La Santa - Mancha Blanca 11122022

Continuando con las jornadas de senderismos de https://senderismolanzarote.com/programa/ hoy partimos desde La Santa, localidad costera al noroeste de la isla enclavada dentro del municipio de Tinajo, con el objetivo de alcanzar Mancha Blanca.
Por el paseo de Los Chalaneros iniciamos la ruta de cara al mar continuando, al terminar el núcleo urbano, por la vereda que costea por El Roque y se prolonga por el Morro de Los Betancores hasta alcanzar las inmediaciones de Montaña Bermeja donde se desvía en dirección a La Vega. El día comenzó fresco lo que permitía un buen trote pero luego apareció “Lorenzo” y hubo que aflojar un poco.
Al pie de Montaña Bermeja hicimos una parada para rememorar el pasado agrícola de La Vega, allí se conserva una “Era“, en muy buen estado, y una aljibe rectangular como recuerdo de los esfuerzos pasados por sobrevivir. En la vega ya no se ven cultivos pero queda las huellas de ese tiempo no muy lejano en el que se llenaba de cereales y por donde pastaban las cabras, que era la principal actividad de la zona.
Seguimos por la pista, próximos a la costa, por la zona de El Tronquillo dejando a nuestra espalda unas vista maravillosas de las islas del Archipiélago Chinijo y teniendo al frente, cada vez mas cerca, la Montaña de Tenésara. Este volcán, con pasado aborigen, es posiblemente el de mayor volumen de toda la isla y a pesar de todo parece que tuvo poca actividad magmática ya que parece que sólo emitió piroclastos con los que construyo la mole de su cono.
El camino transcurre paralelo a la pared Este, denominada El Filo de Los Grillos, y podemos observar como esta pared termina en una pequeña eminencia apeñascada denominada Morro Alto donde se encuentran algunas inscripciones rupestres alfabetiformes.
Continuamos la ruta con un nuevo objetivo, ahora tocaba alcanzar la Caldera de Tilama. Seguimos por la pista hasta el mismo pie de la montaña y nos fuimos hacia lo alto de la misma por una vereda que transita por su ladera. Este pequeño volcán está compuesto de dos cuerpos unidos, uno circular (unos 300 metros de diámetro) en su parte naciente y otro menor (unos 200 metros), por su lado de poniente, aunque sólo tiene un único cráter (en su lado mayor). Ascendimos por su lado menor siguiendo el trazado de la vereda y desde su cima (pequeña) ya se observan buenas vistas, continuamos hasta alcanzar la cresta de la caldera donde además de las vistas se puede observar el cráter, de forma regular, que ocupa la mayor parte del cuerpo mayor de la montaña.
Un rato de asueto contemplando las vistas y regresamos a la pista que habíamos dejado al ascender, la vereda sobre la montaña bordea el cráter y desciende por el otro lado hasta el camino.
De nuevo en ruta por la pista de tierra hasta alcanzar la carretera de Tenesar y desde ella de nuevo a una pista de tierra que atraviesa La Laguneta y continua por Las Peladas hasta alcanzar Tajaste y por sus calles dirigirnos hacia la Caldera de Guigua. En esta ocasión se trata de un volcán de tamaño medio en el que destaca la amplitud del cráter sobre el conjunto del cono, de ahí lo de caldera. Es bastante circular y esta situado a mas bajo nivel del resto del edificio, como si estuviese hundido. El fondo es bastante espacioso y aplanado y está totalmente colonizado por fincas enarenadas e incluso buena parte de las paredes interiores están también ocupadas con campos escalonados estrechos y alargados recubiertos de cenizas volcánicas.
Seguimos la pista habilitada dentro de la caldera hasta su pared mas al norte donde iniciamos el ascenso hasta las viviendas situadas en el mismo borde del cráter. La vereda que asciende por esta pared termina en la misma carretera de Tinajo a Mancha Blanca (Avenida de Los volcanes), por ella accedimos a la calle Guigua que nos dejo frente a la Ermita de Los Dolores.