La Risca de Valdeprados

 Hacemos hoy una muy corta ruta para visitar La Risca de Valdeprados. La ruta se inicia en el bonito pueblo que da nombre a dicha risca. Enseguida, salimos de la localidad para tomar la carretera en dirección oeste. Tomamos un poco más allá el Camino de las Minas que discurre al lado del cauce seco del Arroyo del Quejigar. El camino llega al puente sobre el Río Moros. Éste sí que está pletórico de agua. No vamos a cruzar el puente, sino que tomamos un sendero a la derecha justo antes del puente. 

Nos encontramos ahora con una bonita senda que llega hasta otro puente, el Puente de los enamorados. Tampoco lo cruzamos, iniciamos una subida por una senda a la derecha. Subimos por unos escalones de piedra. Una vez que estamos arriba casi sin darnos cuenta llegamos al Mirador de la Risca de Valdeprados. Nos encontramos con un espectacular entorno. El mirador se encuentra justo al borde de una de las verticales paredes del cañón. Bastante abajo se encuentra el Río Moros, que discurre con gran fuerza. 

Estamos unos minutos disfrutando, pasados los cuales retomamos la andadura. Saltamos la valla de piedra para seguir por la senda. Llegamos a una valla que nos impide seguir adelante. Bordeamos la valla para poder cruzarla por el cauce seco de un torrente. Seguimos después por el sendero. Ahora tenemos el río a nuestro lado.  Más adelante nos encontramos con las ruinas del Molino del tío Jacinto. Un gran rebaño de vacas nos observa. Estamos unos minutos viendo el interior del molino, en el que se pueden distinguir las piedras moledoras, un motor, y demás artilugios. También se ve perfectamente la canalización de la entrada del agua al molino.  Bordeamos las ruinas y bajamos hasta la misma orilla del río. Otro rebaño de vacas se encuentra bebiendo en el mismo. 

Seguimos por el sendero hasta que llegamos al puente de la antigua carretera N-110. Salimos a la misma. A nuestra derecha se encuentra el abandonado pueblo de Guijasalbas. Nos dirigimos hacia él, pero nos damos la vuelta ya que el pueblo se encuentra rodeado por una valla. Así que retrocedemos. Cruzamos el puente y justo después abandonamos la carretera para tomar un pequeño sendero después de cruzar una valla por una puerta. Ahora tomamos dirección sur por la otra orilla del río.  Nos encontramos justo delante de nosotros con el rebaño de vacas que antes estaba bebiendo. Decidimos no cruzarnos con los animales ya que se encuentran entre los mismos varios pequeños terneros. Subimos hasta la parte de arriba y andamos al borde de la valla de una explotación ganadera. Una vez hemos recorrido unos cien metros, otra valla nos impide el paso. Tenemos que descender al lado de esta nueva valla en dirección al río. Antes de llegar al mismo, nos encontramos una puerta en la valla. Atravesamos la misma, aunque como los palos de la puerta se encuentran cerrados por cuerdas, debemos reptar para atravesarla. Durante unos cientos de metros vamos en paralelo al río. Después, empezamos una pequeña subida. En la parte de arriba, giramos a la izquierda para iniciar el descenso por un pequeño sendero. Estamos ahora en una zona de vegetación espesa. 

Llegamos a una pequeña pradera. El sendero sigue hacia el oeste hasta llegar a otra valla. Esta la cruzamos por una parte que no tiene vallado. Llegamos entonces a una antigua mina de caolín. Los edificios de la misma se encuentran en bastante mal estado. Ahora subimos por un sendero. El mismo nos lleva hasta un muro de piedras. Saltamos el mismo para poder acercarnos a los cortados de la Risca. Nos encontramos con un par de zonas desde las que disfrutamos de unas hermosas vistas del río encajonado más abajo. Seguimos adelante. Divisamos de nuevo el Puente de los enamorados. Decidimos descender hasta el mismo de la manera más directa. No tenemos senda, así que buscamos la mejor zona para bajar e iniciamos un descenso tipo cabra por entre las rocas. En unos segundos nos encontramos en el camino que nos lleva hasta el puente. En lugar de cruzarlo, seguimos hacia el oeste por un sendero que nos va a llevar hasta el primer puente con el que nos encontramos. 

Una vez cruzamos este puente, tomamos la pista que sale a la derecha del mismo. La pista pasa al lado de un campo de cereales. La cuneta se encuentra llena de flores: margaritas, amapolas, etc. Seguimos por el camino que nos lleva hasta el pueblo. Una vez terminada la ruta, disfrutamos de unas cervezas en los dos establecimientos del pueblo: la taberna Tomasa y el Bar del Ayuntamiento, totalmente diferentes entre sí pero, sin duda, recomendables. 

Una ruta muy corta pero que nos permite disfrutar de la hermosura de la Risca de Valdeprados y de la propia localidad. A tener en cuenta dos cosas. La primera es la gran cantidad de vallas que debemos cruzar y la segunda es la bajada que hacemos hasta encontrar el camino del Puente de los enamorados (creo que, para no descender a las bravas, se podría rodear el roquedo). 

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Época recomendada: primavera, verano, otoño e invierno.