace el arroyo que lo forma. Ya empezamos a pisar nieve, que pasa a ser abundante en la base de los tajos donde crecen un grupo de los pocos tejos que quedan en una sierra que tomó su nombre de este árbol, donde antaño era omnipresente. Aquí me calce los crampones de travesía, lo que me permitió cruzar de forma más segura la umbría donde se desarrollan los andenes del Salto del Caballo. Llegamos al collado Lobera por el que cruzamos a la cara sur de la Sierra que nos muestra unas preciosas panorámicas de la Axarquía, y después se nos aceleran las pulsaciones al pasar por el tajo Volaero, que hoy no presenta peligro al no estar cubierto de hielo. Solo queda afrontar las rampas finales para llegar al monolito de la cima oriental de la Maroma (2.066 m.), que nos recibe con un fuerte vendaval.
Recorremos ahora casi toda la cima alomada del macizo de sierra Tejeda con grandes manchas de nieve, pasando primero por el Mojón de los Tres Términos, que indica la divisoría entre Málaga y Granada y donde coinciden los lindes de los municipios de Alhama de Granada, Sedella y Canillas de Aceituno; finalmente por el cerro del Sol (2.073 m.), cumbre occidental de la sierra. Desde aquí nos dirigimos a la nava de los Prados de Arenas, en un trayecto por el que cruzamos por dolinas y lapiaces cubiertos de nieve, en un descenso que cuenta con algún tramo complicado. No hay más sendero que algunas rocas desgastadas y Antonio iba abriendo camino en la cuesta abajo que nos lleva hasta el collado de Donabuelo. En el camino van abriéndose frente a nosotros una serie de barrancos cubiertos de nieve, que hacen que me detenga en la trabajosa bajada, primero para deleitarme con su visión y en algunos casos para tomar alguna fotografía, aunque el ritmo de mis compañeros hacen que vaya haciendo la goma en toda esta pendiente.
En el collado de Donabuelo nace el arroyo del Corralón y por ese barranco hay que realizar un nuevo descenso sin ningún tipo de senda hasta el collado del Selladero. Nuevamente bajamos por la pedrera aprovechando algunas zonas limpias por las aguas, iniciando en la ladera izquierda y orientándonos progresivamente hacia la vertiente derecha del sentido de la marcha. En el collado del Selladero hacemos una merecida parada para reponer fuerzas. En este punto el panorama cambia totalmente, ya que entramos en los barrancos de la zona norte de la sierra, donde en el pasado se realizó un importante trabajo de repoblación y es precisamente por los senderos abiertos para realizar esta tarea por los que caminaremos durante todo el resto de la jornada.
Caminamos por un vertiginoso sendero que traza múltiples zigzags a través del barranco del Selladero, después un fuerte sube y baja por el barranco de los Jarales, un nuevo sube y baja hacia otro barranco también conocido como el Contadero y finalmente otro sube y baja (aunque en este caso entre el pinar se abren esporádicas panorámicas) hasta llegar a los Barracones que se levantan en el barranco de los Presilleros. Estos fueron construidos para albergar a los trabajadores de los trabajos de repoblación, después aprovechados por el ayuntamiento de Alhama como área recreativa y ahora en desuso. Solo nos separan un par de kilómetros del aparcamiento y los recorreremos por un sendero que discurre entre un precioso encinar, aprovechando el trazado de una antigua acequia.
Aquí ya tenemos una amplia panorámica de la cabecera del profundo barranco de los Presilleros y de los impresionantes Tajos de Sol, donde nace el arroyo que lo forma. Ya empezamos a pisar nieve, que pasa a ser abundante en la base de los tajos donde crecen un grupo de los pocos tejos que quedan en una sierra que tomó su nombre de este árbol, donde antaño era omnipresente. Aquí me calce los crampones de travesía, lo que me permitió cruzar de forma más segura la umbría donde se desarrollan los andenes del Salto del Caballo. Llegamos al collado Lobera por el que cruzamos a la cara sur de la Sierra que nos muestra unas preciosas panorámicas de la Axarquía, y después se nos aceleran las pulsaciones al pasar por el tajo Volaero, que hoy no presenta peligro al no estar cubierto de hielo. Solo queda afrontar las rampas finales para llegar al monolito de la cima oriental de la Maroma (2.066 m.), que nos recibe con un fuerte vendaval.
Recorremos ahora casi toda la cima alomada del macizo de sierra Tejeda con grandes manchas de nieve, pasando primero por el Mojón de los Tres Términos, que indica la divisoría entre Málaga y Granada y donde coinciden los lindes de los municipios de Alhama de Granada, Sedella y Canillas de Aceituno; finalmente por el cerro del Sol (2.073 m.), cumbre occidental de la sierra. Desde aquí nos dirigimos a la nava de los Prados de Arenas, en un trayecto por el que cruzamos por dolinas y lapiaces cubiertos de nieve, en un descenso que cuenta con algún tramo complicado. No hay más sendero que algunas rocas desgastadas y Antonio iba abriendo camino en la cuesta abajo que nos lleva hasta el collado de Donabuelo. En el camino van abriéndose frente a nosotros una serie de barrancos cubiertos de nieve, que hacen que me detenga en la trabajosa bajada, primero para deleitarme con su visión y en algunos casos para tomar alguna fotografía, aunque el ritmo de mis compañeros hacen que vaya haciendo la goma en toda esta pendiente.
En el collado de Donabuelo nace el arroyo del Corralón y por ese barranco hay que realizar un nuevo descenso sin ningún tipo de senda hasta el collado del Selladero. Nuevamente bajamos por la pedrera aprovechando algunas zonas limpias por las aguas, iniciando en la ladera izquierda y orientándonos progresivamente hacia la vertiente derecha del sentido de la marcha. En el collado del Selladero hacemos una merecida parada para reponer fuerzas. En este punto el panorama cambia totalmente, ya que entramos en los barrancos de la zona norte de la sierra, donde en el pasado se realizó un importante trabajo de repoblación y es precisamente por los senderos abiertos para realizar esta tarea por los que caminaremos durante todo el resto de la jornada.
Caminamos por un vertiginoso sendero que traza múltiples zigzags a través del barranco del Selladero, después un fuerte sube y baja por el barranco de los Jarales, un nuevo sube y baja hacia otro barranco también conocido como el Contadero y finalmente otro sube y baja (aunque en este caso entre el pinar se abren esporádicas panorámicas) hasta llegar a los Barracones que se levantan en el barranco de los Presilleros. Estos fueron construidos para albergar a los trabajadores de los trabajos de repoblación, después aprovechados por el ayuntamiento de Alhama como área recreativa y ahora en desuso. Solo nos separan un par de kilómetros del aparcamiento y los recorreremos por un sendero que discurre entre un precioso encinar, aprovechando el trazado de una antigua acequia.
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