LA PANERA-CAMINO DEL ARCIPRESTE-COLLADOS SEVILLANA, MATALAFUENTE Y MOSTAJO-PEÑA DEL ARCIPRESTE Y EL CUERVO-MATALAFUENTE

Marcha realizada el sábado 19 de marzo de 2022

AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
La ruta de hoy engloba unos cuantos kilómetros que coinciden con el Camino del Arcipreste. Y es que efectivamente, Juan Ruiz Arcipreste de Hita (1295-1352) ya se movía por estos lares allá por el siglo XIV, cuando atravesando esta Sierra de Guadarrama de camino a Segovia, y muy cerca del puerto de Tablada, se encontró con una serrana que describió en los versos 1006 al 1046 de su obra cumbre “El Libro del Buen Amor”; y que según el mismo poeta lo calentó tanto como para salvarle de una muerte segura por congelación.

Salimos pues, desde el área recreativa de La Panera, en pleno valle del rio Moros. Al cuarto de kilómetro de continuar por la misma pista de entrada, un amplio cruce muy bien señalizado con postes y paneles informativos nos deja muy claro que hay que coger la senda que por la derecha y durante un kilómetro llevaremos a nuestra derecha el río Gudillos. Este tramo coincide con el GR 88, que un poco más adelante se desvía por la derecha de camino a la población de San Rafael. Nosotros nos encontramos en el cruce con el refugio de las Campanillas, y en plena Cañada Real Leonesa.

Desde dicho cruce, con portón metálico, cogemos rumbo sureste para a los doscientos metros ver como el citado GR 88 se desvía por la derecha. Nosotros continuamos un kilómetro y medio más por una amplia pista, que entre pinar nos lleva hasta una bifurcación no muy clara, en la que habrá que abandonar el cómodo camino, para coger por la izquierda, tras un corto repecho, un camino muy bonito que en realidad consiste y continúa siendo el propio Camino del Arcipreste. Un kilómetro y cuarto de continuar por dicho camino, señalizado como PR, llegamos hasta la misma cuerda a la altura del Collado de la Sevillana.

Aquí se ha de hacer un brusco cambio de rumbo, que ahora se dirigirá hacia el noreste, y que en los próximos kilómetros no dejará la citada cuerda, y llevará todo el tiempo las marcas blancas y rojas del GR, que en este caso en vez de ser el 88, como en el primer tramo, será el GR 10 que atraviesa toda la sierra del Guadarrama. Cuando se llevan tan sólo unos seiscientos metros de recorrido por dicha cuerda y GR, hay que salvar por la derecha y el paso habilitado para ello la cerca metálica que delimita tanto las dos provincias de Madrid y Segovia, como ambas comunidades autónomas, para en poco menos de doscientos metros llegar hasta las peñas del Arcipreste, cuya denominación según consta en algún panel informativo debería ser “Monumento al Arcipreste de Hita”. Posiblemente el motivo de dicha denominación haya que buscarlo en la conmemoración que la Real Academia de la Lengua Española hizo en 1930, con motivo del seiscientos aniversario desde la creación por parte de Juan Ruiz Arcipreste de Hita de una de las obras cumbres de la poesía medieval española.

Existe la opción de no tener que volver por el mismo sitio, si es que se continúa salvando las Peñas del Arcipreste por la parte derecha y por detrás, para así salvar la cerca y conectar de nuevo y de forma más directa con el GR que continuará por dicha cuerda. A los tres cuartos de kilómetro se llega hasta el Cerro de Matalafuente.

Un cuarto de kilómetro después, y después de haber rectificado un rumbo que ahora se dirige hacia el norte, llegamos hasta el Collado de Matalafuente. Tres cuartos de kilómetro más adelante ya nos encontramos en la cota más alta de la ruta de hoy. Se trata de la Peña del Cuervo, que con sus poco más de mil setecientos metros nos permite contemplar el macizo de la Peñota, como siempre espectacular y por el que aunque hemos pasado en tantas ocasiones, en esta lo dejaremos a nuestra derecha.

Y es que al medio kilómetro llegaremos hasta el Collado del Mostajo, desde el que ya podemos ver la pista que por la ladera de Gibraltar cogeremos de regreso hacia el Valle del río Moros. Dicha pista la cogeremos tras un cuarto de kilómetro más desde el citado collado, para así abandonar definitivamente tanto la cuerda como el citado GR 10 que transcurre por ella.

Al kilómetro y medio dejamos tanto la pista como la citada ladera de Gibraltar, para conectar con otra pista que continuará por la Loma de los Ardiles, y que en un kilómetro y cuarto nos llevará hasta la Majada Honda, en plena vaguada que forma el arroyo de la Gargantilla. Nuevo cambio de rumbo, ahora hacia el oeste, para en un kilómetro y medio más acabar conectando con la amplia y bonita senda que transcurre por la Loma de la Cacera, y que evita el tener que continuar por la pista mucho más sinuosa y larga que transcurre por la parte baja de este valle. Un kilómetro y cuarto de llevar dicha senda por la citada loma, acabamos saliendo, ya en la parte baja, en las Dehesas de la Garganta, que distan tan sólo unos setecientos metros del refugio del Puente Negro.

Nos encontramos ya en la pista asfaltada del Valle del río Moros, que en poco más de kilómetro y cuarto nos devolverá hasta el punto de partida, aunque habiendo pasado un cuarto de kilómetro antes, y desde el citado refugio y puente, por las ruinas del antiguo molino de agua sobre el citado río, así como por las casas que en su momento habitó el molinero.