La Muria al Collado de San Adriá

Excursión familiar al Turbón.
Este día queríamos subir al Turbón, pero un despiste en la señalización del camino nos llevó casi a Gabás y cambiamos de recorrido. A pesar de todo intentamos subir al Turbón pero unas nubes amenazantes y los 12 km. que llevábamos ya, nos decidieron a darnos la vuelta en el Collado de San Adriá. Como tenía grabada la ruta y fue una circular distraida, la subo como ruta alternativa y amena para los niños.
Salimos del merendero de la fuente de la Muria y en el cruce donde está el poste que bifurca los itinerarios, por selvaplana y por el collado de la muria, decidimos ir por este último.
Aquí fue donde nos confiamos y equivocamos, pues seguimos por la pista forestal creyendo que era este el camino. Desde el cruce no se aprecia el senderillo que realmente dirige al Turbón y que está indicado por montones de piedras.
Así que continuamos por la pista hasta llegar al cruce entre Gabás y San Martín de Veri, eligiendo el primero, a la izquierda. Ya éramos conscientes de que íbamos mal, pero continuamos pues en el mapa se adivinaba un camino alternativo de regreso al Turbón.
En ese mismo camino, un trozo más adelante, hay un pequeño cruce con un sendero a la izquierda, que lleva hacia la ermita de San Chiuan. Subimos por ahí y seguimos ascendiendo, siempre cogiendo los caminos a la izquierda.
Más adelante hay una pradera bien maja con un refugio abierto y sin guarda, donde acogerse o almorzar si se tercia. Cuando decidamos seguir, hay que coger la pista forestal que sale a la izquierda antes de llegar al refugio. Por ahí vamos entre pinares, descendiendo más que subiendo, hasta llegar a un punto que hay que ascender y llega a una zona de collado y que discurre por la cresta hasta conectar con el sendero que viene del collado de la Muria.
A partir de aquí, toca una subida empinada y el sendero que conduce al Turbón. Como dije al comienzo, el mal tiempo nos hechó para atrás de atacar la cima y nos dimos la vuelta, esta vez si, por el camino del collado de la Muria.
Hay que decir que la señalización no es tan evidente como los primeros carteles presagiaban, hay que buscar con acierto los senderos y los montones de piedras.