La Peña del Mediodía y la Mira

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Reseña de la ruta en Adventoorer: La Peña del Mediodía y la Mira.

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Después de la visita al Almanzor, hoy me acercaré a la Peña del Mediodía, y ya que ando cerca, a la Mira.

Esta vez no hace falta entrar a la zona de pago de la Plataforma. Antes de llegar, en el Km. 6, hay una zona para dejar unos diez vehículos. Justo desde aquí sale el camino que sube al Puerto del Peón, desde donde se sube al Mediodía.

El contraste con el día de ayer es completo. No solo porque esta zona está totalmente desierta, sino porque toda la subida hasta el puerto es muy suave. Nada de rocas, nada de verticalidad. Lomas y laderas redondeadas.

Es más soso, pero más cómodo. Tras unas largas zetas, se llega al puerto, y el panorama cambia del todo. Lo que por un lado eran colinitas, por el otro son paredes verticales. Un contraste enorme. A la izquierda se va al Mediodía, y a la derecha a la Mira. A su lado, los Galayos. Un sitio realmente alucinante. No son tan difíciles, pero mi lamentable carrera de escalador nunca me trajo hasta aquí. Ay…

En fin, de momento voy a la izquierda hacia el Mediodía, al que se llega sin dificultad ninguna. Aquí sopla mucho aire, pero no hace frío. Se está muy bien.

Con algo de comida en la tripa, deshago el camino hasta el puerto. Voy cresteando hasta la Tarayuela. No es necesario, se puede subir por el camino lateral, pero es bastante entretenido. Son trepadas muy sencillas y se puede salir al camino en cualquier momento.

Cuando me canso, vuelvo al sendero y voy hacia la Mira. El acercamiento es muy feo, pero una vez allí, se comprende el por qué del nombre que le han puesto. Bestiales los Galayos por este lado, con todas las puntas y aristas. Un espectáculo. A lo lejos, el Circo de Gredos no se distingue del todo, porque el día no está muy claro, pero sigue siendo fabuloso.

Dan ganas de quedarse aquí, pero hay que volver en algún momento. Bajo por el valle al lado del que usé para subir. Por aquí hay unas pozas impresionantes, en las que no hay nadie. Por el Almanzor la gente se apelotona en cualquier charco, y en esta zona, que está justo al lado, no hay absolutamente nadie. Dejo atrás un par de ellas, y justo antes de juntarme con el camino de subida, me doy un baño fresco fresco en la última que encuentro. Es solo la primera impresión, luego se está muy bien dentro del agua.

Como nuevo después del baño, vuelvo tranquilamente hasta el coche.

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