Sierra del Brezo II (Poblado de Compuerto - Valcobero por Arroyo del Hornillo - Poblado de Compuerto)

Dejando el coche en el aparcamiento del Poblado de Compuerto se coge la Senda del Pinar de Velilla hacia el oeste, bordeando el Poblado de Compuerto a cierta distancia, por arriba. El camino es muy bonito a través del pinar que, según cuentan los lugareños, es el último vestigio de los pinares milenarios que poblaban esta comarca. Se atraviesa una cerca cerrada y se continúa recto por donde las balizas indican que no es esa la dirección de la Senda del Pinar de Velilla, hasta terminar el camino, que ya es un sendero. En este punto se gira a la izquierda y se empieza a subir a pico. Se podría avanzar unos pocos metros e ir por un camino que sube a la derecha del antiguo riel (por dónde subían y bajaban el material de trabajo a la mina y la maquinaria con un cable y vagonetas) o, por donde a mí me gusta más: a través del pinar, sin sendero, a pico, encontrando sendas de animales y atravesando los helechos. Ambas alternativas son duras. Subo por el mismo sitio que lo he hecho decenas de veces, desde niño cuando iba a los campamentos, como ahora sintiéndome un explorador u otras veces con mis hermanos, el animista y el guerrero. intento no dejar el bosque y estar siempre bajo el techo de los árboles que se van espaciando hacia el lado derecho según gano altura.
Llego a la parte inferior de la mina abandonada después de un corto pero gran esfuerzo. En el último tramo se puede encontrar un camino de aproximación a esta que facilita su acceso. Una vez más lo hallo y suspiro contento sabiendo que ya está superada esta parte del camino. Desde allí se puede explorar las instalaciones de la mina, la parte inferior, apenas pequeños túneles y una habitación que conserva aún sus paredes y que doté de un banquito para descansar; y subir a la parte superior con más estancias, todas ruinosas y queriendo ser exploradas y tratadas con respeto, dejándolas ser invadidas únicamente por la naturaleza y otro túnel más grande y más largo pero cerrado también como los otros de la planta inferior.
Después continúo subiendo por el camino que sale de la parte superior de la mina hacia las dos grandes hoyas que nos encontramos a los pocos minutos. Siguiendo el camino que va hacia la derecha, bordeando las hoyas y un par de construcciones pequeñas y aisladas y también ruinosas, después de unos minutos de travesía, llegamos y atravesamos una pequeña pared con bastante desnivel y los últimos árboles. El camino se divide en dos para acometer esta pared, pero ambos senderos van a dar al mismo sitio y ambos son asequibles de subir sin ningún tipo de riesgo. Desde ahí se asciende muy en vertical, con o sin senda, dado que se entrecruzan varias. Llegamos a un primer hito grande, algo hacia la izquierda de la subida y tenemos que decidir si subir por la derecha hacia la cumbre (donde más adelante veríamos un tremendo hito que nos indica que vamos bien) o seguir por debajo de la cuerda, hacia la izquierda. Decidí esta última opción para explorar esa parte que desconocía y que llevaba tiempo queriendo saber a dónde conduciría. Decisión acertada dado que descubrí una senda muy cómoda que bordea la cumbre unos metros por debajo por el lado izquierdo de la cresta. Desde esa senda vi a lo lejos el Collado del Pinar, al final del camino que, desde la Senda del Pinar de Velilla, sube paralelo al Arroyo del Pinar hasta arriba del todo. Es la otra forma típica de ascender el Peña Mayor, además de desde La Mina. Estuve a punto de abandonar el sendero recién decubierto para ir hasta allí, lo pensé y repensé y estuve imaginándome pasos y asomándome a los barrancos que caían desde mi posición, pero la bajada no parecía buena desde ese punto y la senda me invitaba a seguirla y terminar de descubrirla.
El sendero prosigue cogiendo altura, es muy cómodo y bonito, siempre con hierba y con la pared de piedra casi vertical a nuestra derecha y barrancos a nuestra izquierda y cuando desemboca al final de casi media hora de camino, ya hemos dejado atrás la cumbre del Peña Mayor de Velilla y tenemos ante nosotros el collado previo al Peña Mayor de Guardo. Acometo la subida y al cabo de un esfuerzo ni muy largo ni muy alto hago cumbre. Desde ahí empiezo a bajar por la cuerda, como si fuera ha hacer el resto de las cumbres que tengo delante, como hicimos en otras ocasiones. Pero según bajo, después de unos diez minutos o cuarto de hora, dejo la cuerda y desciendo en oblícuo hasta el camino que tenemos abajo, a nuestra izquierda, dejando atrás también el Chozo de Vidal, un minúculo chozo que no sirve de cobijo dado que apenas si cabe una persona sentada. Cojo el camino, bien marcado y ancho y al cruzarme con el cauce seco del Arroyo del Hornillos, lo sigo hacia abajo, dirección a Valcobero.
El cauce seco se deja seguir sin muchas complicaciones por medio sendas a ambos lados. Poco a poco en el arroyo seco, torrentera en otras épocas del año, empiezan a aparecer charcos de agua clara y pequeñas pozas. Luego ya lleva corriente y, a medida que nos acercamos a Valcobero, crece su caudal y las sendas y campo a través se convierten en sendero y camino. Hago un alto a la sobra de unos árboles para comer algo y beber. Desde ese punto a Valcobero es una maravilla: todo lleno de verdor, flores y los pinos flanqueándonos a poca distancia. Las vacas pacen tranquilas y me interno en Valcobero, atravesándolo viendo sus casas cuidadas y sin cruzarme con nadie.
La carretera que va de Valcobera al Poblado de Compuerto no tiene mucho alicente, pero es muy agradable de transitar disfrutando de los prados verdes salpicados de ganado. Cuando paso el segundo puente, me sale un camino a la izquierda, el Camino del Bardal, que lo tomo para no volver por la ruta habitual, ya conocida de sobra, y acometer un cortafuegos que sale a la derecha pocos metros después de andar por el Camio del Bardal. El cortafuegos me debería llevar campo a través hasta cerca del Collado del Pinar y poder bajar hasta el Mirador de Compuerto sin tener que llegar a este.
Empiezo el ascenso sin dilación, sabiendo que son muchos metros y aprieta el calor. La subida tiene una cuesta muy pronunciada que hace sufrir, pero que a cambio hace que los metros de desnivel caigan muy rápido. Una sudada buena y he acabado con él, aunque lo seguí hasta arriba sin hacer caso de una bifurcación que salía a la isquierda y que debería haber tomado dado que se convertía en el camino que debía seguir. Ojo a este punto, no cometer mi mismo error. Cuando me doy cuenta, tengo que bajar hacia el camino que veo en el mapa a través de una maraña de brezos horrible de cruzar. Solo 30 metros y en el camino sigo subiendo. Al final caen los casi 300 metros de desnivel y al llegar arriba surge a la izquiera otro cortafuegos que llegaría al Collado del Pinar. Yo sigo recto porque estudiando el mapa debería llegar, bajando ahora, al Mirador de Compuerto. Finalmente es así, terminado el camino en este punto, uno de los cuales siempre me había preguntado a donde llevaría.
De aquí tomo la Senda del Pinar, por el lado opuesto por donde la empecé, y bajo hasta otro mirador situado en una plataforma que usa de base los restos de las bases de una de las tirolinas que se usaron para bajar la piedra desde La Mina hasta la Presa de Compouerto cuando esta se hizo. Sigo la Senda del Pinar hacia la izquiera de ese mirador, según bajaba, y lo continúo hasta cruzar un bonito puente. De ahí voy hacia abajo, siguendo el cauce casi siempre seco sabo en épocas de lluvias, del Arroyo del Pinar, terminando la ruta donde la empecé.

Siempre encuentro fascinante andar por estos bosques, estos pinares. El verdor inunda todos los lugares, y es encantador oler y transitar estos pinares y sendas. El mayor aliciente de esta ruta es haber andado por sitios no comunes, poco o nada andados y así integrarse todo lo posible en esta bella sierra.