La Pernía, un enclave maravilloso: Travesía a Peña Tremaya y Peña Vizmo o Abismo

En pleno centro de la Montaña Palentina se ubica la Pernía, a una distancia de 130 km de Palencia, la capital provincial. Se podría comparar a esta comarca con un gran recinto amurallado de fondo plano cubierto por extensas praderías y espectaculares picos difíciles de traspasar excepto por el norte, por donde se comunica con los valles cántabros de Polaciones y Liébana a través del puerto de Piedrasluengas, y por el sur, salida natural de las aguas del río Pisuerga hacia tierras castellanas. Este conocido río nace dentro de esta fortaleza, en la cabecera del valle de los Redondos, en un paraje sobrecogedor a los pies de la sierra de Alto Campoo, muralla que cierra la Pernía por el este. Se completa la muralla por el oeste con las cumbres de las sierras Albas, la Horca de Lores y peña Carazo.

Respecto a las cimas de hoy, su proximidad a cumbres mucho más elevadas no parece ser un impedimento para que los escarpes calizos de esta montaña puedan iluminar con su luz propia el paisaje de La Pernía, donde se forman los primeras aguas del incipiente río Pisuerga. Peña Vizmo, o Peña Abismo, se trata de una altura bastante destacada con una panorámica libre de obstáculos y que permite divisar las principales alturas de esta zona de la cordillera Cantábrica.
La otra cima, Peña Tremaya, mucho más modesta en altitud y completamente aislada dentro del valle, destaca sobremanera por su perfecta forma piramidal y aspecto inaccesible siendo una referencia paisajística inapelable para las gentes de la zona. Su cumbre, reducida en espacio pero generosa en vistas, está ocupada actualmente por una caseta de vigilancia forestal de la Junta de Castilla y León y por una pequeña antena anexa.

En este ruta se recorre el borde oriental de la Pernía por dos de sus cimas principales. No hay dificultades reseñables ya que casi toda la travesia transcurre por buenos caminos. La subida al collado de Peña Tremaya lo hacemos por un sitio distinto al habitual, y por ende, nos encontramos algo de maleza pero nada extraordinario.
En Peña Abismo ocurre algo similar en un breve tramo de bosque, pero una vez arriba el sendero esta muy claro y carente de peligro.