La Selva del Camp-Puig D'En Cama 100 Cims-Camí del Rec-Ermita de Sant Pere del Puig

Un dia más acometemos el objetivo de subir a un 100 Cims. En este caso, animados ademas por los entusiastas comentarios de otros senderistas respecto al Camí del Rec en La Selva del Camp. Bien señalizado con marcas verdes y blancas, y excelentemente acondicionado para los caminantes. Ya al inicio de la ruta podemos admirar el Castell del Paborde, la Església de Sant Andreu y Els Ponts. Salimos del pueblo por la rotonda conocida como el Molí del Rovellat, decorada con las ruinas que quedan de dicha construcción, para casi enseguida entrar al camino propiamente dicho. Discurre al inicio entre avellanos, olivos y encinas, y brinda unas hermosas vistas, tanto del pueblo como del valle. El sendero de tierra con apenas desniveles favorece un paso vivo, y aunque nos desviamos por un momento para visitar la balsa del pueblo, lo seguiremos hasta el final. A medida que avanzamos, empezamos a caminar entre una verde vegetación, que nos anima y alegra nuestro espíritu, haciendo más soportable la fina lluvia que ha venido a saludarnos. Después de calentar piernas en las escaleras de subida a la balsa, llegamos al hermoso Pont Alt, que podemos admirar desde las terrazas que hay en ambos lados, acondicionadas al efecto con bancos y barandillas protectoras. A la altura de La Resclosa y girando a la derecha, llegamos a la parte más espectacular del camino. El sendero discurre cerca del Torrent, y lo han equipado con puentes y pasarelas para hacerlo mas seguro, y porque no, mas divertido. Llegamos a su final y se nos ha hecho muy corto el trayecto. Es hora de dedicar nuestros esfuerzos a llegar a la cima del Puig D'En Cama. Por las crónicas de otros senderistas, sabemos que normalmente retroceden hasta La Resclosa, para desde allí subir al Puig. Parece que en el sendero que une ambas zonas , han colocado carteles de "Prohibido el Paso". Decidimos por nuestra parte intentar continuar por él, ya que al fin y al cabo, los senderos son públicos, y por desgracia cada vez es más habitual que coloquen obstáculos para impedir el paso, o que los hagan desaparecer surco a surco, plantando allí donde habia camino. El primer obstáculo es una cadena que apenas deja pasar, puesto que ocupa todo el espacio y obliga a hacerlo de lado. No habiendo aquí ningún cartel, no nos detiene. Se empina ahora el sendero, poco a poco, pero sin apenas dar tregua y un largo trecho después, si encontramos el cartel de "Prohibido el Paso". Sólo hay uno pequeño, a un lado del sendero, y ningún aviso ni impedimento que le acompañe. Tampoco hay edificio alguno a la vista y por ello suponemos que el aviso es simplemente disuasorio, como tantos otros, simplemente para evitarse molestias. Continuamos subiendo y muy pronto enlazamos con la pista sin incidentes, dejando a nuestra espalda otro solitario cartel de aviso. Avanzando paso a paso, nos desviamos a la derecha en un pequeño hito que nos encamina al cim. La subida se empina aún más, dando poco respiro, hasta que alcanzamos la cima. Un vértice geodésico la preside, dotado de grapas para trepar hasta arriba, y nos regala unas fantásticas panorámicas, gracias a que la lluvia se ha rendido. Nuestra vista alcanza a vislumbrar el puerto de Tarragona, las Muntanyes de Prades, y queremos creer que Els Ports de Tortosa, aunque estos ya borrosos, medio cubiertos de neblina. Volvemos hasta el cruce por el tramo de ida y vuelta, subiendo y bajando pasando por varias lomas, hasta que llegamos a la Ermita de Sant Pere del Puig, donde es el viento el que hace acto de presencia y nos obliga a abrigarnos. Tomamos un pequeño sendero para atajar las vueltas que da la pista asfaltada, y llegando a ella, podemos relajarnos comentando las experiencias del dia y planeando las próximas salidas, hasta que llegamos de nuevo al pueblo. Callejeamos a nuestro antojo para no perdernos detalle, adivinando que entre las casas se ven tramos de muralla, e investigando sus pasajes y callejones. Aprovechamos para despedirnos de la Església de Sant Andreu y del Castell del Paborde , ya cerca del aparcamiento, esperando que los negros nubarrones no nos dificulten la vuelta a la urbe.