La Mujer Muerta Circular por la Garganta del Espinar desde la Panera

Dejamos lo coches en el parking del Área Recreativa de la Panera. Es de tierra, y bastante amplio, por lo que no suele tener problema de aparcamiento.

A tener en cuenta que, en marzo, abril y mayo de 9 a 21 horas, hay que pagar los sábados domingos y Festivos, 9 € por coche, y 1,50 € si vas a pie o en moto. En junio, julio y agosto, todos los días, laborables 8 € por coche, estos precios son de 2023.
Además, está prohibido andar por el Valle del Río Moros desde el 1 de junio al 30 de septiembre.

Cruzamos la carretera y un portón, para ascender por la Cañada Real Leonesa o del Pasapán, hasta llegar al sendero de gran recorrido Gr88, una variante del Gr-10 que va desde la Presa del Pontón de la Oliva a san Lorenzo del Escorial, conocido también como sendero Segoviano, y que nos llevará por el Alto del Casetón hasta la Puerta del Pasapán, donde comenzamos la Mujer Muerta, rendidos a sus pies.

Se camina por anchas pistas, pero es una subida prolongada. Hasta el Puerto del Pasapán, son 5,5 km, y ascendemos desde los 1.260 m de la Panera hasta los 1.846 del puerto.

Empezamos a subir hasta el Pico del Pasapán, 2.005 m. y ya vamos por un sendero, lleno roquedales, que hacen más entretenido el camino, pero en los que a veces hay que dar pequeñas trepadas, aunque poco complicadas.

Los canchales que se extienden en las laderas de estas montañas son los más extensos de la sierra de Guadarrama al superar ligeramente las 400 ha. En las dos vertientes existen estos roquedales característicos de las cumbres, sin embargo, en la cara noroeste descienden hasta los 1500 metros en algunas zonas.

Desde el Pico del Pasapán, descendemos hasta el collado que le separa de la Peña Apretura. Tendremos que volver a subir hasta alcanzar la Peña del Oso, que es el pecho donde tiene sus manos.

Desde aquí hasta la cabeza de la Mujer Muerta -La Pinareja-, es la parte más complicada del cordal porque vas casi siempre por Canchales, también disfrutas de impresionantes vistas, y es la parte más entretenida.

Aquí termina la figura de la Mujer Muerta, y hay que contar alguna de sus leyendas. Yo he leído 4 versiones, la prerromana, la de Hércules, la medieval y la pastoril. Esta última es la que más me gusta, así que os la cuento.

Dicen que un pastor se enamoró de la hija de un granjero, pero el pastor creyó que también otro pastor pretendía a la joven, por lo que se puso excesivamente celoso y sin poderlo contener decidió matar a los dos.

Como consecuencia se entabló una crudelísima batalla entre los dos bandos de los pastores. Incluso aun con el desarrollo de una intensa tormenta con rayos y truenos no pararon la batalla.

Cuando la tormenta amainó se oyó una voz que tildaba de miserables a los combatientes, diciendo que si la batalla paraba la pastora tomaría forma de montaña para que estuviera así expuesta a todo el mundo en recuerdo.

Y así fue: al dejar de combatir pudieron contemplar en la sierra la forma femenina que desde entonces acompaña las tierras segovianas.

Descendemos hasta el Collado del Tirobarra por un sendero con mucha piedra, pero claro y definido.

En el collado empezamos a bajar hacia el Valle del río Moros, por una senda que se intuye por el margen derecho del Arroyo del Tirobarra, paralela a la senda que por el margen izquierdo del arroyo, te lleva a los Ojos del río Moros y al Collado Marichiva.
No es una senda clara, pero si muchas trochas para seguir, hitos que te ayudan bastante, y un terreno por el que se puede caminar con relativa facilidad.

Nuestra idea era llegar a las Canteras del río Moros, porque en los Mapas Alpina de la Sierra de Guadarrama había visto un camino que iba a las antiguas canteras del río Moros, y allí hay pistas que te llevan por el Valle, porque yo he ido a las Canteras. Tenía sentido que existiera ese camino, pero puede que ya esté cerrado, y empezamos a ver hitos que nos llevaron a la enorme pradera, que veíamos desde la Pinareja,

Aquí hay dos posibles itinerarios, seguir por la pradera hasta el final, donde hay un camino que lleva al nacimiento del río Moros, o ir por el pinar hasta cruzar un arroyo que nace en las antiguas canteras del río Moros.

Me decidí por el pinar y el arroyo, porque había visto una ruta de los K2 de las cumbres, que ya lo habían hecho, y llegar al final de la pradera es más largo, con la incertidumbre del terreno que te vas a encontrar para llegar a la pista.

Los pinares son siempre un terreno más seguro, así que cruzamos el arroyo sin nombre, y al otro lado está la pista que nos llevará por el Valle del río Moros o Garganta del Espinar.

Ya solo nos queda llegar a la fuente del Retén, la única que jamás se seca y tiene un caudal uniforme todo el año, que proporciona el agua más fresca y cristalina de todos estos montes, según Javier Sanz, autor del libro las fuentes naturales del Espinar y su entorno.

La noche se nos echa encima, pero ya no hay problema, porque el resto del camino es por pista y además en moderado descenso, da igual hacerlo con luz o sin luz, es casi un descanso para terminar esta bonita y exigente ruta.
Video de la ruta, en ver más