La Pandera desde Abrigo del Toril y Castillo de Otiñar

Tremendo ascenso a La Pandera, reina de la Sierra Sur de Jaén con sus 1870 msnm y montaña 61 de la Península en cuanto a prominencia, partiendo del precioso Abrigo del Toril, muy cercano a las ruinas del Castillo de Otiñar. El inicio de la ruta es impactante: dos moles calizas de más de cien metros de altura despiden al Barranco de la Hoya del Caño en su camino hasta el Quiebrajano, formando el Abrigo del Toril. Disfrutamos del paraje y de lo poco llano y abierto que tiene la subida, antes de meternos de lleno en el barranco que en pendiente continua nos va a ir acercando poco a poco a la cima de La Pandera. La senda de ascenso no tiene pérdida, aunque es bastante estrecha en algunos puntos y de difícil piso en otros. En cualquier caso es uno de esos preciosos senderos que nos introducen de lleno en las entrañas de una gran montaña como es La Pandera.

A mitad de subida, pasamos por la Fuente del Obispo, la cual encontramos con agua. Desechamos buscar la cueva homónima pues no lo vimos claro, ya que había que ahondar en el barranco y lo que habíamos visto de ella en fotos no nos pareció suficiente para desviarnos de nuestro camino. El ascenso es muy exigente en el terreno anaeróbico, pero sin dificultades técnicas reseñables. Después de casi 1000 m de desnivel superado, llegamos al llano Puerto de la Nava, donde nos avituallamos en un claro de un denso pinar. Al abandonarlo, encontramos un lapiaz donde nos costó encontrar de nuevo la senda, si es que la hay; pero una vez en ella, el ascenso es claro, y duro, hasta la carretera que enlaza con las instalaciones militares abandonadas de la cima. Tocamos el vértice después de encaramarnos al risco cimero de La Pandera. Desde allí el 360 se afea por las antenas y los cables de todo tipo, pero alcanza las Sierras de Propios, de Grajales, Ventisquero, de Santa Coloma, Mágina, Jabalcuz...incluso si hay suerte hasta la Maroma y Sierra Nevada. La panorámica es mucho mejor en la cercana Peña del Altar, ya que cambiamos las vetustas instalaciones militares y sus repetidores por dos refugios, el más grande cerrado y el más pequeño abierto, en estado poco decente donde caben arrimadas tres personas. Las vistas ganan desde aquí gracias al Embalse del Quiebrajano, muy pintoresco.

La bajada es de aupa, tanto que subo la calificación técnica a difícil debido a ella. La primera parte, hasta reencontrarnos con el Puerto de la Nava, es en gran pendiente, pero con una senda clara aunque pedregosa. Desde allí, volvemos a transitar por lapiaz hasta alcanzar el Cerro del Cagasebo, hasta el que no encontramos vereda, ni siquiera hitos. Tampoco hasta Peña Blanca, donde caminamos por la cuerda que unen ambos cerros por donde mejor vimos. Desde la cima de Peña Blanca comienza la parte más técnica de todo el track, ya que tuvimos que descender por una zona rocosa donde tuvimos que bajar mucho la velocidad y usar las manos en numerosas ocasiones. Probablemente sea posible rodear ambos cerros buscando mejores curvas de nivel, a costa de no hollar las cimas de Cagasebo y Peña Blanca, ya que las vistas desde ambos son buenas, pero no mejoran las del resto de la ruta.

Al fin encontramos la zahareña Senda Nueva, de la que nos habían avisado de su incomodidad, aunque a nosotros nos pareció cómoda después de varios km de lapiaz y caos de rocas en bajada. Dicha senda se une a una deseada pista descendente que prácticamente no abandonamos hasta el final de la ruta. Justo antes de esta unión pasamos por una zona de simas bastante peligrosa si se llega aquí con poca luz, niebla y alta fatiga. Antes de volver a enlazar con el precioso Abrigo del Toril, donde termina la ruta, pasamos por las faldas del cerrillo donde quedan las ruinas del Castillo de Otiñar, al cual no subimos porque no prometía mucho más de lo que se veía desde el camino. Durante esta última parte de la bajada, hay buenas vistas a los impactantes Tajos de las Alcándoras de la Sierra de Propios, las cuales tuvimos la oportunidad de ver desde arriba hace algo más de un mes y que maravillan desde abajo tanto como desde la propia cuerda.